Por Alexander Neaman y Elliot Burnham
Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos, Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias, Universidad Austral de Chile
Delcy Mejía-Aguilar
Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sostenible, Universidad Austral de Chile
Christian Berger
Escuela de Psicología, Pontificia Universidad Católica de Chile
En las siguientes recomendaciones, aclaramos la importancia y el propósito de la educación ambiental. Asimismo, hacemos referencia a diferentes tipos de conocimientos ambientales recomendados para enseñar en un programa de educación ambiental. También realizamos recomendaciones sobre los enfoques de enseñanza, tales como las actividades de conexión con la naturaleza y el ambiente prosocial en la clase.
Importancia y propósito de la educación ambiental
Actualmente, la humanidad enfrenta diversos problemas ambientales globales, los cuales, según varios especialistas, son derivados del comportamiento humano. Para lograr un cambio, la educación ambiental es primordial. La misión de ésta es aumentar los conocimientos de los estudiantes sobre el medio ambiente y promover actitudes positivas y de cuidado, para así lograr un comportamiento más amigable con el planeta. Diversas cumbres y comisiones internacionales han catalogado la educación ambiental como una herramienta para lograr el desarrollo sostenible.
Diferentes tipos de conocimientos ambientales
Basándonos en los resultados de nuestra investigación científica (Díaz-Siefer et al., 2015), argumentamos que una educación ambiental eficaz debe enseñar conocimientos de las siguientes tres categorías. (1) Sistémico: saber sobre problemas ambientales globales, (2) de acción: saber sobre las acciones para reducir nuestro impacto sobre el medio ambiente, y (3) de eficacia: saber qué acciones logran el mayor beneficio ambiental. Si usted quiere testear sus conocimientos sobre el medio ambiente, puede responder a las preguntas en las pizarras y calcular su nota sumando un punto por cada respuesta correcta mas un punto de base.
En el conocimiento sistémico, las preguntas más fáciles corresponden a los temas difundidos por los medios de comunicación, como el calentamiento global. Por otro lado, en general existe una escasez de conocimientos sobre temas más específicos, por ejemplo, conocer la causa de contaminación de aguas subterráneas.
Asimismo, se requiere educar a niñas, niños y adolescentes cómo se puede disminuir nuestro impacto sobre el medio ambiente. Por ejemplo, la mayoría de las personas saben que no se debe botar las pilas o baterías usadas a la basura por ser éstas muy contaminantes. Sin embargo, existe un desconocimiento general de muchas otras acciones que uno puede realizar, por ejemplo, sobre la importancia de reciclar el aluminio.
Finalmente, el conocimiento ambiental de eficacia resulta más difícil, en comparación con los conocimientos de acción y sistémico. Por lo tanto, si usted no logró contestar alguna de las preguntas en las pizarras, no se preocupe. En general, no hay un conocimiento sobre el ahorro de recursos, como por ejemplo desenchufar los aparatos eléctricos y comprar ampolletas de bajo consumo.
Conexión con la naturaleza
Hemos realizado una investigación (Otto et al., 2020), cuyos resultados han demostrado que existe una importancia del contacto con la naturaleza en el comportamiento frente al medio ambiente. Específicamente, las personas que tienen una mayor conexión con la naturaleza demostraron comportamiento más responsable con el entorno natural. Este hallazgo es preocupante, considerando que niñas, niños y adolescentes en la actualidad tienen cada vez menos interacción con la naturaleza. A raíz de esto, es de suma importancia generar un cambio en el enfoque de la educación ambiental.
Los autores proponen que las clases teóricas de educación ambiental no son suficientes, requiriendo fomentar una interacción integral con la naturaleza mediante clases en terreno. En programas de educación ambiental, se puede incluir, por ejemplo: excursiones a un bosque, caminatas en la montaña, paseo por un lago o un río, etc. Está claro que tales clases en terreno requieren mayores recursos, pero pueden ser verdaderamente beneficiosas para lograr un cambio en el desarrollo de los niños y adolescentes. Es notorio que la educación ambiental teórica en la sala de clase es insuficiente, requiriendo volver a conectarse con el entorno natural (Otto and Pensini, 2017).
La educación prosocial es esencial para el cuidado del medio ambiente
Basándonos en los resultados de nuestra investigación científica (Neaman et al., 2018), argumentamos que el énfasis tradicional de la educación ambiental puede ser reforzado con la educación prosocial, la cual promueve la preocupación, el cuidado y la responsabilidad hacia el bienestar de otras personas. Por ejemplo, la clase podría iniciarse formando círculos, hablando con los estudiantes sobre cómo se sienten, lo que generaría un ambiente acogedor e inclusivo, de respeto mutuo y de cooperación en el aula.
Dado que nuestra investigación reveló una correlación entre el comportamiento prosocial y el cuidado del medio ambiente, se puede suponer que la generación de un ambiente prosocial en la clase podría también resultar en una mayor preocupación por el medio ambiente entre los estudiantes, y viceversa. En tal caso, su motivación para cuidar el planeta vendría no solamente de su conocimiento ecológico y la conexión con la naturaleza, sino que también surgiría de su sincera preocupación por otras personas. Este enfoque educativo combinado promueve un comportamiento sostenible, contribuyendo a los esfuerzos interdisciplinarios para crear una sociedad sostenible desde el punto de vista social y ambiental.
Nota
Este artículo es parte del proyecto Fondecyt 1200259.
Referencias
Díaz-Siefer, P., Neaman, A., Salgado, E., Celis-Diez, J.L., Otto, S., 2015. Human-environment system knowledge: A correlate of pro-environmental behavior. Sustainability 7, 15510-15526.
Neaman, A., Otto, S., Vinokur, E., 2018. Toward an integrated approach to environmental and prosocial education. Sustainability 10, 583-594.
Otto, S., Pensini, P., 2017. Nature-based environmental education of children: Environmental knowledge and connectedness to nature, together, are related to ecological behaviour. Global Environmental Change 47, 88-94.
Otto, S., Pensini, P., Zabel, S., Diaz-Siefer, P., Burnham, E., Navarro-Villarroel, C., Neaman, A., 2020. The common foundation of sustainable behavior. Prosocial propensity as the same source for social and ecological behavior. Global Environmental Change (under review).
[1] El uso de un lenguaje que no discrimine ni marque diferencias entre hombres y mujeres ha sido una preocupación en la elaboración de este documento. Sin embargo, y con el fin de evitar la sobrecarga gráfica que supondrá utilizar en castellano “o/a” para marcar la existencia de ambos sexos, se ha optado por utilizar el masculino genérico, en el entendido de que todas las menciones en tal género representan siempre a hombre y mujeres, abarcando claramente ambos sexos.
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