* El sendero, construido en madera, representa una inversión de más de 4 millones de pesos, tiene una longitud de 3 km, fue construido con mano de obra local y diseñado por la familia Escalona – Inzunza, con apoyo de los profesionales de la ‘Iniciativa Conservación de Especies Amenazadas’.
Justo cuando se cumplen dos años de la propuesta de la creación de una Red de Protección del Queule, una instancia de trabajo colaborativo entre públicos y privados en post de una estrategia de conservación para el árbol monumento natural Gomortega keule, el predio piloto San José, ubicado en la comuna de Penco, recibió a diversas autoridades, entre ellas el Seremi del Medio Ambiente, Indap, Sernatur y Conaf, y la Municipalidad de Tomé, para inaugurar un sendero destinado a la educación ambiental y el turismo que permitirá el acceso a un amplio espectro de público con interés en la naturaleza y ecología local.
El seremi del Medio Ambiente de la región del Biobío, Mario Delannays, manifestó que se siente muy orgulloso de los avances logrados en estos dos años de actividades, en donde la red se ha involucrado en un trabajo de aprendizaje y colaboración en favor de este árbol presente en la Cordillera de la Costa de las regiones de Maule, Ñuble y Biobío.
“Hoy en día el queule se encuentra clasificado en peligro de extinción de acuerdo al reglamento de clasificación de especies del Ministerio del Medio Ambiente. Sus principales amenazas han sido el cambio en el uso de la tierra, tala ilegal, incendios forestales y explotación excesiva de la leña y su fruto. Sin embargo, la comunidad, las personas, están realizando acciones concretas para su conservación y eso nos motiva para seguir por esta senda. Cada día estamos más conscientes del beneficio que tienen las especies nativas sobre el ecosistema y lo realizado por esta familia es un claro ejemplo que podemos y debemos trabajar de la mano y apoyar los esfuerzos de conservación. Qué mejor que hacerlo a través de la educación ambiental, donde a través de la experiencia vivencial en este sendero, permitirá a todos quienes lo visiten, aprender un poco más sobre esta especie nativa”, dijo Mario Delannays.
La Iniciativa Conservación de Especies Amenazadas, que ejecuta el Ministerio del Medio Ambiente a través del Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y con financiamiento del Fondo Mundial para el Medio ambiente (GEF), instala en los territorios un modelo que incluye un trabajo comunitario de educación ambiental, desarrollo de buenas prácticas silvoagropecuarias y turísticas, con lo que se busca generar conciencia por la conservación, en especial de esta especie única en el mundo.
“Ha sido un trabajo arduo de nuestro equipo el que, sumado a la voluntad de una familia que ha puesto su mejor esfuerzo, nos llena de orgullo con algo que hemos podido materializar. Este sendero significa que muchas personas podrán llegar hasta acá y maravillarse con un pequeño bosque de queules, un oasis que genera agua, vida y del cual debemos sentirnos muy responsables porque la biodiversidad que existe es un tesoro, el cual estamos todos llamados a conservar”, explicó la coordinadora macro zona sur de la iniciativa, Fabiola Lara.
Para la propietaria del predio, Victoria Inzunza, este trabajo de conservación del bosque nativo que inició junto a su marido la enorgullece y reconoce que con el apoyo hoy es más fácil avanzar. “Los primeros en llegar fueron los profesionales de Conaf, quienes se maravillaron con el tesoro de los queules y bueno nosotros siempre les hemos tenido cariño, porque los hemos conocido desde nuestra niñez”. Junto a su marido y su hijo guiaron el recorrido por el sendero. Su hijo Héctor Escalona, agradeció el apoyo brindado a sus padres, pues dijo “sido testigo de su esfuerzo y trabajo, que es un legado para nosotros sus hijos y para la comunidad entera”.
El jefe del departamento de Áreas Protegidas Silvestres de Conaf, Región del Biobío, Alberto Bordeu, dijo que proteger los remanentes de bosque nativo es una tarea muy importante y lo que hace la familia Escalona Inzunza es un buen ejemplo de lo que se puede hacer en colaboración. “Esta especie es endémica y no existen otras especies del mismo género en el mundo, y qué mejor que acercarse y conocerla a través de este sendero que se proyecta a la comunidad para protegerla”, precisó.
Para la directora de Sernatur Biobío, Natalia Villegas, este pulmón verde será muy importante para la región del Biobío, a la vez que destacó el potencial turístico que se puede desarrollar en el predio con la implementación de servicios asociados al sendero. “Lugares como estos, tan bellos, nos llenan el alma y nos hacen reconectarnos con la naturaleza y con nuestra cultura, árboles ancestrales que nos recuerdan la historia de nuestra región”, destacó.
Trabajo colaborativo
En este predio piloto de la familia Escalona Inzunza se han realizado acciones de buenas prácticas para la conservación del queule. El extensionista para queule, Pablo Azúa, comentó que durante todo este tiempo en el terreno se ha cercado el perímetro límite del predio con el terreno vecino, por donde ingresaba ganado que afecta a la regeneración de bosque nativo y/o queules.
También se han desarrollado acciones de restauración de bosque nativo , el establecimiento de ensayos de plantas de queules, así como acciones de control mecánico de especies exóticas no deseadas, y en el corto plazo, se proyecta la producción a pequeña escala de plantas de queule, y productos gastronómicos de fruto de queule.
“El predio piloto San José, está inserto en un territorio fuertemente dominado por plantaciones de monocultivos forestales. Entre estos grandes paños de escasa biodiversidad, aparecen algunos pequeños fragmentos de bosque nativo con presencia de queule que hoy pueden ser conocidos y valorados por todos gracias a este sendero que permitirá llegar hasta el bosque y conocer de cerca a este especie”, destacó Azúa.