ChileCiencia y Tecnología

9 aportes del conocimiento tradicional, indígena y local para la Reducción del Riesgo de Desastre en Chile

4 Mins read
Por: CIGIDEN
https://www.cigiden.cl

Es un centro de excelencia FONDAP-ANID, integrado desde sus inicios en 2011, por cuatro universidades chilenas: Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Técnica Federico Santa María, Universidad Andrés Bello, y Universidad Católica del Norte.

El reconocimiento y la incorporación del conocimiento local en planes de mitigación, gestión y recuperación luego de un desastre, sigue siendo un desafío sustancial. Mientras los saberes locales –que nacen, se acumulan y circulan en comunidades y territorios– se multiplican y se vuelven cruciales en la gestión in situ de riesgos socionaturales, los instrumentos y normativas de GRD aún no logran incorporar este conocimiento de manera robusta.

¿Cómo definimos “conocimiento local” y dónde lo encontramos? ¿Cómo lo aprovechamos respetando su especificidad y riqueza? ¿Qué instrumentos y metodologías necesitamos para hacerlo ingresar sustantivamente a la política pública? Estas son algunas preguntas cruciales para que Chile avance hacia una sociedad más resiliente, sustentable y democrática, y fueron el corazón del ciclo de conversaciones  “Desastres desde abajo: El rol de los saberes locales en la gestión del riesgo de desastre, organizado desde CIGIDEN.

“Pensado como un espacio para la especulación y el intercambio de ideas, el conversatorio no buscó determinar respuestas sino más bien abrir preguntas y reflexiones en torno al rol del saber local en las estrategias de Reducción del Riesgo de Desastre. El resultado de estos diálogos fueron plasmados en el libro “Desastres desde abajo: el rol de os saberes locales la Gestión del Riesgo de Desastres”, dice Manuel Tironi investigador CIGIDEN, académico de Sociología UC, y uno de los autores del documento junto al investigador Francisco Molina.

De acuerdo al documento, la riqueza de conocimientos y de prácticas tradicionales, indígenas y locales en Chile es extensa y compleja. Se trata de habitantes de un territorio marcado por variados fenómenos disruptivos, comunidades locales, pueblos ancestrales y colectivos territoriales que han elaborado sofisticadas prácticas situadas de diagnóstico, respuesta y mitigación del riesgo de desastre.

Naturalezas cambiantes

“Son saberes informales que, sin embargo, se sustentan en la acumulación y sistematización de experiencias concretas con naturalezas cambiantes. Son acervos que muchas veces pasan oralmente de generación en generación, o que sencillamente son parte inmanente de los mundos que pueblos, colectivos y comunidades construyen y habitan”, aseguran los expertos de la Línea de Investigación de CIGIDEN “La cultura del desastre y la gobernanza del riesgo”.

A juicio de los investigadores, estos conocimientos, lejos de ser un patrimonio estático, están en constante transformación y expansión: “En la medida que aparecen nuevos desafíos ante el cambio climático, las prácticas y saberes ecológicos de los territorios se ajustan y renuevan. En la ciudad y en el campo nacen nuevas organizaciones ciudadanas que traen consigo nuevas conceptualizaciones y propuestas prácticas. Los grupos migrantes que se han asentado en el país nos enriquecen con nuevas sensibilidades ambientales y conocimientos ante riesgos y desastres. A esto se le suma el surgimiento de tecnologías y plataformas digitales que han permitido diversificar los espacios de información, participación y colaboración en todo el ciclo del desastre”, escriben en el libro.

Durante las conversaciones, surgieron una serie de reflexiones que identifican 9 nueve formas en que los saberes propios de los territorios y comunidades ayudan a enriquecer, expandir y cualificar la política de RRD.

  1. Carácter situado: hablamos de conocimiento local porque se trata de un saber situado, es decir, que hace referencia a un territorio, posee un carácter experiencial y se confecciona de manera colectiva.
  2. Revela el sentir de los territorios: el conocimiento local alberga y nace de las experiencias de coexistencia entre distintas entidades –humanas, vegetales, geológicas— y releva lo que comunidades sienten y piensan sobre su territorio, así como los parámetros del riesgo, el desarrollo, lo justo y lo sustentable.
  3. Resignifica los riesgos: al ser relevados desde el conocimiento local, los riesgos aparecen de manera diferente a como son definidos desde el mundo científico: se pone énfasis en su naturaleza extensiva y a largo plazo, y se les evalúa en función de sus efectos situados.Fotos / José Miguel Valdés
  4. Posee múltiples portadores: el conocimiento local posee múltiples portadores en tanto se encuentra en diferentes actores y escalas, aún cuando hacen alusión a un territorio específico.
  5. Implica conectarse con la memoria: el conocimiento local considera la memoria como una “base de datos experiencial”, que permite vincular los desafíos presentes a la experiencia del pasado, conectando la vida e historia de la comunidad con los riesgos que enfrenta.
  6. Se hace cargo degragación ambiental como desastres: el conocimiento local aborda el deterioro ambiental considerándolo como un desastre en tanto empobrece a actores y comunidades locales, condicionando su bienestar social y ecológico. Desde los territorios los “desastres” no sólo son terremotos y tsunamis, sino también procesos crónicos de “desastre lento”.
  7. Dialoga con nuevas tecnologías: el conocimiento local presenta apertura al diálogo con nuevas tecnologías y medios de comunicación para hilvanar un nuevo lenguaje que le permita a actores y comunidades posicionarse al momento de diseñar estrategias de gestión de riesgo de desastres.
  8. Promueve la sanación: desde la perspectiva del conocimiento local, la RRD no puede tratar únicamente sobre la proyección de escenarios futuros. A lo que invita el conocimiento local es a una planificación que contemple procesos de sanación y remediación de personas, comunidades y ecosistemas.
  9. Dialoga con el arte y la cultura: el conocimiento local es especialmente permeable a los registros más afectivos, creativos y especulativos propios de las artes y la cultura. La conexión entre el conocimiento local y las artes emerge, por tanto, como una posibilidad clave para la gestión de RRD, toda vez que permite visibilizar a los territorios y sus saberes, aumentar su alcance y sensibilizar a los tomadores de decisiones.

Related posts
Ciencia y TecnologíaDesarrolloSociedad

Estudiante de la USM crea app que facilita el cuidado y transporte de mascotas que permite solicitar paseos, traslados a veterinarios o servicios de peluquería

2 Mins read
Desarrollada por Rosa Villanueva, alumna de Ingeniería en Informática de la USM, Sede Concepción, Zoolito un sistema inspirado en el modelo de…
Ciencia y TecnologíaEcosistemasInnovación y Desarrollo

UdeC, en una alianza con Huachipato y la UBB, fueron seleccionados para implementar el Centro Tecnológico de Manufactura Avanzada e Industria 4.0 del Biobío

5 Mins read
Proyecto impulsado por el Programa de Desarrollo Productivo Sostenible (DPS) de Corfo, esto representa la transición del actual C4i de la UdeC…
ChileConstrucción sustentableDesarrollo SostenibleEconomía Circular

La importancia de medir: Programa +Circular aborda la cuantificación de residuos de construcción y demolición

2 Mins read
El pasado miércoles 5 de noviembre se realizó el tercer Taller del Programa +Circular: una iniciativa desarrollada por CDT, que busca fomentar…

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *