Dos de las grandes amenazas que afligen actualmente a la humanidad, el cambio climático y la pandemia de la COVID-19, demandan objetivos comunes: un liderazgo valiente, visionario y cooperativo.
Así lo comunicó este martes el Secretario General de las Naciones Unidas durante el Diálogo de Petersberg sobre el clima, la primera gran reunión medioambiental del año que reúne durante dos días en Berlín a ministros de treinta países a través de videoconferencia.
António Guterres recordó a los asistentes al encuentro que el año 2019 fue el segundo año más caluroso del que se tiene constancia, y que forma parte de la década más calurosa de la historia.
El costo de la inacción
Por ese motivo, destacó la necesidad de invertir de inmediato en acción climática al indicar que “la demora en la aplicación de medidas climáticas nos costará cada año mucho más en concepto de vidas y medios de subsistencia perdidos, negocios paralizados y economías dañadas. El mayor costo es el de no hacer nada.
Y para lograrlo es necesario adoptar medidas que aumenten la resiliencia ante el fenómeno y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 grados centígrados.
El Secretario General destacó que, para conseguirlo, el mundo cuenta actualmente con dos grandes aliados: la tecnología y la opinión pública, especialmente mediante los jóvenes, pero que todavía falta un elemento indispensable como es la suficiente voluntad política.
Ante esta carencia, Guterres promueve que los países actúen con un mayor grado de ambición en materia de mitigación, adaptación y financiación.
“En lo que respecta a la mitigación, necesitamos que todos los países se comprometan a alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. En cuanto a la adaptación, necesitamos apoyar a los países menos responsables del cambio climático, pero que son más vulnerables a sus efectos (…) Y para ello necesitamos una financiación adecuada, empezando por la prometida movilización de 100.000 millones de dólares anuales para las actividades de mitigación y adaptación en los países en desarrollo”, resaltó.
Sin embargo, la aparición de la crisis del coronavirus y su posterior recuperación crearán una oportunidad de encaminar el planeta hacia “un camino más sostenible e inclusivo, una senda que aborde el cambio climático, proteja el medio ambiente, invierta la pérdida de biodiversidad y garantice la salud y la seguridad a largo plazo de la humanidad”.
Seis acciones para la recuperación
Para ello, Guterres propuso seis medidas climáticas para moldear la recuperación.
1- Los billones destinados a la recuperación del Covid-19, deben servir para crear nuevos empleos y negocios mediante una transición limpia y ecológica.
- Las inversiones deben acelerar la descarbonización de todos los aspectos de nuestra economía
2- El dinero de los contribuyentes utilizado para rescatar empresas, debe invertirse en la creación de empleos verdes y en un crecimiento sostenible e inclusivo.
- No debe usarse para el rescate de industrias anticuadas, contaminantes e intensivas en carbono
3- Convertir las economías grises en verdes mediante la capacidad impositiva, logrando que las sociedades y las personas sean más resistentes gracias a una transición justa para todos y que no deje a nadie atrás.
4- De cara al futuro, los fondos públicos deben invertirse en el porvenir, destinándose a sectores y proyectos sostenibles que ayuden al medio ambiente y al clima.
- Deben finalizar los subsidios a los combustibles fósiles, la emisión de carbono debe tener un precio y los contaminadores deben pagar por su contaminación
5- El sistema financiero mundial debe tener en cuenta los riesgos y oportunidades vinculados al clima.
- Los inversores no pueden seguir ignorando el precio que paga nuestro planeta por un crecimiento insostenible
6- Para resolver ambas emergencias, la climática y la del coronavirus, debemos trabajar unidos como una comunidad internacional.
El cambio climático tampoco respeta fronteras
Al igual que ya indicó con la pandemia de coronavirus, Guterres señaló que los gases de efecto invernadero tampoco respetan fronteras.
“El aislamiento es una trampa. Ningún país puede tener éxito solo”, resaltó el Secretario General que recordó que ya disponemos un marco de acción: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el cambio climático.
El Secretario General aprovechó el encuentro para pedir que todos los países preparen sus planes nacionales de acción climática y estrategias para lograr que las emisiones de dióxido de carbono netas sean nulas para el año 2050.
Dos grandes potencias, dos grandes obstáculos
Pese a los avances en más de cien países, Guterres reconoció que la clave para combatir la crisis climática reside en los dos grandes emisores de gases contaminantes.
“No olvidemos que los países del G20 representan colectivamente más del 80% de las emisiones mundiales y más del 85% de la economía mundial. También deben comprometerse a la neutralidad del carbono en 2050. El Acuerdo de París fue posible en gran medida gracias al compromiso de los Estados Unidos y China.
Sin la contribución de los grandes emisores, todos nuestros esfuerzos estarán condenados“, destacó el Secretario General.