El Núcleo Milenio para la Investigación Colaborativa en Resistencia Antimicrobiana (MICROB-R) es un grupo multidisciplinario de científicos dedicados a estudiar las bacterias resistentes a los antibióticos, cómo estas se originan, su comportamiento en diferentes situaciones, qué factores favorecen su desarrollo y cuál es su conexión con el ambiente, los animales y las cadenas productivas.
Para alcanzar estos objetivos de relevancia global, MICROB-R reunió a médicos clínicos y veterinarios, microbiólogos y científicos dedicados a la investigación básica, expertos en epidemiología y en modelamiento matemático y especialistas en políticas públicas; para aportar desde sus distintas perspectivas al estudio de la resistencia a los antibióticos.
En cuanto a los pilares de investigación, en MICROB-R detallan que parte de su investigación científica se concentra en las bases biológicas de la resistencia antimicrobiana.“Buscamos responder a preguntas tales como ¿cuál es el rol del medio ambiente y de los animales en la aparición y la diseminación de bacterias resistentes a los antibióticos en diversos escenarios?, ¿cuáles son las bacterias resistentes que circulan a lo largo del país y cuál es la carga de enfermedad que conllevan?, y ¿cuáles son las dinámicas de transmisión de bacterias resistentes entre el hospital y la comunidad?
La investigación que desarrollan en este ámbito se realiza en cuatro laboratorios, cada uno aportando distintas bases de conocimiento y capacidades.
Estos se encuentran en distintas ciudades, como es el caso de Santiago, con el Laboratorio de Inocuidad Alimentaria, del Centro de Medicina Veterinaria de la Universidad Andrés Bello; y el Laboratorio de Genómica y Resistencia Microbiana (GeRM), de la Facultad de Medicina Clínica Alemana de la Universidad del Desarrollo. También en Valparaíso y Concepción, con el Laboratorio de Genética e Inmunología Molecular, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; y el Laboratorio de Investigación en Agentes Antibacterianos (LIAA), de la Universidad de Concepción.
Educación y políticas públicas
Otro de los pilares fundamentales para el trabajo que realiza MICROB-R, tiene que ver con la educación en resistencia antimicrobiana. En este pilar de acción el núcleo canaliza múltiples iniciativas educativas dirigidas a públicos diversos. “Queremos generar comprensión y conciencia sobre el uso responsable de los antibióticos y mejorar el conocimiento en la comunidad del fenómeno de la resistencia, y sensibilidad respecto a su carácter global y multicausal”.
A la fecha han materializado iniciativas como la elaboración de una experiencia educativa para público infantil en el stand MICROB-R, presentado en “Fiesta de la Ciencia y la Tecnología”, organizada por EXPLORA, donde se buscó incentivar la comprensión de la presencia de bacterias beneficiosas y dañinas en el organismo.
Celebraron el Curso Universitario Resistencia Antibacteriana (CURB), donde destacados especialistas del país se reunieron en una jornada en que profesionales de la salud y estudiantes actualizaron conocimientos y estrecharon lazos de colaboración para abordar la resistencia antibacteriana.
Además, con el auspicio de MSD Chile y el apoyo de la Sociedad de Microbiología de Chile (SOMICH) y la Sociedad Chilena de Infectología (SOCHINF), difundieron a público general en todo el país, la campaña de uso adecuado de los antibióticos “Antibióticos con Responsabilidad”.
Todas estas actividades han sido muy enriquecedoras para el núcleo y resaltan el compromiso social de MICROB-R. Asimismo, las políticas públicas también son un pilar importante para MICROB-R, dado que según sus especialistas, la resistencia antimicrobiana es un fenómeno altamente complejo, cuya solución requiere acciones coordinadas entre diversos actores.
“Buscamos cumplir un rol en las políticas púbicas mediante investigación científica que abarque las dimensiones sociales, institucionales y económicas de la resistencia antimicrobiana, abordando preguntas como ¿cuál es el costo económico de la resistencia para Chile?, ¿cuáles son las relaciones entre resistencia antimicrobiana y pobreza, inmigración y desigualdad? y ¿cuál es el estado de los programas de optimización de antimicrobianos en nuestros hospitales y cómo implementarlos de la mejor manera?”.
