Reportajes

El gran desafío de conservar al Huemul

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Radiografía a una especie icónica de las cordilleras de Chile y Argentina

Estimaciones de especialistas coinciden que existen unos 1.500 ejemplares de esta especie, fundamentalmente en la Patagonia, de los cuales el 70% son chilenos.

El Huemul (Hippocamelus bisulcus), es una especie en peligro de extinción que habita en la región andino patagónica de Chile y Argentina. Hoy se sabe de sólo dos poblaciones, separadas por más de 500 kilómetros, siendo la primera ubicada en los Nevados de Chillán-Laguna del Laja y la segunda en la Patagonia Austral.

Habita bosques dominados por Lenga y matorrales de Ñirre, combinado con sectores rocosos y de fuertes pendientes. Esta especie busca zonas donde existan buenas fuentes de vegetación para alimentarse y elementos que le permitan protegerse de depredadores como el Zorro Culpeo y el Puma.

De acuerdo a Fabiola Lara, coordinadora del Biobío del proyecto Conservación de Especies Amenazadas del Ministerio del Medio Ambiente, FAO y GEF (Fondo Mundial para el Medio Ambiente), el Huemul es uno de los tres ciervos que existen en Chile, además del Pudú y la Taruka.

“Es una especie de mediano tamaño, entre los 80 centímetros y 1 metro de altura. De aspecto robusto y extremidades cortas, con pelaje café grisáceo, con excepción del vientre, la cara inferior de la cola, los alrededores de los ojos y el extremo de la mandíbula, que son de color blanco”, detalló.

Los machos alcanzan, explicó Lara, un peso de 65 a 95 kilos y las hembras de 60 a 65 kilos. Los machos adultos tiene astas de dos puntas, cuya rama posterior puede alcanzar 30 centímetros de largo, mientras que la anterior es algo más corta. Vive solo o en grupos de cuatro ejemplares y su huella es de hasta 8 centímetros de largo.

“El período de celo se produce en otoño (marzo a mayo) y el período de gestación va desde los siete a ocho meses. Las hembras paren un cervatillo por año, los cuales nacen con un color uniforme y sin manchas”, añadió la profesional.

Zona central y Patagonia

Cristián Saucedo, director del Programa de Vida Silvestre de Tompkins Conservation, aseguró que el estado de conservación del Huemul a nivel nacional e internacional es “en peligro” de extinción.

Saucedo dijo que en término numéricos, es difícil dar una cifra exacta, pero se han hecho algunas estimaciones y el número que ronda sobre la población de huemules en el mundo es de entre 1.500 y 2 mil ejemplares y su distribución actualmente está restringida o circunscrita fundamentalmente a la Patagonia, tanto chilena como argentina.

Agregó que originalmente el hábitat del Huemul comprendía desde la Región de O’Higgins hasta el extremo sur de Tierra del Fuego. Se habla, indicó, de una retracción territorial de más de un 90% y en muchos de esos lugares, la probabilidad de que vuelvan a haber es mínima, porque han habido cambios sustanciales en el lugar donde habitan.

“En general las mejores condiciones, hablando de hábitat, está del lado chileno, ello se refleja en que en nuestro país vive el 70% de la población mundial de huemules. Ahora, más importante que saber de qué lado están, se deben centrar y generar acciones coordinadas entre ambos países para poder preservar grandes territorios de tierra en donde habita esta especie, ya que gracias a su conservación, se estarían preservando ecosistemas completos”, explicó el especialista de Tompkins Conservation.

Por su parte, Fabiola Lara, afirmó que según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el Huemul (Hippocamelus bisulcus) se encuentra en la categoría “en peligro”, siendo la última población de Chile central ubicada en la cordillera de Los Andes de Ñuble y Biobío, la que se encuentra con mayor riesgo debido a la alta fragmentación de las sub poblaciones, bajo tamaño poblacional y aislamiento geográfico respecto de la población más cercana ubicada alrededor de 400 kilómetros en Nahuelhuapi (Argentina).

Lara aseguró que hoy sus principales amenazas están asociadas a proyectos de inversión como la construcción de embalses, centrales hidroeléctricas y de paso, líneas de trasmisión eléctrica, mejoramientos de caminos y también infraestructura habitacional de asentamientos humanos. “Estas acciones producen una disminución del hábitat de la especie, causado principalmente la fragmentación del hábitat de Huemul”.

