U. Católica de Chile
En el día del Takun antü, o eclipse de sol, se desplegarán muchas energías, positivas y negativas, ambas necesarias para el ser humano, escribe la profesora de campus Villarrica, investigadora del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas CIIR (CIIR), y poeta mapuche, María Isabel Lara Millapan.
a naturaleza siempre nos está comunicando mediante su perfección. La luz y la oscuridad son necesarias para el equilibrio de todos los seres que en ella habitan, los árboles, los animales, las aves, quienes responden con exactitud a sus códigos, a sus tiempos y espacios. También estamos nosotros, los humanos, en proceso de aprendizajes y tantas veces rompiendo ese equilibrio con un deseo de dominación. Un ejemplo de ello es el Takun antü, o eclipse de sol, que pronto vamos a vivir en Wall Mapu, territorio mapuche.
Desde niña escuché a mis abuelos decir que fuéramos LLam che, personas respetuosas de la tierra, y mantuviéramos el “Feyentun”, la capacidad de creer en las energías “Newen”, que habitan cada espacio: los ríos, las montañas, la noche. Siendo esta última el camino de otras fuerzas que habitan con a nosotros, pero que no debemos transgredir su espacio.
Resguardando estas palabras, pienso en el Takun antü del próximo lunes 14 de diciembre y creo que los más sabios serán los pajaritos y los animales. Sabrán cuando venga la noche y se refugiarán, sin hacer ruidos. Después de un Takun antü, habrá cambios en la naturaleza, cambios que favorecerán a su propio proceso y nosotros tendremos que aprender a adaptarnos. Creo y espero que sean momentos de aprendizaje, pues, generalmente, cuando la naturaleza habla a través de sus fenómenos, no logramos dimensionar sus mensajes.
Este es uno de los motivos por qué en nuestra cultura mapuche realizamos LLellipun, Ngillatun: nuestras ceremonias para dialogar con la tierra y pedir que nos anuncien los caminos más adecuados para vivir en el Bien: “Taiñ küme mongeleal, küme feleal”, vivir bien, estar bien, nosotros y la tierra.
“Después de un Takun antü, habrá cambios en la naturaleza, cambios que favorecerán a su propio proceso y nosotros tendremos que aprender a adaptarnos” – María Lara Millapan, académica del campus Villarrica y poeta mapuche.
Un despliegue de energías
El día del Takun antü, se desplegarán muchas energías, positivas y negativas, ambas necesarias, y esa es una de las razones por qué se nos ha aconsejado de una generación a otra, no mirar directamente al Antü, al sol, no exponernos, pues van a venir consecuencias. “Allkükey ta che”, “Las personas escuchan”, “Aukantun-no tati”, eso no es un juego, son algunas palabras que escuché decir y mantenemos hoy.
Desde nuestro Feyentun, creencias como mapuche, la exposición directa al takun antü, puede traer “Kutran”, enfermedades, individuales o colectivas. Se debe tener especial cuidado con las embarazadas, pues hay un ser en gestación y las energías repercuten, así también con los niños y niñas, pues están creciendo y experimentando cambios en su desarrollo.
Son muchas las orientaciones que en nuestra cultura se han venido construyendo desde tiempos milenarios, y todo ha sido para vivir en equilibrio, como la contemplación, la capacidad de observar y escuchar y el valor del silencio para permitirlas.
María Lara Millapan, académica del campus Villarrica UC, investigadora del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas, CIIR, y poeta mapuche.