El trabajo en este último pilar, se lleva a cabo a través de actividades de articulación de alianzas con actores relevantes en el control de la resistencia antimicrobiana en Chile, con el fin de maximizar la coordinación y aumentar su eficiencia.
Líneas de investigación
En MICROB-R explican que una de sus líneas de investigación tiene que ver con la resistencia antimicrobiana en el ambiente y su impacto en la salud humana a través de un enfoque “Una Salud” (One Health). Entender que hoy vivimos en un solo mundo que compartimos con animales de compañía, animales de producción y vida silvestre, resalta la importancia de pensar que la salud y bienestar de estos seres vivos, afecta profundamente la salud de las personas.
“Existe evidencia que sugiere fuertemente, que el medio ambiente juega un rol fundamental en el origen y diseminación de bacterias resistentes o de los determinantes genéticos de resistencia (que son los genes que confieren resistencia antimicrobiana a las bacterias). Sin embargo, el rol de la circulación ambiental de estos en la salud humana no está totalmente claro, y es una de las preguntas de investigación que MICROB-R está desarrollando. Mediante un enfoque que considera el concepto de ‘Una Salud’ pretendemos comprender la biología y diversidad de las bacterias resistentes presentes en el ambiente, junto a su potencial genético para diseminar la resistencia antimicrobiana y así afectar a la salud de la población.
Para alcanzar estos objetivos, aseguran que descifrar la interacción que existe entre ambiente, animales y los seres humanos es un paso fundamental para diseñar estrategias sólidas que permitan contener la crisis global de la resistencia antimicrobiana. Hoy en día con la pandemia de coronavirus, el mundo se ha dado cuenta de la importancia de estudiar el medio ambiente y los animales, principalmente para poder predecir futuros riesgos y responder con más evidencia científica a los desafíos de enfermedades infecciosas.
A su vez, otra de las líneas de investigación tiene relación con la epidemiología molecular, dinámicas de transmisión y magnitud de la resistencia antimicrobiana en diversos escenarios.
“Nuestro conocimiento de la resistencia antimicrobiana a nivel local dista de ser ideal, lo que nos obliga a utilizar datos internacionales y dificulta la implementación de políticas específicamente orientadas a nuestra realidad. A través de esta línea de investigación, esperamos mejorar significativamente nuestro conocimiento de las bacterias resistentes que circulan a lo largo del país y comprender la carga de enfermedad que conllevan”.
Además, esperan aportar datos de vanguardia, que ayuden a resolver las dinámicas de transmisión entre hospitales y la comunidad en general. Y la creación de un biorrepositorio nacional de bacterias multirresistentes, que facilitará la investigación relacionada a resistencia antimicrobiana en Chile y el mundo.
Inédita campaña en Chile
El Núcleo Milenio para la Investigación Colaborativa en Resistencia Antimicrobiana (MICROB-R) junto con el auspicio de MSD Chile, lanzó a fines de 2019 la campaña “Antibióticos con Responsabilidad”, con el fin de educar al público general sobre cómo prevenir la resistencia antimicrobiana a través de un consumo responsable de los antibióticos, y además en un afán de establecer alianzas con actores relevantes en esta misma área y promover políticas públicas eficaces.
La campaña, con piezas graficas y audiovisuales, se extendió por más de dos meses, aunque señalan que la idea es continuar con la educación sobre este importante tema.
La campaña contó además con el patrocinio de la Sociedad de Microbiología de Chile (SOMICH) y la Sociedad Chilena de Infectología (SOCHINF), y fue exhibida no solo en redes sociales, sino también en salas de CineHoyts a lo largo de Chile y en la red de Metro de Santiago.
Dr. José Munita, director del Núcleo Milenio MICROB-R
“Lo que queremos de MICROB-R es estimular la investigación de buena calidad en resistencia bacteriana”
Dr. José Munita, director del Núcleo Milenio MICROB-R
El Dr. Munita es médico cirujano de la Universidad de los Andes. Luego de completar su entrenamiento en Medicina Interna en la Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo, se trasladó a los Estados Unidos donde fue becario clínico en Enfermedades Infecciosas, en la Universidad de Texas, en Houston.
