Marcelo Antonio Fuentes García
Jefe Carrera de Energías Renovables
Instituto Profesional Virginio Gómez
Magister en Energías Renovables y Sostenibilidad Energética
Universidad de Barcelona, España
El compromiso como país es que de aquí al 2030 nuestra matriz energética debe provenir en un 70% de energías renovables, ratificado en la COP 25 Chile – Madrid del 2019. Esta es una gran noticia que nos motiva y responsabiliza como ciudadanos a usar y administrar eficientemente los recursos provenientes de energías renovables. .
Como sociedad, en Chile y el mundo, se está viviendo un momento histórico en el ámbito energético con una gran transición desde los combustibles fósiles hacía las energías renovables, con el objetivo de obtener energía más limpia, segura y asequible para todos. .
Obtener energía eléctrica tiene costos altísimos, tanto en la inversión inicial con la construcción de plantas de generación eléctrica, como en su proceso de transmisión y distribución. Actualmente, parte de la energía se produce a través de energías renovables, ya sea por Parques Eólicos o Solares, y eso es extremadamente bueno, dado que esa energía que utilizamos en nuestras casas, oficinas o industrias se sustenta ambiental y económicamente. Pero esta energía debe ser bien administrada, para que este gran esfuerzo en producirla tenga como consecuencia el buen uso y ahorro energético. .
En este último punto, la eficiencia energética juega un rol importante e implica un esfuerzo que va más allá de las grandes empresas productivas o de nuevas políticas de gobierno, sino, también la responsabilidad de cada persona de tener una conciencia amigable con el medio ambiente que nos lleve a ser un buen administrador de energía en acciones tan comunes como el uso de un Smart TV o la electricidad que ocupamos para iluminar nuestras casas, por ejemplo. .
En el contexto industrial ya nos encontramos con que las grandes empresas optimizan el buen uso y ahorro de energía en sus procesos de producción, logrando mantener la calidad y aumentando la fabricación de sus productos utilizando la misma o menor cantidad de energía. Por lo tanto, al optimizar el uso de la energía con un significativo ahorro, generará millones de pesos de ahorro en el uso eficiente de la energía eléctrica. .
Cabe destacar que, independiente de la responsabilidad personal en el buen uso de la energía, actualmente se están integrando nuevas tecnologías que permitirán una gran eficiencia energética en las ciudades o, incluso, en las comunidades asiladas. Así, la inteligencia artificial, el crecimiento exponencial de las energías renovables y las redes eléctricas inteligentes llamadas Smart Grid, permitirán una administración y buen uso de los recursos energéticos, donde en tiempo real podremos cuantificar, analizar, gestionar y utilizar la energía eléctrica en forma extremadamente eficiente.
Todos estos avances nos hacen pensar que estamos bien encaminados, pero no podemos bajar la guardia. Es importante señalar, que independiente del buen uso que demos a la energía, debemos tener muy claro que esta no debe ser producida por plantas de generación eléctrica contaminantes o que emitan gases de efecto invernadero. Al contrario, debemos abogar por que provengan solo de energías renovables, de modo tal que la eficiencia energética no solo se sustente en el buen uso de le energía, sino, también, en una sensibilidad ambiental que nos lleve a vivir en una sociedad con cero emisiones que nos permita mitigar el cambio climático.
Esta es la actual política de la mayoría de los países del mundo, donde Chile se destaca por políticas claras en el buen uso de la energía y en la utilización de energías renovables, donde el compromiso ciudadano es la base para lograr estos grandes cambios.