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Mundo: Cómo un visionario en Rwanda cultiva papas en el aire

4 minutos de lectura

Sistemas aeropónicos innovadores ayudan a hacer frente a algunas dificultades tradicionales con las que tropieza agricultura.

La agricultura está arraigada en la cultura del pueblo de Rwanda. De hecho, alrededor del 67 % de los rwandeses están empleados en la agricultura y la tierra cultivable se extiende por más de 1,56 millones de hectáreas del país.

Con todo, dado que se prevé que la población de Rwanda aumentará de 10,5 millones en 2012 a 16,9 millones para 2032, también aumentará la demanda de alimentos. Al mismo tiempo, es probable que la cantidad de tierra cultivable disminuya con la expansión constante de las ciudades del país. Para que el sector agrícola de Rwanda siga satisfaciendo las necesidades alimentarias del país, se necesitan innovaciones agrícolas centradas en garantizar una mayor productividad en espacios más reducidos. Entra en escena una nueva forma de cultivar alimentos sin suelo y con menos agua: el cultivo aeropónico.

El cultivo aeropónico es una forma de plantar respetuosa con el clima en que las raíces se suspenden en el aire y crecen en un ambiente húmedo. Sin ningún suelo. En lugar de ello, las plantas se rocían con agua y una solución de nutrientes. Con esta técnica los agricultores pueden controlar la humedad, la temperatura, el pH y la conductividad del agua dentro de un invernadero.

Conozcamos al pionero

Cuando Apollinaire Karegeya se enteró de lo que era el cultivo aeropónico, reconoció que podía aumentar la producción de alimentos y hacerlo de manera sostenible. Apollinaire proviene de una familia de productores de papa, que siempre se han dedicado a la agricultura tradicional. Sin embargo, con la escasa productividad de los cultivos a causa de las condiciones climáticas, conocía las dificultades de brindar una fuente segura de alimentos a su comunidad local. Apollinaire tenía sed de aprender nuevas competencias y conocimientos que pudiera utilizar para mejorar su granja.

“Empecé a visitar a asociados del Gobierno que estaban trabajando con los agricultores en el país. Un día uno de ellos me ofreció una oportunidad de capacitación en Europa. Fue entonces cuando por primera vez entré en contacto con el cultivo aeropónico”, dice Apollinaire.

“Quedé maravillado por esta tecnología sin suelo. Previene enfermedades y aumenta la productividad. Después de una semana de sesiones de capacitación, estaba convencido de que iba a ser algo bueno.”

¡Innovación, innovación, innovación!

Con el apoyo que le siguieron prestando el Gobierno y sus asociados, Apollinaire comenzó a cultivar papas con la técnica aeropónica de invernadero en 2015 y ha sido un pionero del sistema aeropónico en Rwanda desde entonces. Con él ahora multiplica las plántulas de papa, que en algunos casos planta en su granja para cultivar papas y, en otros, las vende a otros agricultores para que las planten en las suyas. Apollinaire cultiva alrededor de 2 500 plántulas en su invernadero, que producen papas en dos meses y medio.

“Como no se trata de un cultivo de rotación, cultivo tres veces al año. Cuando los nutrientes están bien regulados, el rendimiento está garantizado. No es lo mismo que cultivar al aire libre donde estás a merced de la naturaleza”, dice.

Cuando Apollinaire empezó a usar esta tecnología, todavía tenía mucho que aprender.

“Los tubérculos que crecen en cultivos aeropónicos se guardan por cuatro meses antes de poder trasplantarlos en jardines. Me faltaban instalaciones de almacenamiento y algunas plantas de papa se pudrían en el proceso”, dice Apollinaire.

En 2018, con fondos de la Unión Europea, la FAO ejecutó un proyecto dirigido a mejorar los medios de vida de los pequeños productores que se dedicaban a las cadenas de valor de raíces y tubérculos. Su objetivo era lograr que la producción fuera más eficiente y vincular a los pequeños agricultores con los mercados nacionales y regionales.

A través del proyecto, Apollinaire recibió capacitación en técnicas mejoradas de almacenamiento de papa y en cómo trabajar con instituciones financieras para seguir dando impulso a su nuevo negocio. Aprendió a guardar las plántulas de papa en cajas hasta cuando estuvieran listas para que se las trasplantara al suelo, de modo que tuvieran suficiente aire mientras esperaban que las pasaran a buscar los compradores.

Convenciendo a los rwandeses de la nueva forma de cultivar

Cultivar alimentos sin suelo es algo nuevo para muchos rwandeses, por lo que Apollinaire también se enfrentó al desafío de cambiar mentalidades. Con ayuda y capacitación de la FAO, comenzó a valerse de los medios de comunicación, como la radio, la televisión, periódicos y sitios web, para hacer correr la voz.

“La capacitación me abrió los ojos para que recurriera a las radios comunitarias para crear conciencia sobre mi negocio y también sobre los sistemas aeropónicos. Desde entonces, la demanda de mis plántulas creció exponencialmente. Recibo a muchos agricultores que me piden que les ayude a instaurar el sistema aeropónico”, dice sonriendo.

Ahora está tan desbordado de clientes que está tratando de alentar a más personas a adoptar métodos aeropónicos y producir plántulas para los agricultores rwandeses.

Apollinaire también ha capacitado a su hijo de 20 años en el cultivo aeropónico, así como a otros 42 agricultores de Rwanda. A medida que más agricultores se vayan enterando de las nuevas técnicas agrícolas por la divulgación que hace en los medios de comunicación, Apollinaire cree que la producción de alimentos aumentará. Con el tiempo, los agricultores podrán recurrir al sistema aeropónico para otros tipos de cultivos, como hortalizas.

“La población rwandesa está en aumento. Tenemos que pensar en tecnologías para aumentar la cantidad de alimentos que producimos. Las nuevas innovaciones están cambiando la imagen de la agricultura. Más jóvenes se interesan por participar en el agronegocio porque ya no es el mismo sector extenuante que era antes”, dice.

Con el aumento de la población y la expansión de las ciudades en todo el mundo, los métodos agrícolas innovadores son exactamente lo que se necesita para revitalizar el sector agrícola. Al alentar a más agricultores a seguir los pasos de Apollinaire, podemos aumentar la seguridad alimentaria para todos de una manera sostenible y respetuosa con el clima.

Para más información

Fuente: FAO

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