Luego de completar su subespecialidad, Munita realizó un postdoctorado de 3 años, instancia donde estudió los mecanismos moleculares de resistencia en enterococo y estafilococo.
Actualmente, ejerce como director del Grupo de Genómica y Resistencia Microbiana (GeRM) del Instituto de Ciencias e Innovación en Medicina (ICIM) de la Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo, donde es profesor asociado. Ha publicado más de 40 artículos originales y capítulos de libros, la mayoría de ellos en prestigiosas revistas internacionales.
¿Qué tipos de investigaciones realizan en sus laboratorios y cuál es el perfil profesional de los investigadores?
Tenemos investigadores con especialidades muy diversas, como médicos que se dedican a infectología clínica, microbiólogos, médicos veterinarios, expertos en la cadena e inocuidad alimentaria, biólogos que estudian ambiente y agua, epidemiólogos sociales, ingenieros y bioinformáticos; que dan cuenta de las distintas miradas que tiene la resistencia antimicrobiana.
Realizamos investigaciones clínicas que estudian los factores de riesgo de pacientes con bacterias resistentes, tasas de mortalidad y tratamientos. Asimismo se está trabajando en temas microbiológicos, para determinar qué tratamientos son los más adecuados, analizando los nuevos antibióticos que han llegado al país, el comportamiento de las bacterias resistentes y los mecanismos de resistencia, por ejemplo enzimas y genes de resistencia.
Tenemos también una mirada global “Una Salud”, para estudiar la resistencia antimicrobiana desde la participación de la comunidad, para determinar la importancia que tienen las personas fuera de los hospitales en este trabajo colaborativo; y también vinculamos en este enfoque a los alimentos, el agua y animales, para estudiar cómo la producción impacta en la salud de las personas.
¿Qué son las bacterias resistentes?
La mayoría de las bacterias son “buenas”, no hacen nada a la persona, pero existen “unas pocas” bacterias que nos pueden infectar y producir las conocidas “infecciones bacterianas”, como son, por ejemplo, las infecciones urinarias o las amigdalitis bacterianas.
Por lo tanto estas bacterias resistentes con el tiempo aprenden a resistir a los antibióticos, dejan de hacer efecto y son capaces de vivir con el medicamento.
¿Por qué es importante el uso correcto de antibióticos?
El principal factor que determina que una bacteria se haga resistente es que se vea enfrentada a los antibióticos, por lo tanto tiene que adaptarse y evolucionar para poder sobrevivir. Por lo tanto en la medida que usemos más mal los antibióticos, favorecemos la aparición de resistencia.
¿Por qué la resistencia antimicrobiana es un problema para la salud pública?
Porque si nos quedamos sin antibióticos, volvemos a la medicina pre moderna. Luego que los antibióticos revolucionaran a la sociedad por completo, hubo un gran cambio de paradigma, de hecho es muy raro que alguien hoy muera a causa de alguna infección bacteriana.
Por otro lado, es importante destacar que los antibióticos también son usados para evitar infecciones en las intervenciones quirúrgicas complejas, como transplantes o cirugías a corazón abierto, por ejemplo. Por lo tanto son fundamentales en la medicina moderna y en la salud pública.
¿Qué riesgos corren las personas por un mal uso de los antibióticos?
El mal uso de antibióticos tiene algunos riesgos, como por ejemplo cuando infecciones intestinales provocadas por una bacteria se aprovechan que estos medicamentos “matan” la flora intestinal “buena”, y provocan una diarrea muy dificil de controlar. Por lo tanto el problema no es tanto individual, sino que el riesgo es a nivel poblacional, de seleccionar bacterias resistentes.
La lucha contra la resistencia a los antibióticos reviste alta prioridad para la OMS. ¿Cuál será la labor del núcleo desde Chile?
Nosotros lo que estamos haciendo es prender “una ampolleta”, un “foco” de luz, respecto de la situación en Chile y cómo este trabajo puede informar también de lo que está sucediendo en Latinoamérica.
Estamos entendiendo mucho mejor la situación de los hospitales, que por ahora es muy precaria. En este sentido estamos creando una red de 15 hospitales, donde estamos guardando todas las bacterias y las estamos estudiando para entender, entre otros elementos, cómo se comportan nuestros pacientes y generar una estadística asociada a mortalidades, investigación básica, resultados e impacto en el sistema público chileno de la resistencia antimicrobiana.
