Faridi Juri
Jefa Regional de Fundación Las Rosas
La llegada del COVID-19 ha generado un clima de incertidumbre permanente a nivel de comunidades, familias e instituciones.
Fundación las Rosas hace 53 años decidió recorrer junto a los adultos mayores más vulnerables de Chile, la última etapa de sus vidas. Esa etapa donde debemos despojarnos poco a poco de nuestra audición, capacidad cognitiva, bienestar físico, compañía familiar, autonomía e independencia, entre otras.
Esa incertidumbre de la que hablamos, también se ha vivido al interior de Fundación las Rosas, en el sentido que la misión de mantener y financiar a los 28 hogares a lo largo de Chile y brindar las atenciones que cada uno de los 2200 residente requiere, ya es una tarea titánica ¡cuanto más grande se hace con esta pandemia! Pero luego de ese momento, cada mañana, tarde y noche en cada colaborador se renueva el compromiso adquirido el día que ingresamos a fundación, ese compromiso de cuidar a cada uno de nuestros abuelos con el cariño y dedicación que requiere, ese compromiso de tocar los corazones y puertas que sean necesarias para encontrar los recursos que se necesitan, ese compromiso de buscar alianzas de forma permanente para mantener a nuestras personas mayores vinculadas a la comunidad que los rodea, ese compromiso de no soltar su mano hasta dejarlos en la puerta del cielo.
El 12 de marzo se cerraron las puertas de nuestros hogares para entrar en proceso de cuarentena. Hoy por amor, responsabilidad y protección, sólo ingresan los colaboradores que velan por el cuidado directo de los residentes, los profesionales del área de la salud, las personas de mantención y aquellas mujeres que mantienen nuestros hogares impecables y a nuestros abuelos bien alimentados.
Nuestra misión hoy está más viva que nunca! Existimos gracias a la generosidad y caridad de miles de personas, instituciones, empresas y voluntarios. Hoy necesitamos más que nunca de ese espíritu de entrega que hace de Chile un país especial. Hoy los invito a buscar la forma de hacerse presente en los hogares, en las vidas de nuestros residentes, en esta gran obra de amor y juntos salir de este mal momento. Que la esperanza abrace nuestras decisiones y que la ilusión de volver a abrir nuestros hogares sea un motor para todos
Te pido “No los dejes Solos” que nosotros “los cuidaremos para siempre”