Doris Soto Benavides
Investigadora Principal del Programa Integrativo
Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR)
El año 2016 intensas y extensas Floraciones de Algas Nocivas (FANs) produjeron pérdidas en la producción salmonera, en el empleo y en los medios de subsistencia local, revelando así el alto grado de vulnerabilidad de la industria salmonera a la variabilidad y al cambio climático.
En un esfuerzo liderado por la investigadora principal del Programa Integrativo del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola, INCAR, Dra. Doris Soto, convocó a un panel de expertos en acuicultura, clima y economía compuesto por el Dr. Jorge León, el Dr. Jorge Dresdner, la Dra. Carol Luengo, el Dr. Fabián Tapia y el Dr. René Garreaud, para unirse en una investigación interdisciplinaria que evaluó la vulnerabilidad de la salmonicultura al cambio climático.
El estudio denominado “Salmon farming vulnerability to climate change in southern Chile: understanding the biophysical, socioeconomic and governance links” (1) pronostica una intensificación en el decrecimiento de las precipitaciones y un aumento en la temperatura del aire en la Región de Los Lagos y la zona norte de la Región de Aysén.
Esta condición reducirá significativamente los ingresos del agua dulce al sistema costero, principalmente durante primavera, verano y otoño temprano, lo cual puede propiciar la ocurrencia de eventos nocivos para el cultivo de salmónidos tales como hipoxias y FANs (2).
Conjuntamente, las zonas del mar interior de Chiloé en la Región de Los Lagos y los canales de la Región de Aysén, han experimentado incrementos significativos de temperatura durante los últimos 20 años. “Es posible entonces que áreas de cultivo que actualmente tienen salinidades bajas y moderadas incrementen su salinidad y que continúe la tendencia de aumento en la temperatura del mar. Incrementos de temperatura y salinidad son en general malas noticias para la salmonicultura, puesto que los incrementos de ambas variables facilitan la reducción del oxígeno y hace más propicia la presencia y expansión de parásitos como Caligus y Amebiasis”, detalló la Dra. Doris Soto.
Riesgos y estudios
El análisis de riesgo que realizó la investigación revela además que ciertas condiciones de manejo del sector pueden incrementar el riesgo ante el cambio climático.
“En particular, aquellas áreas o barrios que han acumulado más producción y que tiene altas densidades en términos de biomasa/km2, presentarían mayor riesgo de pérdida, dado que tales condiciones son más susceptibles al parasitismo y enfermedades. Además porque los ingresos acumulados y actuales de nutrientes de la salmonicultura al ecosistema podrían facilitar crecimiento del fitoplancton y potenciar desarrollo de FANs, en condiciones de incremento de temperatura y un mayor número de días sin precipitaciones en los meses de verano y otoño”, agregó el investigador adjunto del Programa Integrativo del INCAR, Dr. Jorge León.
El estudio sugiere que es posible reducir la vulnerabilidad implementando algunas medidas de adaptación claves tales como: i) planificación espacial de los centros y Agrupaciones de Concesiones de Salmónidos (ACS) basada en riesgos, (ii) mejorando sistemas de monitoreo ambiental y alerta temprana abiertos, transparentes y con inclusión local ampliada, (iii) mejorando la coordinación público-privada y entre entidades y agencias y (iv) mejorando el manejo productivo de los centros y iii) manteniendo la concentración de la producción de salmones (ton/km2) a niveles que minimicen el riesgo (por magnitud de impacto).
Deben considerarse también los riesgos para la producción misma y para el ecosistema. Para ello es fundamental establecer capacidad de carga de áreas y/o ecosistemas relevantes que contienen la producción.
Existe además un estudio en curso sobre el impacto del cambio climático sobre la calidad y cantidad de agua dulce para las pisciculturas en las regiones del Biobío y Araucanía, cuyos resultados preliminares sugieren que este recurso podría ser también muy afectado y limitante, especialmente para pisciculturas de flujo abierto.
“La mitilicultura chilena que se desarrolla esencialmente en la Región de Los Lagos, por su estrecha relación con las condiciones ambientales de los ecosistemas en que se desarrolla, está expuesta a la variabilidad climática y al cambio climático”, explica la Dra. Doris Soto.
Por ello, el Centro INCAR en colaboración con la Universidad Austral de Chile (UACh) sede Puerto Montt, la Universidad de Los Lagos (ULA); el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) y el Instituto Tecnológico para la Mitilicultura (INTEMIT) están llevando a cabo un estudio que aborda los siguientes aspectos: i) el riesgo que enfrentaría la captación y retención de la semilla y; ii) el riesgo para el proceso de engorda y cosecha.
Para la captación de semilla se prevé que la reducción en las precipitaciones previstas para la Patagonia Norte bajo el escenario de Trayectorias de Concentración Representativas (RCP, por sus siglas en inglés) de 8.5 -el peor escenario correspondiente al incremento de gases efecto invernadero- podría afectar tanto a los bancos parentales, como el proceso de transporte de larvas y captación retención de semilla.
En tanto para el proceso de engorda, un mayor número de días sin lluvia y un leve calentamiento del mar interior podrían facilitar procesos con efectos opuestos como son incrementos en la ocurrencia e intensidad de FANs e incremento en la disponibilidad de alimento generando más bien oportunidades. Finalmente, dada la alta densidad de los cultivos tampoco podemos descartar los riesgos de enfermedades.
Otros grupos de investigadores han abordado también el efecto de acidificación del océano sobre los mitílidos y se plantea como urgente abordar diversas brechas de conocimiento para entender impactos que se sobreponen, y en algunos casos, se contraponen.
(1) https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/raq.12336