MICROB-R está produciendo datos locales y un biorrepositorio de bacterias multirresistentes recolectadas en Chile. ¿Cuál es la relevancia nacional de éstas tareas?
El biorrepositorio es súper interesante, ya que todas estas bacterias que estamos recolectando a nivel de los hospitales, se están guardando para ponerlas a disposicion de la comunidad científica, que sin duda es un cambio de paradigma enorme, porque el “cuello de botella” a la hora de investigar resistencia antimicrobiana, es tener acceso a estas bacterias.
Hay mucho científico en Chile y Latinoamérica que tiene ideas e hipótesis interesantes, pero no puede llevarlas a cabo porque no tiene acceso a las bacterias que necesita. Entonces lo que queremos de MICROB-R es estimular la investigación de buena calidad en resistencia bacteriana, con la facilitacion de este banco de datos.
Hay algunas dudas del público general respecto a que el coronavirus puede evitarse consumiendo antibióticos, ¿cuál es la postura de MICROB-R al respecto de esta inquietud y de cómo evitar el contraer esta enfermedad?
El coronavirus no es una bacteria, por lo tanto los antibióticos no sirven para prevenir ni tratar esta enfermedad. De hecho al usarlo incorrectamente, la persona puede incurrir en un problema mayor, y terminar con una infección bacteriana en los pulmones. Hay que ser muy enfáticos, los antibióticos no sirven para el coronavirus.
Andrea Moreno Switt, directora alterna del Núcleo Milenio MICROB-R
El importante rol del ambiente y los animales en la problemática de la resistencia antimicrobiana
Andrea Moreno Switt realizó sus estudios de Medicina Veterinaria en la Universidad de Concepción y un magíster en Microbiología en la misma casa de estudios, bajo la tutela de otro de los investigadores de MICROB-R, Gerardo González-Rocha.
Posteriormente, se trasladó a Estados Unidos donde obtuvo un PhD y Postdoc en Ciencias y Tecnología de los Alimentos en la Universidad de Cornell, Nueva York, el año 2013.
Ha sido reconocida como experta por múltiples agencias y organizaciones nacionales e internacionales, como cuando se convirtió en la primera investigadora latinoamericana galardonada por la Asociación Internacional de Protección de los Alimentos en EE.UU., que destacó sus aportes a la inocuidad alimentaria. Actualmente es miembro del grupo de estudio de Salud y Producción Animal de FONDECYT y miembro del panel de expertos de la FAO en resistencia en patógenos transmitidos por alimentos.
Es además investigadora responsable de FONDECYT Regular y es directora de un proyecto FONDEF. La Dra. Moreno ha publicado más de 42 artículos en revistas indexadas, los que han sido citados en más de 1.700 ocasiones.
¿Qué es el Núcleo Milenio MICROB-R y cuáles son sus objetivos centrales?
Es un núcleo de investigación que estudia la resistencia antimicrobiana utilizando la aproximación de Una Salud, que declara la salud humana, animal y ambiental como un conjunto; ya que la resistencia antimicrobiana es una problemática dinámica que incluye todos estos “compartimientos”.
Nuestros objetivos se centran en tres grandes pilares. El primero de ellos busca generar un impacto en el uso responsable de antimicrobianos, para lo cual nos hemos enfocado en tener una relación con la comunidad, ya sea a través de campañas, redes sociales y trabajo territorial.
El siguiente pilar es poder tener un rol en las políticas públicas, para lo cual MICROB-R se asoció con el Ministerio de Salud, que generó y lidera un plan nacional contra la resistencia a los antimicrobianos. Para poder apoyar este plan, MICROB-R se asoció con la finalidad de cumplir un rol más presente en las decisiones en esta materia.
Finalmente, buscamos desarrollar investigación científica utilizando la aproximación de Una Salud que mencioné, con la finalidad de poder entender la resistencia antimicrobiana como un problema dinámico que incluye en conjunto a la salud humana, animal y ambiental.
¿En qué consiste la investigación colaborativa en resistencia antimicrobiana que promueve este núcleo?
