Miguel
Gatica
Sub gerente Ingeniería en Olores
Proterm
El olfato es la respuesta evolutiva del ser humano para conservar la especie, si algo huele mal ¡No puede ser bueno para mí!
A pesar que nadie ha fallecido jamás por molestias inducidas por malos olores, los olores molestos son estresores ambientales que pueden afectar la calidad de vida de las personas.
En nuestro país existen diferentes fuentes que pueden ser consideradas generadoras de malos olores, como por ejemplo planteles de animales, pesqueras, plantas de tratamiento de aguas servidas, entre otras.
La capacidad de un olor de generar molestias, depende de su frecuencia, intensidad, duración, ofensividad y la localización de la fuente con respecto al receptor que percibe los olores molestos.
Un primer paso para gestionar los conflictos socioambientales generados por las emisiones odorantes, independiente del tipo de rubro o actividad, es realizar un buen diagnóstico, el cual permita identificar las principales fuentes generadoras de olor y los compuestos precursores del olor (H2S, NH3, COV, etc.), para finalmente implementar una medida de control que permita reducir las emisiones.
¿Cómo se mide el olor?
A grandes rasgos, existen métodos analíticos y sensoriales, los cuales pueden darnos una idea del efecto en cuanto a las molestias que generan las emisiones de olor sobre las personas que perciben el olor.
Los métodos analíticos están orientados a identificar cualitativamente y cuantitativamente los compuestos químicos o sustancias olorosas que causan molestias, por ejemplo, la concentración de H2S asociada a las emisiones de industrias de celulosa.
Entre los equipos utilizados para medir olores simples, es decir como consecuencia de un solo compuesto, encontramos los cromatógrafos de gases, monitores, sensores electroquímicos, etc.
Los métodos sensoriales están orientados a medir el olor compuesto, es decir aquel que se percibe como consecuencia de la mezcla de más de un olor simple. Dichos métodos consideran la sinergia, interferencia e inhibiciones de los compuestos odorantes.
Entre los principales métodos sensoriales encontramos la olfatometría dinámica, técnica que permite dar una cuantificación al olor en la unidad de medida llamada “Unidad de olor” expresada como OUE/m3.
Otra técnica utilizada son los panelistas de campo, método que funciona con personas entrenadas que registran el tiempo en el cual una nota de olor se percibe en terreno. La unidad de medida es el porcentaje de horas de olor Pod. Ambas técnicas utilizan como sensor principal la nariz humana
Es importante tener presente que todas las metodologías para medir olor son complementarias y permiten realizar un diagnóstico robusto para pasar a la siguiente etapa en la gestión de los olores, es decir la implementación de un sistema de control, adecuado para la fuente de emisión, teniendo en cuenta sus características físicas y químicas. Para mayor información mgatica@proterm.cl