Proyecto busca conservar desde el sector de Pullay por el norte, hasta la localidad de Colmuyao, al sur, donde están presentes diversas especies y recursos costeros, como mamíferos marinos residentes (lobo marino común y delfín chileno) y migratorios (cetáceos y aves).
El objetivo principal es crear un Área Marina Costera Protegida de Uso Múltiple en Cobquecura, Región de Ñuble, trabajo conjunto que están desarrollando hace 10 años profesionales y autoridades de la municipalidad, del Programa de Investigación Marina de Excelencia (PIMEX) de la Universidad de Concepción, del Ministerio de Medio Ambiente, del Sernapesca y del Comité Pro Defensa de la Flora y Fauna, Codeff.
En el área se busca generar espacios de conservación de hábitats y rutas migratorias para mamíferos marinos, aves costeras y recursos pesqueros, que a la vez permitirá el desarrollo de actividades económicas de bajo impacto, como la pesca artesanal local, la recolección de orilla y el turismo sustentable. Asimismo, se busca proteger el humedal de Taucú y crear una zona de protección para la práctica del surf, en los sectores de Pullay, Buchupureo y Rinconada.
Renato Quiñones, doctor en Ecología Marina y director del Programa PIMEX de la Universidad de Concepción, detalló que la Lobería de Cobquecura se está estudiando en detalle desde el año 2008, información científica que a juicio del especialista, es un insumo crucial para sustentar la solicitud de la creación del área marina protegida.
“Este programa realiza un estudio profundo de la biología y ecología de los lobos que habitan acá, así como también del ecosistema en general. Por lo tanto, hemos aportado a la generación de conocimiento sobre cetáceos y aves, pero el foco principal del proyecto es determinar el estatus y la salud de la población de lobos marinos de la Lobería de Cobquecura”.
Quiñones agregó que la finalidad es expandir los límites de este santuario de la naturaleza y convertirlo en un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos, que permita mejorar el manejo ecosistémico de la lobería, por ejemplo, con el acceso de la pesca artesanal de manera regulada. “Hemos ido aprendiendo como sociedad sobre la importancia que reviste conservar estos lugares únicos, asegurando la protección de sus especies y formas de vida”.
Información
Al respecto, Patricio Caamaño, seremi de Medio Ambiente de Ñuble, manifestó que efectivamente existen proyectos de diferentes entidades de educación, como también iniciativas de arrastre que nos han aportado desde el Biobío, por lo tanto, teniendo la información completa, podríamos aportar en decir que si alguna proyección de gestión pudiera ser significativa o no para el territorio”.
Caamaño agregó que para Ñuble “la biodiversidad es la base fundamental de la existencia de nuestra cartera, donde cada uno de los hitos naturales, como la Lobería de Cobquecura, son parte del patrimonio de nuestra región. Las declaratorias de protección siempre son importantes, pero no tienen mayor impacto si no existe la verdadera gestión de actores públicos y privados, así como el involucramiento de la comunidad, como actores activos en la gestión de protección, difusión y discusión”.
En la misma línea, Luciano Pérez, director nacional de Codeff, expresó que la lobería es el rostro de varias cuencas y micro cuencas de Ñuble, ya que valiosos nutrientes viajan por miles de vertientes, esteros y ríos que se conectan con la costa. En directa relación con el agua también están los humedales costeros, cuyos múltiples beneficios también alertan de la calidad de los ecosistemas y el medio ambiente.
“La importancia de la lobería está asociada a los tres pilares del desarrollo sustentable, que son la economía, biodiversidad y sociedad, de hecho con la declaración de santuario se dejó atrás una cacería que solo beneficiaba a un reducido grupo y se pasó a una economía multidimensional a escala comunal y provincial. Gracias a la conservación del santuario el turismo se potenció, beneficiando al transporte, gastronomía, hotelería y otros servicios asociados a temas culturales y sociales”, aseguró Pérez.
