Dr. Eduardo Peña F.
Especialista en Ecología del Fuego
Facultad de Ciencias Forestales
Universidad de Concepción
En general existe la creencia que el bosque nativo tiene menor probabilidad de quemarse que una plantación forestal, pero esta no es la realidad y menos con las condiciones atmosféricas generadas por el cambio climático.
Aun cuando parecerá extraño, la intensidad del fuego es mayor en bosque nativo y por ello el daño es más severo y los incendios son más difíciles de controlar. El último gran incendio de bosque nativo de Cochrane en la temporada 2018-2019 (15.000 ha dañadas) y el actual en Molina confirman la susceptibilidad a los incendios forestales. Por otro lado, el megaincendio de 2017 en Chile, los incendios de la Amazonía en 2019 y recientemente en Australia son una muestra del alto riesgo de incendios para todo tipo de vegetación.
Al realizar un análisis más detallado sobre los grandes incendios en Chile (mayores a 10.000 ha quemadas) en los últimos 40 años nuevamente se ratifica el riesgo de incendios en bosque nativo porque de los 13 grandes incendios, 7 de ellos corresponde a bosque nativo. Quizás en el pasado sin cambio climático el bosque nativo presentaba cierta resistencia a los incendios forestales, pero con una mayor temperatura promedio y menor humedad relativa, el combustible fino en bosque nativo rápidamente pierde la humedad y arder con facilidad. Esta condición se ha observado del año 2000 en adelante y ello explica porque 8 de los 13 grandes incendios han ocurrido desde dicho año al presente, principalmente porque los días con temperatura extremas ha incrementado significativamente, existiendo además periodos secos muy prolongados como es la megasequía que afecta a Chile al menos en los últimos 15 años.
El mayor número de incendios de magnitud en bosque nativo o gran superficie quemada, además de la condición climática favorable, se explica por al menos por otros 5 factores, estos son:
- Los incendios se controlan y apagan por las brigadas terrestres. Como el bosque nativo está limitado a zonas de geografía accidentada, el acceso es limitado para las brigadas de combate, por ello, en muchas zonas el fuego actuará sin mayor control durante varios días como sucedió en Cochrane en 2019. Para ser efectivo en el control del fuego se debe llegar a la zona afectada antes de 12 minutos cuando el incendio aún es pequeño y de baja intensidad, control que es limitado por la baja accesibilidad y detección tardía de los incendios.
- Detección tardía de incendios en bosque nativo. Por la localización del bosque nativo en zonas con quebradas el humo de estos incendios tiende a detectarse más tarde que en las zonas planas, por ello no se cumple la regla de llegar antes de los 12 minutos que es cuando es más fácil controlar un incendio. También se debe considerar que con el cambio climático el fuego se propaga muy rápido, por ello, llegar en 12 minutos ya está siendo tarde y de allí la dificultad para controlar los incendios a través de todo el mundo. Se requiere, tal vez, llegar antes de 8 minutos, esto por accesibilidad y distancia, es casi imposible para la Cordillera de los Andes o en el bosque nativo del sur de Chile.
- Menor prioridad que los centros poblados. Por la magnitud de los eventos de fuego, muchos incendios forestales o rurales amenazan centros poblados en la interfaz urbana rural y la prioridad de combate se centra en estas zonas (por las vidas humanas en infraestructura amenazada), desatendiendo los eventos en zonas alejadas, aumentado así la superficie afectada en las zonas rurales montañosas.
- Limitación para la operación de helicópteros y aviones. El trabajo de los elementos aéreos es fundamental para que las brigadas terrestres controlen el incendio en tierra, pero helicópteros y aviones ven limitada su operatividad en zonas montañosas, reduciendo la posibilidad de un control efectivo del fuego. Por ejemplo, en algunos puntos no será posible lanzar agua o en otros deberá lanzarse a mayor altura aumentado la deriva y evaporación del agua disminuyendo su efectividad, afectando también negativamente la precisión de lanzamiento. La efectividad del combate también depende de la frecuencia de lanzamientos, entre cada uno de ellos no debe pasar más tiempo que 10 minutos, si el tiempo es mayor el fuego se recupera, la gran efectividad del helicóptero Elvis el año 2017 fue su rápida recarga en el río Bio Bio.
- Combustible disponible más seco que en el pasado.Dadas las altas temperaturas y la baja humedad relativa el combustible fino está disponible más temprano en la temporada y la mayor parte del día, facilitando el inicio de los incendios y su propagación. Por ello, ante cualquier descuido, accidente, negligencia o intencionalidad en el uso del fuego se genera rápidamente un incendio rural. Actualmente, la ignición y propagación del fuego es mucho más rápida que antes, es probable que a la mayoría de los incendios de bosque nativo estamos llegando más tarde que lo requerido y ello en parte explicaría las mayores superficies afectadas.
Los registros históricos y todos los pronósticos indican que la acción del fuego en general y en el bosque nativo en particular, seguirá y será mucho más grave que lo que tradicionalmente solía ser. Este mayor riesgo se da principalmente por las dificultades para combatir el fuego producto de la mayor propagación e intensidad de los incendios forestales, tal como los recientes incendios de Australia y el Amazonas, y en Chile el año 2017. Dentro de este escenario favorable para la ocurrencia y propagación del fuego y la tendencia a que los grandes incendios sean en bosque nativo será una condición normal en el futuro. Amenaza que será aún más grave dada la continuidad del bosque nativo, su limitada accesibilidad y el dominio de zonas montañosas con pendientes pronunciadas donde el fuego se propaga 4,5 veces más rápido que en una zona plana. No se debe olvidar que el bosque nativo tiene una mayor carga de combustible grueso seco en el piso forestal por lo que el fuego será de mayor intensidad y severidad de daño sobre el suelo y en el ecosistema en general, condición que además dificulta el control del fuego al requerirse por ejemplo más agua para su liquidación. O puede existir gran dificultad para extinguir el fuego cuando pasa a ser un incendio subterráneo por los suelos orgánicos que tiene el bosque nativo del sur de Chile.
Por las condiciones climáticas favorables, para una mayor ocurrencia e intensidad de los incendios forestales y la gran extensión del daño en bosque nativo observado a la fecha, se puede aseverar que el impacto sobre los ecosistemas naturales y su biodiversidad será mayor que en el pasado. Lo positivo dentro de esta gran amenaza es que el bosque nativo tiene gran capacidad de recuperación, la mayoría de las especies de la zona mediterránea y templada de Chile rebrotan posincendio y entre 3 a 5 años el rebrote casi hace desaparecer los efectos negativos sobre la vegetación. Pero para que esta recuperación sea efectiva, se deben evitar nuevos focos en los mismos sitios porque una mayor frecuencia haría retroceder la vegetación y tal vez llevar a simplificar el ecosistema al ser dominado por unas pocas especies que sacan provecho de la acción del fuego o por especies introducidas con comportamiento invasor que podrían ocupar el sitio afectado por el fuego.