Katerinne Pavez
Noticias UdeC
El destacado científico fue elegido por sus pares para integrar la Academia Chilena de Ciencias, un honor que permite destacar el aporte regional a la investigación, señaló.
El académico y director del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), Osvaldo Ulloa Quijada, fue incorporado a la Academia Chilena de Ciencias en calidad de Miembro de Número, honor que ostentan muy pocos científicos y científicas a nivel nacional. Esto lo convierte en el único Miembro de Número que, además de haberse formado en la Universidad de Concepción, es actualmente académico de esta casa de estudios.
Su incorporación ocurre tras una elección realizada por los actuales Miembros de Número de la Academia, y se dio al mismo tiempo que la incorporación de la Premio Nacional de Ciencias Exactas, Dra. Dora Altbir Drullinsky.
Por ello, señala Ulloa, este nombramiento representa para él un reconocimiento a grupos cuya representación es menos visible; en su caso, los investigadores de regiones y, en el caso de la profesora Altbir, las mujeres.
“Es importante que dentro de los Miembros de Número haya una participación de más mujeres, que siguen siendo una minoría. Esta elección refleja por un lado el tema de género que es importantísimo para la ciencia y también un reconocimiento del aporte que hacen las regiones en ciencias, en particular el rol que tenemos en Oceanografía, una de las áreas en que Chile es reconocido a nivel internacional. Creo que es un reconocimiento a la disciplina que represento, en este caso”, señaló Ulloa.
La Academia Chilena de Ciencias, una de las seis que integran el Instituto de Chile, tiene como misión ser un recinto de discusión y de ideas sobre el conocimiento y la ciencia del país, creado en el año 1964. Todas las academias tienen una cantidad fija de Miembros de Número; en este caso son hasta 36 investigadores e investigadoras destacados en sus ámbitos de trabajo, que eligen a través de voto secreto a quiénes incorporar cuando se genera una vacante. Los miembros de la Academia son de cuatro tipos: de Número, Correspondientes nacionales, Correspondientes extranjeros y Honorarios, siendo los de Número quienes tienen voz y voto en las reuniones y pueden patrocinar postulaciones de futuros integrantes.
Respecto al trabajo que desarrolla la Academia, y del que participó hasta ahora como Miembro Correspondiente, apuntó que se trata de un espacio de opinión independiente de instituciones y gobierno, conectado con otras academias a nivel internacional. Además, “este año se ha abierto, invitando a especialistas a conversar y al público general a través de los medios digitales. Es un espacio que se ha generado, sobre todo, con la pandemia”.
Un reconocimiento de pares
Formar parte de la Academia es un reconocimiento del mundo científico, que destaca a aquellos investigadores de prestigio, que se mantienen activos en su campo de trabajo. El Doctor Ulloa estudió su pregrado en la Universidad de Concepción, mientras que su maestría y doctorado los realizó en la Universidad de Dalhousie en Canadá, trabajando en ecología del fitoplancton y bio-óptica marina, respectivamente. Realizó luego un postdoctorado en el Instituto Niels Böhr, de la Universidad de Copenhague, donde trabajó en el ciclo del carbono. Actualmente es profesor titular del Departamento de Oceanografía y director del Instituto Milenio de Oceanografía. Ha formado a generaciones de estudiantes de pre y postgrado en Biología marina y Oceanografía, y por su laboratorio han pasado postdoctorantes chilenos y extranjeros.
Sus contribuciones científicas más relevantes han sido en el área de la oceanografía biológica, particularmente el estudio de los factores que determinan los patrones de distribución del fitoplancton y la diversidad y biogeoquímica microbiana en ambientes marinos carentes de oxígeno.
Su foco de investigación en el IMO son las comunidades microbianas, incluyendo su diversidad, su rol en los ciclos biogeoquímicos y sus adaptaciones genómicas a la carencia de oxígeno y a la profundidad. Uno de sus proyectos emblemáticos de los últimos años y que generó gran expectación no solo en el mundo científico, sino también en el público general fue Atacamex, que en 2018 logró descender a más de ocho mil metros de profundidad en la Fosa de Atacama, un evento inédito para la ciencia a nivel mundial. Dicho proyecto cuenta además con un documental, el que recibió el premio UNOFEX International Film Awards, en agosto de 2020 en la categoría “Mejor documental”.