Daniel Andrades, director de Sernapesca Región de Ñuble, aseguró que el rol de la institución en el ámbito de las propuestas o proyectos de áreas marinas protegidas, es realizado a través de la participación en el Comité Nacional de Áreas Marinas Protegidas coordinado por el Ministerio de Medio Ambiente.
“En ese análisis y evaluación, se consideran una serie de factores, entre los cuales destacan la justificación técnica de la propuesta de protección, nivel de protección (parque, reserva marina u otro) y el grado de aceptación de la propuesta por parte de la comunidad, con el fin de determinar si es posible continuar con el proceso”.
Estudios
Renato Quiñones aseguró que para garantizar un buen estado de salud de la población de lobos marinos, es clave tener buenos censos, ya que la lobería es tridimensional, por lo tanto es imposible realizar un conteo adecuado desde un solo ángulo.
“Entonces realizamos censos de tierra, mar y aéreos, que permiten tener un excelente nivel de precisión de los conteos y determinar cómo varía la población en el tiempo. Hoy la lobería está estable, hay presentes entre 2.700 y 3 mil lobos, dependiendo de la temporada. En el verano es cuando hay más ejemplares, por la actividad reproductiva”.
Por su parte, el seremi de Medio Ambiente de Ñuble, manifestó que está de acuerdo en crear un área marina protegida, aludiendo que una de las primeras solicitudes de financiamiento a nivel regional, ha sido el poder contar con una Estrategia Regional de Biodiversidad, “por lo tanto estos insumos y base científica son muy importantes para el presente y futuro”.
En tanto el director nacional de Codeff, explicó que la relación entre la protección y la economía ya está probada, porque en la medida que el recurso natural se resguarda, son muchas las posibilidades de negocio que se abren sin contaminar ni depredar sin control. “Cobquecura es la prueba que conservando todos ganan, inclusive aquellas que son extractivas artesanales, pero a una escala razonable, de acuerdo a las capacidades de carga que permita la renovación de los recursos naturales”.
Luciano Pérez reiteró que entre Codeff y el Proyecto PIMEX existe una “relación de buenos vecinos, ambos trabajamos en la playa con los lobos marinos y junto con otras organizaciones formamos parte del “Comité de Gestión del Santuario”.
Agregó que para el futuro esperan contar con un centro de investigación, de atención de emergencias y rescates para los lobos. Se requiere de infraestructura para la investigación permanente de este valioso lugar. “Esperamos que el nuevo gobierno regional se entusiasme y se proyecte un centro para el lobo marino”, reafirmó el director nacional de Codeff.
En cambio para el director regional de Sernapesca Ñuble, lo más importante es que el Comité Nacional de Áreas Marinas Protegidas pueda contar con la información más robusta posible del área y de todos los actores, para poder realizar un análisis y evaluación sobre la justificación técnica de la propuesta de protección y grado de aceptación por parte de los distintos usuarios y la comunidad.
“La lobería es parte importante del ecosistema en la región, es un lujo tener una zona como esta, la cual entrega un potencial de investigación y conocimiento que no existe en cualquier lugar, es una oportunidad que va más allá de una importancia ecológica de la zona, ya que reviste de gran relevancia también la ruta escénica, turística, educacional y sobre todo de importancia científica del sector”, aseguró Daniel Andrades.
Salmoneras
Cobquecura ha sido una de las comunas icónicas a la hora de rechazar la industria salmonicultora en la zona, siendo la misma comunidad la que ha encabezado la campaña.
De acuerdo al seremi de Medio Ambiente de Ñuble, Patricio Caamaño, toda persona o entidad es libre de poder plasmar una opinión respecto a su territorio, “donde más allá de estar de acuerdo o no con los slogan, creemos que las acciones son más efectivas que una campaña”.
Agregó que hoy las redes sociales son muy importantes para la difusión de puntos de vista, “pero muchas veces son fuera de tiempo, donde la motivación de ser parte de un proceso se distancia de la cantidad y calidad de las opiniones cuando el sistema está abierto para esos fines. Es cosa de revisar el portal del Servicio de Evaluación Ambiental y te darás cuenta que muchas iniciativas de inversión tienen más participación en redes sociales que en las instancias propias de participación ciudadana presencial”, aseguró Caamaño.
