Jorge Olivares Pacheco, PhD / Núcleo Milenio Microb-R
Lab. de Genética e Inmunología Molecular, Instituto de Biología, Facultad de Ciencias, P. Universidad Católica de Valparaíso.
En el mes del mar es extremadamente importante entender que en la producción de especies acuícolas se usan los antibióticos con el fin de controlar enfermedades bacterianas que en ella se producen. Chile es el segundo productor de salmones en el mundo y lidera la producción de mejillones (choritos) y pectínidos (ostiones).
En todos estos cultivos se usan antibióticos para controlar las enfermedades bacterianas. La producción de proteína a través de la acuicultura constituye en la actualidad el 60% del total de proteína animal producida en la actualidad, sin embargo es muy común la práctica del uso de los antibióticos como promotores del crecimiento. Sin embargo Chile en los últimos años ha incorporado normas estrictas sobre el uso de antibióticos y está totalmente prohibido el uso de estos medicamentos como promotores de crecimiento, al menos en la producción acuícola.
A pesar del logro de este importante avance, todavía el uso de antibióticos es bastante cuestionado en la producción de proteína en la acuicultura, más aún en la producción de salmones.
Tanto ha sido el cuestionamiento sobre el uso de antibióticos, que es un tema que frecuentemente aparece en la prensa con connotaciones totalmente negativas, ejerciendo una presión importante que ha llevado a conseguir grandes avances respecto a la transparencia sobre el uso de estos medicamentos.
Por ejemplo en la actualidad el Servicio Nacional de Pesca entrega un reporte anual sobre el uso de antibióticos en la producción de salmones en Chile, lo que significa un gran paso de transparencia hacia la comunidad, incluso desde el último año está disponible el desglose de uso de antibióticos por centro de cultivo de producción.
Otro de los grandes pasos que ha dado la industria del salmón en Chile es dejar de usar antibióticos de manera preventiva. Esta práctica todavía es muy común en medicina veterinaria, sin embargo, Chile fue el primer país de Latinoamérica en restringir el uso de antibióticos sólo a fines de tratamiento curativo y no preventivo. En la actualidad para que se haga efectivo el uso de antibióticos en un centro de cultivo, debe reportarse el brote de alguna de las enfermedades bacterianas que afectan al cultivo de salmones, si no se ha declarado el brote está totalmente prohibido el uso de antibióticos.
El 4 de mayo del presente año se publicó el informe de uso de antimicrobianos del año 2018 por parte de la industria del salmón y se ha notado una baja importante del índice de uso comparado con los dos años anteriores. Esto se debe a que la industria ha hecho una inversión ingente en investigación y desarrollo con el fin de controlar el uso de estas sustancias.
A pesar de ello todavía es bastante importante la cantidad de antibióticos utilizada, por tanto todavía es necesario que siga habiendo investigación para aclarar todas las dudas que genera el uso de antibióticos en esta actividad productiva. Entre las preguntas que quedan por responder y son totalmente necesarias para entender el fenómeno de resistencia en la acuicultura encontramos las siguientes:
1) ¿Constituye un peligro para la salud humana el consumo de carne de salmón que contiene antibióticos?
2) ¿La carne salmón es un vehículo para bacterias resistentes a los antibióticos?
3) ¿Las heces de los peces van cargadas de bacterias resistentes a los antibióticos, dejando los fondos marinos sembrados de este tipo de bacterias?
4) ¿Los elementos genéticos que contienen las bacterias resistentes seleccionados en el ambiente marino, son capaces de ser traspasados a las bacterias patógenas humanas?
5) ¿Cuál es el origen de los genes de resistencia que están presentas en las bacterias del agua?
Todos estas interrogantes están siendo respondidas en grupo de “Resistencia antimicrobiana en bacterias patógenas y ambientales” del Laboratorio de Genética e Inmunología Molecular de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Este grupo que forma parte del Núcleo Milenio Microb-R también ha participado de forma activa en el Programa de Gestión Sanitaria de la Acuicultura, PGSA , el programa más grande a nivel nacional para el mejoramiento de la calidad de la producción acuícola de Chile.