La forestación busca apoyar la recuperación del hábitat de la araucaria en la Cordillera de Los Andes. El proyecto es coordinado por investigadores de Foresta Nativa y el Laboratorio de Ecología de Paisaje de la Universidad de Concepción y financiado por el Fondo de Investigación del Bosque Nativo de Conaf.
Regenerar el hábitat y los atributos que se han perdido en los bosques de araucaria, es parte de los objetivos de la plantación de 2.100 individuos de coigüe (Nothofagus dombeyi) que se llevó a cabo durante esta semana en el fundo Laguna Blanca, sector de Los Prados, en la comuna de Curacautín. La actividad es parte de un proyecto financiado por el Fondo de Investigación del Bosque Nativo de de la Corporación Nacional Forestal, “Implementación y evaluación de la restauración ecológica en bosques degradados de araucaria de los Andes y Nahuelbuta, Región de la Araucanía”, ejecutado por Foresta Nativa y el Laboratorio de Ecología de Paisaje de la Universidad de Concepción.
“Estamos trabajando en la Región de la Araucanía en ambas cordilleras. En este caso, con un ensayo experimental de regeneración asistida en la zona de Los Prados en la Cordillera de los Andes, para recuperar el hábitat y los atributos que han perdido los bosques de esta especie”, comentó la Dra. Paula Gatica, directora del proyecto e investigadora de Foresta Nativa y del Laboratorio de Ecología de Paisaje de la UdeC.
Visita a Laguna Blanca/Proyecto FIBN
Para Gatica, la restauración ecológica se ha convertido en una prioridad global para revertir los efectos de la degradación y recuperar la pérdida de bosques nativos. En el caso de la araucaria, se estima que la superficie de bosques de esta especie ha disminuido un 30% en los últimos 16 años. Esta es una de las razones por la que fue declarada en peligro de extinción por Decreto Ley del año 2018.
“Esta pérdida y degradación de la araucaria por efectos antrópicos, principalmente por grandes incendios en la Cordillera de Los Andes, ha llevado a una disminución de la biodiversidad y resiliencia de este ecosistema forestal tan importante para el país, para su historia y su cultura, reduciendo los bienes y servicios que nos entregan. Por eso es tan importante recuperarlo”, señaló.
El gerente del fundo Laguna Blanca, Marco Bentzien, señaló que las familias propietarias del terreno desarrollan un proyecto de agro turismo, conservación y restauración del ecosistema y en este marco, fueron contactados por el equipo de la UdeC para desarrollar un ensayo de reforestación de bosque nativo. “Nuestra gran esperanza es que vuelva la biordiversidad, el agua, los animales y el bosque y que el efecto que dejó la deforestación se vaya”.
Restauración ecológica
La restauración ecológica ha tomado gran importancia en los últimos años bajo el contexto de degradación ambiental y pérdida de biodiversidad. Tanto así que la ONU ha propuesto una Nueva Década para la Restauración de Ecosistemas entre el 2021 y 2030, pues la reconoce como clave para la seguridad alimentaria, la acción climática y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Degradación de bosque de araucaria por incendios y explotación forestal/ Proyecto FIBN
Para Gatica, la elección de estos lugares para hacer estudios de restauración ecológica de araucaria tiene un fundamento compartido con la iniciativa de la ONU, pero también otros motivos importantes. Por un lado, se realiza debido a la gran pérdida de superficie de bosques de araucaria por mega incendios en la Cordillera de los Andes y por otro, por las consecuencias de la fragmentación de su hábitat en la Cordillera de Nahuelbuta.
“La restauración ecológica es capaz de restablecer los atributos y características del ecosistema, como la composición de especies, la diversidad estructural, la funcionalidad del ecosistema, los flujos externos y las condiciones físicas” explicó la investigadora. “Además, es capaz de aumentar la integridad, resiliencia de los mismos y la provisión de servicios ecosistémicos a las personas, algo muy relevante bajo contexto de cambio climático, donde se espera que esta especie sea aún más impactada.”
Para Gatica y su equipo, este fondo Conaf, que se ejecuta desde el 2019 y hasta el 2023, proveerá de nuevo conocimiento teórico y práctico para recuperar los bosques degradados de Araucaria araucana en ambas cordilleras de la región de la Araucanía. Además, para el próximo año se planifica la plantación de 2.200 araucarias.
Ecosistema de referencia sector Laguna Blanca/Proyecto FIBN
“En este sector realizaremos forestación con coigüe este año y de 2.200 araucarias el 2021. Asimismo, para la Cordillera de Nahuelbuta, utilizaremos datos de monitoreo históricos y actuales de crecimiento y supervivencia de la especie, para evaluar su recuperación y así obtener directrices para nuevos proyectos de restauración”, aclaró la investigadora UdeC.Desde las zonas de estudio también se obtendrán protocolos de identificación de especies, recolección de semillas y de viverización, en conjunto con la comunidad.
“Todo este trabajo lo realizamos en colaboración con Conaf y con los propietarios, Gatica. Sin estas colaboraciones es complejo realizar restauración ecológica que perdure en el tiempo y cumpla sus objetivos. De ahí también la importancia de investigar sobre cómo mejorar y hacer más eficientes las prácticas de restauración ecológica y basarlas en evidencia, que es lo que impulsamos en Foresta Nativa y el LEP-UdeC.”
Julio Figueroa, director regional de Conaf Araucanía, concordó en la importancia de trabajar con la comunidad en estos proyectos de restauración. Su expectativa es no solo recuperar este espacio a través de proyectos locales sino que “puedan ser replicados como modelos para llevarlos a otras zonas del país en los próximos años”. Para ello, indicó que es relevante el involucramiento de todos los actores. “Es importante compartir los conocimientos y trabajar en conjunto con la comunidad”, sobre todo en la recuperación de una especie “tan emblemática para la Región de la Araucanía”.