Otra amenaza según la especialista, es el efecto del cambio climático, lo que provocaría una disminución de calidad y cantidad del hábitat, lo que potencialmente podría afectar en la distribución actual de la especie.

Otras amenazas

También son amenazas las actividades turísticas y ganaderas no sustentables,  las cuales pueden producir el desplazamiento del Huemul hacia un hábitat menos idóneo, además de contraer enfermedades en el caso de bovinos y caprinos. Sumado a esto, la presencia de perros sueltos provocan ataques a esta especie y a la fauna en general.

“La presencia de ciervos exóticos como el Ciervo Dama y Rojo significan otra amenaza para el Huemul. Estas especies compiten por el alimento y lo desplazan hacia un hábitat de menor calidad. Sumado a esto, la presencia del Ciervo Rojo aumenta las posibilidades de transmisión de enfermedades”, reiteró Fabiola Lara.

En la misma línea, Andrés Diez, coordinador de proyectos de Puelo Patagonia, aseveró que el peligro de extinción de esta especie es una realidad del norte al sur de los Andes, de hecho aseguró que en el Valle del Puelo se pueden observar poblaciones fragmentadas que habitan los sectores más altos de la cordillera (entre los 900 y 1.400 metros sobre el nivel del mar), que probablemente han restringido su hábitat a esos rincones producto de la invasión de su entorno original, ya sea por actividades humanas, caminos o especies exóticas (perros, ganado y jabalíes).

“Por tanto a la fecha no podemos saber con exactitud qué tan difícil les resulta interactuar en el territorio. Además algunos individuos presentan un excelente estado de conservación, mientras que en otros hemos logrado evidenciar melanomas y otros tipos de sarna que son comunes para el ganado ovino”.

Diez planteó que las principales amenazas para el Huemul en el Valle del Puelo, son la fragmentación del hábitat, desconocimiento de su existencia en la mayoría de la población local, la cacería del jabalí que se hace con perros rastreadores y las enfermedades transmitidas por ganado.

¿Por qué conservar Puelo y Cochamó? Según Andrés Diez, la comuna de Cochamó contiene dos cuencas, la del Río Cochamó y la del Río Puelo. Ambas cuencas son de relevancia mundial para la conservación de la biodiversidad en el planeta, siendo gran parte de su superficie declarada por Unesco como “Reserva de la Biósfera de los Bosques Templado lluviosos de los Andes Australes”.

Agregó que sus condiciones de acceso han permitido conservar uno de los ecosistemas más prístinos del país, siendo hábitat de especies endémicas con problemas de conservación como el Alerce, el Huemul y el Huillín.

Además, según el coordinador de proyectos de Puelo Patagonia, más del 75% de este territorio está cubierto por bosque nativo en buen estado de conservación y el 20% de su superficie corresponde a cabeceras de cuencas hidrográficas, las cuales contienen glaciares, lagos, lagunas y humedales herbáceos y arbustivos, que aportan servicios ecosistémicos relevantes para la existencia de poblaciones humanas, para la mitigación del cambio climático y la regulación local del ciclo hídrico.

En el mismo sentido, Cristián Saucedo, aseveró que son amenazas para los huemules, los perros, el ganado, la caza furtiva o la casa ilegal. El perro referido al ataque, que no necesariamente son perros asilvestrados, son aquellos que tienen dueño, pero que hacen su vida libremente. “La caza, las enfermedades, la pérdida de hábitat, las especies exóticas, como el Ciervo Rojo y el Jabalí, también son negativas o tienen un impacto, así como también dijo que una de las mayores amenazas hoy son las grandes obras de infraestructuras”.

“Imagínate lo que significa para una población cualquiera de huemules que se construya una hidroeléctrica o una carretera, que se levanten en los lugares donde ellos habitan, los expone y deja esos territorios mucho más vulnerables a la acción de estos factores negativos de los que estamos hablando”.

Otra cosa, advirtió el experto de Tompkins Conservation, es que los huemules naturalmente tienen un comportamiento muy manso, muy curioso hacia las personas y eso lamentablemente les jugó en contra, “puesto que la colonización y ocupación de los lugares donde habitualmente habían huemules, llevó a los habitantes de esas zonas a matarlos muy fácilmente, con un hacha o un cuchillo, no necesitaban si quiera un arma de fuego porque no arrancaban”.

