ANDREA FISCHER
National Geographic
A pesar de que las fotos que muestran la vegetación del Ártico parecieran esperanzadoras, pueden auspiciar cambios negativos para todo el planeta.
Con el uso de drones, científicos daneses han registrado el crecimiento de vegetación el en Polo Norte, un indicador de que esta zona del plantea se está calentado a un ritmo dos veces más rápido que el resto. Los escenarios nórdicos están sufriendo un cambio radical. Es una realidad: el ártico es cada vez más verde, y ésta es una pésima noticia para la Tierra.
Este grupo de investigadores ha seguido este cambio en el paisaje de cerca. De esta manera, pueden medir las repercusiones que tendrá en un futuro no muy lejano. Para conducir sus investigaciones, están haciendo uso de recursos tecnológicos de última generación —como drones y satélites— y técnicas de trabajo de campo tradicionales: no hay nada como ver la situación con sus propios ojos.
El trabajo de investigación ha sido minucioso. Año con año, se miden milimétricamente las hojas de la nueva vegetación para poder predecir la velocidad de su crecimiento. Jeffery Kerby, un ecologista de la Aarhus University de Dinamarca, destacó lo siguiente con respecto a los resultados que han arrojado los estudios:
“ASÍ QUE SE AMPLÍA A PARTIR DE TODOS ESTOS PEQUEÑOS DRAMAS DE PLANTAS INDIVIDUALES QUE SE DESARROLLAN, QUE LUEGO INFLUYEN EN QUÉ PLANTAS EXISTEN EN EL PAISAJE. […] Y CUANDO LO DISTRIBUYES EN UN ÁREA ENORME, PUEDE TENER IMPACTOS MUY IMPORTANTES EN EL CICLO DEL CARBONO”.
Pareciera que analizar cada tipo de planta que ha crecido en el último lustro en el Ártico es una medida extrema. Sin embargo, estos cambios individuales podrían afectar gravemente la dinámica del ecosistema entero y tener repercusiones a mayor escala eventualmente.
Por esta razón, a pesar de que el trabajo de campo ha sido efectivo, las imágenes satelitales han sido de gran ayuda, porque facilitan la recopilación de datos sobre un área grande. A pesar de que la resolución no siempre es de la mejor calidad, de acuerdo con un artículo de Matt Simon para Wired, la cobertura está en una escala de 30 a 250 metros, aproximadamente.
Sin embargo, el reto tecnológico se ha vencido poco a poco. Con los recursos que se tenían anteriormente, en comparación, era como si un microbiólogo solo pudiera estudiar las bacterias con una lupa. Hoy, este grupo de investigadores daneses cuentan con quadcopters. Con ellos, el equipo puede volar sobre una hectárea de vegetación ártica y escanearla con gran detalle. En cierto modo, ahora tienen un microscopio.
Contando con este equipo, las investigaciones han podido profundizarse aún más. A pesar de que esto es cierto, es una realidad que el Ártico es cada vez más verde, y que todos los días el problema avanza.