El proyecto contempla cambios de algunos materiales en las embarcaciones y la utilización de mallas más grandes, para que aves como fardelas y pelícanos no queden atrapadas en la red.
La fardela blanca (Ardenna creatopus) es un ave migratoria que llega a territorio chileno en primavera para anidar, siendo la Isla Mocha y el Archipiélago Juan Fernández sus áreas predilectas.
Luego de su proceso de reproducción, la fardela blanca retorna al verano del Hemisferio Norte. Sin embargo, durante la crianza y migración, muchos ejemplares mueren intentando alimentarse de los cardúmenes de sardina y anchoveta, atrapadas en las redes de pesca.
Este hecho motivó a la ONG BirdLife International, a través de ATF-Chile, y a la pesquera Blumar, a concretar un proyecto que monitoreara flotas pesqueras, donde el trabajo piloto incluyó la modificación de tres embarcaciones artesanales de Talcahuano.
El gerente de operaciones de Blumar, Enrique Cisterna, dijo que la decisión de participar no fue fácil, ya que había que crear confianzas y tomar un riesgo alto en este trabajo colaborativo.
“Sin duda este proyecto ha marcado una evolución en la compañía. Involucrarnos activamente poniendo el foco en proteger un ave marina fue algo realmente innovador para todos, un aporte a nuestra nueva forma de enfrentar los desafíos que el mundo nos impone en materias de sustentabilidad”, destacó Cisterna.
Cristián Suazo, coordinador del programa ATF-Chile de BirdLife International, expresó que en el contexto marino, se dedican al diagnóstico, desarrollo y promoción de medidas de mitigación a bordo de naves pesqueras (artesanales e industriales), con el fin de reducir el impacto por colisiones y enredos de aves marinas.
“En el año 2018 BirdLife materializó un acuerdo de colaboración con Blumar, empresa que ha participado activamente para disseñar y desarrollar medidas de mitigación y así reducir eventos de colisiones y enredos de aves en el centro sur de Chile”.
Suazo agregó que en este tipo de pesquerías, una de las especies más asociadas a eventos de interacción negativa es la fardela blanca, ave marina buceadora que está asociada a las faenas de cerco, porque consume las mismas especies capturadas.
Esta ave corresponde a una especie altamente migratoria, de hecho luego de su reproducción puede alcanzar zonas tan distantes como la costa pacífico de Canadá. Por lo anterior, el conservar este tipo de aves marinas es un compromiso nacional, pero también de interés internacional, precisó el coordinador del programa ATF-Chile de BirdLife International.
Aves marinas
Existe un variado espectro de especies de aves marinas vinculadas a este tipo de pesquerías. Según Cristián Suazo, se pueden encontrar fardelas, cormoranes, albatros y pelícanos.
¿Qué otras aves marinas están en peligro? Según el especialista, existen diferentes estados de conservación que enfrentan las aves marinas. Y están definidos por su número poblacional, rango de distribución, entre otros parámetros, que puedan condicionar sus poblaciones naturales a la extinción. En el caso de las aves marinas, las mayores fuentes de riesgo son las especies invasoras, cmo los roedores, que comen huevos y pollos en las colonias.
En el mar, una de las importantes amenazas es la captura y mortalidad de individuos en operaciones de pesca. “Lo bueno, es que las normativas nacionales, acuerdos internacionales y políticas de empresas y asociaciones pesqueras, están en la línea de conversar y tomar acciones que permiten el desarrollo de su actividad, pero conservando especies que interactúan con su actividad en el ambiente marino”, acuñó Suazo, coordinador del programa ATF-Chile de BirdLife International.