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A la espera del necesario Plan de Gestión para 580 mil hectáreas de alto valor ambiental

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Acuerdos, protocolos, talleres y comisiones de trabajo realizados durante más de 15 años no han logrado aunar criterios suficientes para la gestión de un territorio que involucra 8 comunas precordilleranas de las regiones de Biobío y Ñuble.
Naciones Unidas observa avances y logros tras su declaratoria de Reserva de Biosfera. En 2017 fueron aprobados los recursos para diseñar una propuesta que oriente el desarrollo de una zona tan diversa en ecosistemas como intereses.
Siempre visto desde cordillera hacia el valle central; desde oeste a este. Riego para la agricultura y de paso para el desarrollo de la ganadería. Ese fue su propósito durante décadas. Un territorio de resguardo implícito para diversos ecosistemas y especies, aunque sin la actual y necesaria gestión integral, que paso a paso fue evolucionando para hoy girar el mapa con una nueva mirada de norte a sur, determinando  una zona de alto valor ambiental denominada en un comienzo Corredor Biológico Nevados de Chillán– Laguna del Laja, hoy Reserva de Biósfera.
Tuvieron que pasar tantas décadas como esfuerzos y voluntades público-privadas, para que esta zona fuera declarada como la primera Reserva de Biósfera por parte de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en la Región del Biobío, desafío que desde este mes de septiembre será compartido con la naciente Región de Ñuble.
Pero su objetivo no ha variado: proteger importantes cuencas hidrográficas y ríos, resguardar recursos naturales que constituyen la base del potencial hidroeléctrico de Chile, mantener la flora y fauna de la zona, cuidar su belleza escénica y suelos, y proteger los hábitats de especies emblemáticas, con especial énfasis en el huemul.
La Reserva de Biósfera es un territorio andino bajo protección de 580 mil hectáreas aproximadamente  que desde norte a sur incluye a las comunas de San Fabián, Coihueco, Pinto, El Carmen, Pemuco y Yungay, de la Región de Ñuble, y Tucapel y Antuco, de la Región del Biobío, representando 26,5% de la superficie total de la Región de Ñuble y un 6% de la del Biobío. Chillán se incorpora también, en vista a la propiedad de un considerable terreno en la comuna de Pinto donde se encuentran emplazadas las Termas de Chillán y otras actividades de desarrollo y de potencial crecimiento económico.
 
Riqueza y diversidad biológica
La Reserva de Biósfera es una zona de transición entre un clima mediterráneo, por el norte, y uno más húmedo y lluvioso por el sur, condición que le otorga una gran riqueza y diversidad biológica.
De acuerdo a información disponible en diversas publicaciones académicas, públicas y de empresas con presencia en el territorio, la Reserva comprende diversos ambientes de gran valor ecológico y cultural, donde destacan las nacientes de las cuencas hidrográficas de los ríos Itata y Laja; los cordones de cerros nevados y volcanes, entre ellos Los Nevados de Chillán (3.216 msnm), el Volcán Antuco (2.980 msnm) y la Sierra Velluda (3.585 msnm),la cumbre más alta de las regiones del Biobío y Ñuble; la laguna del Laja y otros cuerpos lacustres, caudalosos ríos que drenan la cordillera de Los Andes de este a oeste; bosque nativo y valles precordilleranos.
En estas mismas publicaciones y registros, se destacan como principales especies a conservar el Huemul (Hippocamelus bisulcus), el Puma (Puma concolor), Gato colocolo (Leopardus colocolo) y la Güiña (Leopardus guigna), destacando como ecosistemas de interés el Bosque nativo, la Estepa andina y la Red hídrica.
 
¿Qué significa ser Reserva de Biósfera?
El “Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja” fue declarado Reserva de la Biósfera el 29 de Junio del año 2011. Sus límites administrativos corresponden a los  definidos en los Decretos Supremos (DS) Nº295, de 1974, y Nº391 del año 1978, ambos del Ministerio de Agricultura del gobierno de Chile, siendo sus propósitos iniciales asegurar el riego para la agricultura y el desarrollo de la ganadería.
Hoy, y ya transcurridas décadas desde la promulgación de estos DS, este territorio declarado Reserva de Biósfera, es un espacio vital, necesario de proteger, considerando a las personas y comunidades como parte integral de su hábitat.
De acuerdo a las definiciones de Unesco, las reservas de biósfera tienen como objetivo principal conciliar la conservación de la diversidad biológica, la búsqueda de un desarrollo económico y social y el mantenimiento de los valores culturales asociados. Así, deben cumplir con las siguientes funciones básicas: conservación, desarrollo y apoyo logístico.
 
Presente y futuro
El desafío desde 2011 en conciliar y propiciar el desarrollo sustentable en esta zona de 580.000 hectáreas con las actividades económicas predominantes, como son las gestiones que han realizado el sector forestal de Arauco y Mininco, con vastos territorios cubiertos por bosque nativo y plantaciones de pino y eucaliptus, la ganadería y la generación de energía hidroeléctrica. Consideremos al turismo de naturaleza y cultural se ha posicionado dentro de La Reserva en los últimos años, junto con una importante oferta de productos turísticos más tradicionales, como los deportes de invierno en las Termas de Chillán.
En lo inmediato, el Gore Biobío ha adjudicado el proyecto “Diagnóstico Plan de Gestión Reserva de la Biósfera Corredor Biológico Nevados de Chillán”, cuyos detalles serán dados a conocer prontamente en una actividad de carácter público por parte del Gobierno, pero que en lo medular consiste en realizar un diagnóstico local que incluya la identificación y caracterización del territorio y comunidades presentes en el territorio, consensuar una propuesta de proyectos e iniciativas a ser incluidas en el Plan de Gestión, proponer indicadores de Desarrollo Sustentable para efectuar su seguimiento, y efectuar un plan de difusión del trabajo al interior y en el entorno de la Reserva de la Biosfera.
Dentro de los límites de la Reserva viven un poco más de 8 mil 500 personas, concentradas en siete núcleos de poblamiento localizados en los principales valles, quienes esperan, con altas expectativas, lo que este Plan de Gestión proponga en vista a la implementación de la nueva Región de Ñuble. Es una oportunidad, sin dudas.
 

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