Luciano Pérez, de Codeff, precisó que la solicitud de migración de algunas acuícolas a la zona es un verdadero juego de especulaciones, para probar a un sistema de evaluación débil. “Las evidencias demuestran que sus negocios colapsaron en el sur del país, por lo tanto la comunidad de Cobquecura no permitirá su instalación. No queremos acuícolas en Chile. En Codeff no creemos en esta industria alimentaria, las pruebas son contundentes y todas en su contra, de hecho no solo queremos una costa sin salmoneras, sino más bien la queremos sin actividades industriales depredadoras y contaminantes”.
En tanto, el director regional de Sernapesca, aseveró que en el caso de las solicitudes de acuicultura presentadas en la Región de Ñuble, en concreto las de la zona de Cobquecura, se encuentran en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) y el Servicio ya se pronunció como evaluador sectorial, emitiendo su informe técnico a cada uno de estos proyectos.
Al respecto, Renato Quiñones, director del Programa PIMEX de la Universidad de Concepción, dijo que cuando se piensa en un santuario de la naturaleza, es el último lugar donde uno querría que se instalara una actividad intensiva como la salmonicultora, por lo tanto esta zona no es la adecuada.
La voz del Surf
Danilo Placencia, es sicólogo de profesión, pero el surf, el mar y su biodiversidad es su primera opción. “Cobquecura es una zona potencialmente atractiva, porque puedes encontrar buenas olas para practicar el surf, pero en un entorno natural, no en la ciudad, aspecto que sin duda le otorga un valor agregado a la zona”.
Agregó que la riqueza de Cobquecura para practicar este deporte es incalculable, dado que a menudo te encuentras con lobos marinos, delfines chilenos, ballenas jorobadas y aves migratorias.
“Este escenario natural es muy difícil de encontrar en el mundo. Además puedes surfear durante todo el año, pero entre otoño y primavera, están las marejadas más grandes, que es el escenario perfecto para surfear”, aseguró.
Pero a su vez, Danilo advierte que Cobquecura es una localidad vulnerable a algunos riesgos, por ejemplo con los visitantes.
“Es lamentable cuando vienen turistas en moto y recorren las dunas o circulan por la arena y orilla del mar, cuestión que ha generado una serie de conflictos, dado que la biodiversidad, sobre todo aves, se ven severamente afectadas. Otra amenaza es el desarrollo inmobiliario latente en la zona, que también puede arriesgar esta exquisita mezcla que es campo y mar, ya que muchas de sus construcciones no tienen nada que ver con nuestro patrimonio”.
Con respecto a las solicitudes de concesiones acuícolas en la localidad, el surfista aseguró que Cobquecura no necesita salmoneras, porque tenemos nuestra propia riqueza natural, así como también su extracción, que es artesanal y de recolección manual. “Las salmoneras han causado mucho daño en el sur de Chile, por ejemplo en el Estuario del Reloncaví, donde el fondo marino ya no posee la misma biodiversidad”, lamentó.
Foráneos
También bajo la mirada de un surfista, Lucien Delherbe, deportista de Tomé que lleva varios años visitando las playas de Cobquecura, enfatizó que sus olas son una de las mejores del país y del mundo, principalmente por lo rústico y poco intervenido de su entorno.
“En general los surfistas que venimos a esta playa, coincidimos en la necesidad de crear un área marina protegida, dado que la diversidad de especies es muy importante, esa es la verdadera riqueza de Cobquecura. Por lo mismo también rechazamos la industria del salmón, ya que creemos que el impacto no sólo será con las especies marinas, sino que también en la calidad de las olas”.
Delherbe agregó que el surf, la pesca artesanal y el turismo están conectados, dado que “Cobquecura está experimentando un crecimiento turístico exponencial, donde los pescadores artesanales pueden masificar y vender sus productos, las caletas se hacen más conocidas, así como también hay un mayor desarrollo de alojamientos y gastronomía. “Lo importante es que las prácticas sean sustentables para asegurar la sostenibilidad”.