Contamos con especialistas del área médica humana, que han trabajado con resistencia antimicrobiana por muchos años; con expertos de las áreas de alimentos y animales, con quienes hemos estudiado bacterias que se transmiten desde las cadenas productivas y de los animales a las personas; y también contamos con profesionales del área ambiental, que estudian cómo el agua es un vector y nicho de bacterias resistentes.
Asimismo, tenemos investigadores que analizan con una mirada amplia la resistencia antimicrobiana, que son los que determinan, por ejemplo, los costos para el Estado de la carga de la resistencia y cómo los gobiernos pueden generar, con estándares cientíificos, las políticas públicas en materias sanitarias. En síntesis, miramos la resistencia bajo diferentes perspectivas, para generar información científica en materias de resistencia antimicrobiana que apoyen la toma de decisiones.
¿En qué consiste el enfoque Una Salud que MICROB-R desarrolla para evitar el avance de la resistencia antimicrobiana?
Este enfoque está siendo cada vez más reconocido a nivel mundial, y en Chile los sistemas de vigilancia se realizan bajo estos estándares. El caso actual del coronavirus es un ejemplo de la importancia de la investigación biomédica en Una Salud.
Vemos cómo el uso de suelos y la agricultura, en general, está invadiendo la vida silvestre que adquiere o tiene enfermedades que se transmiten a las personas. Las enfermedades zoonóticas, que son enfermedades transmitidas de los animales a las personas, son aproximadamente el 60-70% de todas las enfermedades emergentes, por lo que nuevamente se resalta la importancia de conocer la salud de estas poblaciones de animales.
Si pensamos en eso, y en vez de pensar en el coronavirus, nos trasladamos a bacterias resistentes, es lo mismo. Hay uso de antibióticos en animales que van a estar diseminando bacterias resistentes que pueden llegar al ser humano. Por otro lado vemos cómo la contaminación humana afecta a la salud de los ecosistemas, diseminándose al ecosistema silvestre.
Por lo tanto, si no empezamos a entender que vivimos en un solo mundo y en Una Salud, no podremos tomar medidas a último momento para poder reducir estas grandes amenazas de la humanidad.
¿Cómo es que la salud humana se puede ver afectada en concreto por el efecto de la resistencia antimicrobiana en el medio ambiente o en los animales?
En el caso de la resistencia antimicrobiana tienes el agente, que son las bacterias resistentes patógenas que van a causar enfermedades en humanos, pero a su vez están todos los genes de resistencia, que son un reservorio de genes que pueden traspasarse a bacterias patógenas.
Y están las bacterias comensales que están normalmente en el intestino de hombres y animales que no causan enfermedades, pero son un reservorio.
Todos estos determinantes de resistencia pueden ir a contaminar las aguas, los suelos, hortalizas y carnes, por lo tanto el ser humano está totalmente expuesto a todos estos determinantes de resistencia, que pueden afectar a las bacterias y generar poblaciones resistentes.
Hoy se está investigando para tratar de entender cómo el uso de antibióticos en sistemas productivos y sus residuos que se eliminan a través de fuentes de agua, pueden contaminar las lechugas por ejemplo. Se busca saber qué pasa si una persona come esa hortaliza y cómo actúa la bacteria que coloniza su intestino. Además, podrían ocurrir muchos escenarios, por ejemplo que dicha persona podría enfermar y acudir a un hospital, contaminado también alguna área del centro asistencial.
Por estos motivos requerimos de un enfoque multidisciplinario para poder entender el tema y tomar las medidas correspondientes, como contener los desechos de la producción animal, intrahospitalarios y domiciliarios, para reducir la contaminación.
¿Existen nuevas técnicas que estén en desarrollo en Chile como alternativa a la labor de los antibióticos y en los que participe MICROB-R?
En nuestro laboratorio estamos trabajando con bacteriófagos, que son virus que solo infectan bacterias, como entidad biológica que puede utilizarse para controlar infecciones bacterianas con bacterias resistentes. Estamos desarrollando un proyecto FONDEF en conjunto con los productores agrícolas y una empresa biotecnológica, para crear un “cóctel” de bacteriófagos microencapsulados para reducir la carga de Salmonella en producción de aves. Es una alternativa contra los antibióticos, para reducir su uso a largo plazo.