Ante un centenar de personas se llevó a cabo en el Auditorio del Instituto de Anatomía de la Universidad Austral de Chile, la entrega de reconocimientos de parte del Sistema Nacional de Certificación Medioambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE) en la Región de Los Ríos, actividad organizada por el Ministerio del Medio Ambiente a través del programa de Escuelas Sustentables y con apoyo de la UACh.
El SNCAE establece estándares medioambientales que miden la presencia del componente ambiental en tres ámbitos del quehacer educativo: curricular-pedagógico, gestión y relaciones con el entorno, aspectos evaluados por el Comité de Certificación Ambiental Regional, que es formado por el Ministerio de Educación, Ministerio de Energía, Junji, Integra, Dirección General de Aguas (DGA), Conaf, Universidad Austral de Chile (UACh), Senda y la Universidad San Sebastián.
Con todo, el SNCAE es una instancia cuyo objetivo es aportar al mejoramiento de la educación en el país, promoviendo la educación para el desarrollo sustentable y contribuir al cambio cultural a través de la promoción de conductas ambientalmente responsables.
De esta forma, en la ceremonia desarrollada en la UACh, fueron certificados 55 establecimientos educacionales de la Región de Los Ríos –algunos por primera vez y otros revalidando esta certificación- reconociendo en ellos la entrega de educación a niñas y niños con un componente ambientalmente sustentable. (Ver galería de fotos al pie de la nota).
La doctora María Cecilia Rauch, del Instituto de Bioquímica y Microbiología de la Facultad de Ciencias de la UACh, quien fue parte del Comité de Certificación Ambiental Regional, destacó que estos reconocimientos son el fruto de un trabajo colectivo de profesores, estudiantes, equipos directivos, apoderados y las organizaciones sociales asociadas a cada establecimiento.
“Todas las personas presentes han visto coronado sus esfuerzos durante mucho tiempo con este gran trabajo, con el cual han cambiado sus vidas y también las de los demás. Han puesto énfasis en cómo debemos cuidar nuestro ambiente, cómo debemos relacionarnos y cómo debemos realizar nuestro esfuerzo en conjunto, con un trabajo en equipo para lograr sus metas”, dijo Rauch.
Añadió que “ha sido una hermosa experiencia poder evaluar sus trabajos” y que “me enorgullece estar frente a una generación que no le teme al esfuerzo y al trabajo, porque no es fácil dedicar un tiempo adicional a cuidar donde botamos nuestros residuos, a no tener la tentación de llenar los basureros y los basurales, a tratar de tomar tiempo adicional para construir, para reutilizar, ordenar y así cuidar nuestro medio ambiente. Por esa razón de enorgullezco de estos jóvenes que no le tiene miedo al trabajo y al esfuerzo”.
Por su parte, el seremi del Medio Ambiente, Daniel del Campo, dedicó palabras de gratitud a los presentes por los logros alcanzados. “Quiero agradecer profundamente el trabajo que desarrollan los profesores, los directores, equipos directivos, educadoras de párvulos, asistentes y técnicos, todos aquellos que permiten que podamos llegar con un mensaje de educación ambiental a niños y niñas que están aquí presentes, y por supuesto, de los 55 establecimientos educacionales que hoy renuevan o sacan su certificación por primera vez. Desde el gobierno y desde el Ministerio de Medio Ambiente, les damos un profundo agradecimiento por ese trabajo que hacen a diario”, puntualizó la autoridad.
Educación ambiental en Los Ríos
El seremi también destacó los logros que, en materia de certificación ambiental de establecimientos educacionales, ha logrado Los Ríos. “Los 55 establecimientos que hoy logran este reconocimiento, no llevan a que actualmente contemos con 127 establecimientos educacionales certificados en la Región de Los Ríos, lo que supera en gran manera el desafío que teníamos inicialmente como ministerio de lograr el 10% de certificaciones, llegando en total al 21% de establecimientos certificados en Los Ríos. (…) En los jardines infantiles y salas cunas la proporción es aún mayor, donde uno de cada cuatro niños asiste a un establecimiento certificado y recibe un sello en materia de medio ambiente”, precisó Del Campo, añadiendo que “el trabajo que se hace en esta región es un trabajo bonito, sistemático, que nos une, coordinado, y que nos permite generar esos cambios dentro de los establecimientos educacionales y que finalmente les va a permitir a nuestros niños tener las herramientas para poder desenvolverse en el planeta que lamentablemente, nosotros los adultos, no se los hemos dejado de la mejor manera”.
Matías Sanhueza, estudiante de segundo medio del Instituto Comercial de Valdivia, sostuvo que “no es descabellado pensar que, en un futuro nada lejano, podríamos quedarnos sin nuestro planeta. Tenemos uno actualmente contaminado, herido mortalmente tras haber sido tratado de forma irresponsable por todos nosotros. (…) Si realmente queremos ser responsables para con él, la educación ambiental debería ser parte de los planes y programas de educación de nuestro país”.
Trabajo actual y a futuro
Edith Leiva, educadora del jardín infantil Estrellita Nuestra, de Cayumapu, Valdivia -quienes mantuvieron la certificación ambiental básica- explicó que tal logro es importante “dado que somos un jardín rural con pocos recursos y poca gente, y tener vivo es proyecto significa realmente una cosa súper importante, ya que estamos haciendo conciencia en la comunidad y optimizamos nuestros recursos”.
Recolecciones masivas de basura y reciclaje de botellas de plástico que más tarde formaron un árbol de los deseos, son actividades distintivas de la comunidad educativa de la Escuela Rural de Huellelhue, Valdivia, quienes este año obtuvieron la certificación ambiental de nivel medio. “Esto nos deja felices. La escuela estaba en un nivel básico y ahora mejoramos, lo que muestra el resultado del trabajo que realizamos en conjunto con toda la comunidad educativa. Además, hay un cambio de mentalidad en los niños y sienten que desde su espacio están aportando y han hecho cambios. Esta certificación es un impulso a mejorar en los próximos años”, explicó la encargada de medio ambiente de dicha escuela, Carolina Carrasco.
Miriam Molina, educadora del jardín infantil Gotitas de lluvia de Valdivia, que este año mantuvo el nivel intermedio de certificación, valoró la distinción entregada, pero reconoció que aún resta mucho trabajo por hacer. “Hay que hacer conciencia de que estamos en un entorno privilegiado y cómo tenemos que respetarlo. También es cierto que en los niños está la semilla y en los niños uno puede ver efectos rápido, por ejemplo, el que ellos mismos en pequeñas acciones, como no botar papeles o que les digan a sus mismas familias que no hagan tales cosas que van en desmedro del cuidado de medio ambiente. Pero es un trabajo arduo y muy complejo y donde seguramente vamos a ver los efectos en las futuras generaciones”, precisó.
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