Desde la pesca artesanal
Palmira Bastías, presidenta del Sindicato de Pescadores Artesanales de Cobquecura, relató que en 2005 comenzaron a administrar un área de manejo de más de 400 hectáreas para la conservación de recursos Bentónicos, principalmente Loco y Lapa, además de algas como el Cochayuyo. Asimismo, han ido creciendo en cuanto a infraestructura, para una mejor atención de los turistas.
“Nosotros creemos que Cobquecura debe tener el estatus de Área Marina Protegida de Uso Múltiple, dada la gran riqueza que tenemos en nuestras costas, tanto en recursos marinos como en especies, donde destaca el lobo marino, que es el ícono de la comuna. Por lo tanto la única forma de preservar la biodiversidad es mantener la zona en su estado natural”.
La dirigenta explicó que para el sector que representa, es muy importante que los pescadores trabajemos siempre procurando la conservación de los recursos del mar, ya que es “de suma importancia dejar para las futuras generaciones, porque también tienen el derecho de conocer toda la biodiversidad y sus bondades”.
Asimismo, Palmira Bastías fue tajante a la hora de rechazar la industria del salmón, aludiendo que en la zona no aceptarán la contaminación que causa la acuicultura intensiva. “Conocemos muy bien la experiencia ocurrida en el sur, con mis propios ojos vi el desastre que hay en la Isla de Chiloé, donde no se ha respetado al mar y su gente. Defenderemos férreamente nuestro litoral y nuestra biodiversidad”.
Turismo y gastronomía
Jorge Puig, del Club Pullay, es un emprendedor gastronómico y gran exponente del surf, quien comenzó a operar luego de ocurrido el terremoto del 27 de febrero de 2010.
“No nos cabe ninguna duda que es de suma importancia declarar el borde costero como Área Marina Protegida, ya que vemos coomo el mundo se desarrolla y son cada vez menos las áreas resguardadas. Sin duda que si como Región de Ñuble tenemos una lógica más sustentable y con menos industrias intensivas, estaremos mejor preparados para el futuro”.
Con respecto al alto interés de empresas salmoneras de instalarse en Cobquecura, Puig aseguró que “obviamente la entrada de una industria de tal magnitud, en cualquier parte de nuestro mar no es positiva, por lo tanto no tiene cabida acá la acuicultura, porque los objetivos que nos hemos planteado como comunidad es conservar nuestra riqueza natural, tener una vida más sustentable, agroecológica”.
De acuerdo al alcalde de Cobquecura, Julio Fuentes, el municipio tiene una sola vocación de desarrollo, que es el turismo, que se desarrolla en los 52 kilómetros de costa y biodiversidad que “de alguna forma es un paraguas que alberga todos nuestros atractivos y experiencias, además de las diversas actividades que se desarrollan, como la agricultura, el turismo de intereses especiales, los artesanos, la gastronomía, el surf y la pesca artesanal”.
El edil agregó que para que Cobquecura y su borde costero sean protegidos y proyectados en el tiempo de manera sostenible, es necesario generar “una especie de coraza para enfrentar las debilidades, que se enfocan principalmente en la playa, dado que no existe un total empoderamiento de la municipalidad y de la comunidad sobre el borde costero. Necesitamos que las concesiones estén a nombre del municipio, para por ejemplo impedir la instalación de la industria salmonera en la zona”.
“Es importante que nos empoderemos, debemos tener nuestra propia cuota de pesca y no compartida con el Biobío como lo hacemos hoy, además de tener una capitanía de puerto, ya que la nueva región de Ñuble no tiene jurisdicción en la costa, de hecho seguimos dependiendo de Lirquén, situación que nos pone en una situación de rezago”, alertó Julio Fuentes, quien aseguró que un paso clave es declarar como Área Marina Protegida el borde costero de Cobquecura.