Luego de este primer encuentro entre humanos y huemules, sobrevivieron algunos, como los de Chillán y los de Puelo, pero ahora la raza es mucho más arisca, muy tímidos, hoy se dejan ver muy ocasionalmente, para evitar el riesgo, prefieren moverse en lugares muy abruptos de la cordillera, de modo que nadie los vea y puedan estar tranquilos, reflexionó Saucedo.

“En el caso específico de los existentes en Parque Nacional Patagonia, hemos logrado que los huemules vuelvan a su comportamiento original, es decir, habituados a las personas, no arrancan, han recuperado su población y ha sido producto de la transición o mejor dicho de este reasilvestramiento del lugar, donde hemos eliminado todo lo que se alzaba como amenaza a la vida del Huemul, es decir, sacamos los cercos, el ganado y los perros, de esta forma estos ejemplares pudieron ocupar esos lugares que habían perdido, elegir los mejores sitios, reproducirse, colonizar nuevos lugares y a partir de eso generar individuos que van ocupando todo el espacio dentro del parque”.

Trabajo desplegado

Fabiola Lara, coordinadora del proyecto Conservación de Especies Amenazadas del Ministerio del Medio Ambiente, FAO y GEF, detalló que actualmente se está ejecutando un programa de educación ambiental para la conservación del Huemul, dirigido a funcionarios públicos, sociedad civil y establecimientos educacionales.

En específico se está trabajando con 17 establecimientos educacionales de cuatro comunas de la Reserva de la Biosfera Corredor Biológico Nevados de Chillan-Laguna del Laja, que son San Fabián de Alico, Coihueco, Pinto y Antuco.

El proyecto Conservación de Especies Amenazadas se está desarrollando en cuatro predios pilotos, con el objeto de implementar buenas prácticas turísticas y ganaderas para la conservación del Huemul. 

“Estos predios son claves para trabajar la compatibilidad entre el desarrollo ganadero y turístico con la conservación de Huemul. Se priorizó el trabajo en emplazamientos estratégicos que se sean hábitat y se encuentren colindantes a áreas protegidas, ya que de esta forma se focalizan los esfuerzo de conservación en la Zona de Amortiguación de la Reserva de la Biósfera Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja y se fortalece la conectividad entre las subpoblaciones de la especie”, aseguró Lara.

Curso en la montaña

En San Fabián de Alico, en Ñuble, se realizó un taller para trabajar en un protocolo de monitoreo del Huemul en Chile Central.

“El objetivo del curso fue capacitar a actores claves de la cordillera de Ñuble y Biobío en el reconocimiento, búsqueda de indicios y técnicas de monitoreo del Huemul, aseguró Carlos Garcés, profesional de FAO.

El balance, estableció Garcés, es muy positivo, tuvo muy buena recepción y fueron bastantes las personas interesadas en participar, como guías de montaña, socorro andino, grupos de senderismo  y guardaparques. “Es una gran señal que nos da a entender que las personas están interesadas en conocer más sobre la especie y nos entrega la motivación para volver a realizarlo”.

Garcés enfatizó que debido al bajo tamaño poblacional del Huemul de Chile central, lo complejo de topografía para realizar estudios  y un número bajo de personas capacitadas en el reconocimiento de la especie.

“Es necesario fortalecer capacidades de reconocimiento de la especie entre actores clave que se desenvuelven en la Cordillera de Los Andes de las regiones de Ñuble y Biobío. Esto  nos ayudará a aumentar la posibilidad de tener registro de Huemul, sobre todo fuera de las Áreas Protegidas del Estado. Con esta labor de monitoreo tendremos más datos de la presencia de la especie en el Corredor Biológico Nevados de Chillan-Laguna del Laja, situación que nos  ayudará en la toma de decisiones en materia de conservación”.

Equipo especialista

Cristián Saucedo, en tanto, indicó que Tompkins Conservation cuenta con un equipo dedicado especialmente al Programa de Vida Silvestre, que viene trabajando desde el año 2005 en el Parque Nacional Patagonia. Uno de sus programas está dirigido a la conservación y recuperación del Huemul.

