Gonzalo Bustos
Director Museo de la Historia de Penco
En septiembre de 2016 se inauguró el Museo de la Historia de Penco, en el Biobío, el primer espacio especializado en el patrimonio de un territorio con extensa historia.
Más allá de atender la definición clásica de museo, sobre la conservación, investigación, exhibición y educación que debe tener cada espacio de estas características, como institución sostenemos objetivos claros de desarrollo estratégico para su posicionamiento en la comunidad local, ya que el rol y definiciones que posea un museo dependen directamente de las realidades donde se encuentre inserto.
Desde sus inicios este proyecto municipal ha mantenido la inquietud de ir más allá. Desafíos como el trabajo en el espacio público y el desarrollo curricular escolar a partir del contenido museográfico, fueron los ejes elegidos en estos primeros tres años de existencia.
El uso del museo como espacio educativo ha servido para que alumnos, alumnas y docentes de establecimientos educacionales puedan extender el trabajo desarrollado en sus aulas, estudiando con apoyo de material pedagógico, recorridos guiados por el museo y rutas patrimoniales por la ciudad, que se centran en los requerimientos curriculares de la asignatura de historia.
Cabe señalar que en septiembre de 2019, el ICOM (Consejo internacional de Museos) se reunió en la ciudad de Kioto, Corea del Sur, en la 34a Asamblea General, donde se discutieron temáticas asociadas al quehacer museístico, aprobándose resoluciones como “Sostenibilidad e implementación de la Agenda 2030”, “Compromiso con el concepto “Museos como ejes culturales””, “Medidas para preservar y mejorar las colecciones”, “Museos, comunidad y sostenibilidad”.
Acciones de gran interés, ante los cambios y nuevas definiciones que afrontan las instituciones consideradas como fuentes fiables de investigación y generación de conocimiento.
En lo particular, reflexionando sobre las nuevas definiciones de museos que afronta el siglo XXI, se debe entender la diversidad de estos lugares, las vocaciones y como se relacionan con su contexto; por eso es indispensable que estos espacios culturales sean pensados como centros educativos, rol que se debe asumir desde la planificación misma, actividades formativas, eventos culturales, investigaciones y el trabajo asociado con organizaciones que tengan estos mismos fines.
La educación en los museos debe estar presente y así aparece enunciada en las últimas definiciones publicada por ICOM que alude a su rol “…con fines educativos, estudio y recreo”, pero es un concepto que debiera abordarse con mayor importancia, desde una estrategia institucional concreta, no como elemento abstracto meramente teórico.
Pensar el museo como una institución educativa es el desafío que debemos reafirmar como profesionales del área patrimonial y cultural, un lugar que permita el cuestionamiento reforzando la reflexión en torno a temáticas que aludan al territorio. Es por eso que el diálogo entre museo y ciudad es fundamental a la hora del éxito o fracaso que se tenga, ya que la misma ciudadanía es la que válida las acciones que sean realizadas, dando sentido y acompañando como agentes activos el quehacer diario de estas instituciones.