Dentro de las tareas del programa se encuentran la captura de ejemplares y colocación de collar para posteriormente monitorear las actividades y lugares por donde transitan estos individuos a modo de tener un mapa claro y así poder ayudar en la labor de su repoblamiento.

Con respecto a la labor que Tompkins Conservation está efectuando con Argentina, destaca el trabajo que se remite al caso de Puelo, proyecto que se ha venido desarrollando junto a Puelo Patagonia y que partió “como una pequeña iniciativa que presentamos a National Geographic para intentar revelar información sobre el Huemul, ese era el objetivo, y que en el caso de que encontráramos huemules, generar una estrategia de trabajo con el país vecino, ya que al encontrarlos en esa zona lo más probable era que se tratara de una población compartida entre Chile y Argentina”, explicó Saucedo.

Asimismo, Andrés Diez, de Puelo Patagonia, aseguró que el objetivo planteado es lograr un trabajo a largo plazo que asegure la protección y conservación de los huemules de Puelo, mediante una ruta de trabajo que involucra investigación y monitoreo, protección de hábitat, educación ambiental y capacitación de huemuleros locales.

Codeff

Luciano Pérez, director nacional de Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna (Codeff), sostuvo que desde el año 1998 la ONG es propietaria del Santuario de la Naturaleza Los Huemules del Niblinto, que posee 7 mil 530 hectáreas de superficie, siendo el área protegida ubicada más al norte de la Reserva de la Biosfera.

Al paso de los años, explicó Pérez, se han fortalecido las relaciones con los vecinos y el levantamiento de información conjunta, estableciéndose por ejemplo, que en Chile central, que se ubica en los Nevados de Chillán- Laguna del Laja, es la que se encuentra con más riesgo de extinción, debido a su bajo tamaño poblacional (entre 50 a 80 individuos), además de la alta fragmentación entre las metapoblaciones y el aislamiento geográfico (alrededor de 400 kilómetros de la población más cercana).   

“En este sentido es que el Santuario de la Naturaleza Los Huemules del Niblinto es un sitio clave para la conservación de la población de Chile central del Huemul, debido a que protege grupos reproductivos de la especie.

Luciano Pérez agregó que alrededor del 30% del hábitat del Huemul de Chile central se encuentra protegido por Áreas Silvestres Protegidas Del Estado. En este sentido las Áreas de Alto Valor de Conservación (AAVC), constituyen un aporte a la conservación del hábitat y de metapoblaciones del ciervo.

“El Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de CONAF y principalmente el cuerpo de guardaparques de las Reserva Nacional  Los Huemules del Niblinto, Reserva Nacional Ñuble y Parque Nacional Laja, son referentes histórico de conocimiento y dedicación  para la conservación de la especie. Sin embargo, es necesario más aporte del Estado para la conservación de la especie mediante programas de monitoreo, educación ambiental e investigación científica”, apuntó Pérez.

CMPC

Todo comenzó en 2005, cuando investigaciones en los predios de CMPC, en el sector alto de la Cordillera de los Andes, se determinó la presencia de una pequeña población de huemules.

Así fue como la compañía declaró como Área de Alto Valor de Conservación (AAVC), esta superficie que comprende 4.600 hectáreas, con el objetivo de cooperar con la conservación del huemul y su hábitat, controlando las amenazas y generando las condiciones para la colonización de los ambientes presentes en este terreno.

“Actualmente se estima una población total cercana a 50 huemules en la zona alta de la Cordillera de los Andes, entre Los Ángeles y Chillán”, afirmó, Jean Pierre Lasserre, gerente de Tecnología y Planificación de CMPC.

El profesional explicó que dentro de las principales acciones que se han tomado para la conservación de este mamífero, se encuentra la mantención de un área especial para la protección de la especie, en una zona de 1.200 hectáreas dentro de Rucamanqui y  la implementación de restricciones de acceso para el ganado y otros animales domésticos, que pueden ser fuente de transmisión de enfermedades.

Desde 2014 se realizan trabajos de monitoreo a cargo del consultor en conservación, Rodrigo López, a través de 14 cámaras trampas, que reflejan la presencia del Huemul e indicadores indirectos, como huella y pelaje. El rescate de la información de las cámaras se realiza de dos a tres veces al año.

 “Dentro de los próximos objetivos propuestos está el apoyar instancias de trabajo conjunto con organismos públicos y propietarios colindantes, para evitar que las actividades relacionadas con la producción o el turismo se conviertan en una amenaza para la conservación del huemul”, explicó Jean Pierre Lasserre.

Desde el año 2014 CMPC realiza trabajos de monitoreo a través de 14 cámaras trampas, distribuidas aproximadamente en 1.200 hectáreas, las que reflejan la presencia de huemules e indicadores indirectos como huellas y pelaje. Este monitoreo lo realiza el investigador nacional, Rodrigo López, especialista que ha trabajado hace muchos años en Chile en la investigación de huemules.

Arauco

Confirmar la reproducción de especies en peligro de extinción como el Zorro de Darwin o el Huemul y realizar estrategias de resguardo frente a amenazas como perros salvajes y ganado, son parte de las acciones preventivas materializadas para proteger la fauna nativa chilena, gracias al uso de cámaras de filmación de Conaf en parques nacionales y Arauco, en sus Áreas de Alto Valor de Conservación (AAVC). 

El uso de dispositivos de grabación facilita el monitoreo del comportamiento de la fauna presente en estas áreas protegidas, que comenzó hace una década como un proyecto pionero para detectar la presencia y distribución  del Zorro de Darwin, en los predios de Arauco, desde Biobío a La Araucanía y, posteriormente, seguir los pasos de las familias de huemules presentes en la zona cordillerana de la Reserva Nacional Ñuble.

El jefe del Programa Conservación de Fauna de Arauco, Raúl Briones, explicó que la idea de colocar estos dispositivos surgió en 2012, motivados por encontrar al denominado zorro chilote, cuya presencia solo era conocida en la isla, cuya población no supera los 600 ejemplares. Con este fin, se instalaron 80 cámaras en algunas las Áreas de Alto Valor de Conservación (AAVC) de la empresa, las cuales han detectado ejemplares incluso en otras localidades de Valdivia.

El profesional detalló que la técnica consiste en colocar cámaras automatizadas en grillas, sujetas en troncos de árboles o en varillas, en senderos, entradas de madrigueras u otros hábitats, las que filman a las especies sin alterar sus rutinas, lo que ha favorecido conocer la fauna, sobre todo mamíferos de talla mediana y grande”.

El ejecutivo agregó que el principal valor del proyecto radica en que permite tener certeza sobre la presencia y ciclos biológicos de especies de las cuales no se tenían registros, como huemules, guiñas, chingues y pumas.

Actualmente Arauco tiene dispuestas 21 cámaras que se van rotando de sitios según la época del año, en un Plan de Monitoreo de Especies, con énfasis en el Huemul, en el Área de Alto Valor de Conservación en Ñuble. 

El análisis de esta información está a cargo de un grupo de especialistas, integrado por un equipo multidisciplinario. Uno de sus integrantes, el consultor Rodrigo López, quien aseveró que cuatro personas monitorean la fauna silvestre, particularmente aquellas especies que están con problemas de conservación y que en el área son huemules, vizcachas, gato colo-colo, pumas y zorros, con el fin de anticipar amenazas o alguna enfermedad.

Con un peso no superior a los 300 gramos y de poco más de 30 centímetros de largo, las cámaras trampa se han convertido en una poderosa y práctica herramienta.

Su principal característica es que tienen un sensor de movimiento, que activa la filmación al notar presencia de animales, generando una primera fotografía y, posteriormente, graban un video de no más de 15 segundos y a una distancia que puede llegar hasta 30 metros. “Con esto, recalcó López, se cumple el objetivo de tener certeza sobre la presencia de especies, los lugares en que ocurre, día, horario, temperatura del día de registro y estación del año de mayor actividad”.

Buenas prácticas para conservar al Huemul

  • Denunciar acciones que atenten contra su supervivencia
  • No permitir perros sueltos o abandonados
  • Mantener en buen estado sanitario a sus mascotas y ganado, desparasitándolos y vacunándolos adecuadamente
  • No realizar manejo de bosque nativo no autorizado
  • Evitar incendios forestales, hacer fogatas sólo en lugares autorizados
  • No ingresar ganado en áreas protegidas y evitar las veranadas en los hábitat del Huemul
  • Transitar por senderos establecidos en áreas protegidas
  • En caso de avistar algún ejemplar actuar con prudencia y reportar aparición
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