Se trata de 2 ejemplares de chaulodius sp, conocidos como peces diablo, que actualmente se encuentran en la sala Batiscafo de la exhibición permanente del museo.
Fuente: Museo de Historia Natural de Valparaíso
Esta donación se enmarca dentro del Programa de Regularización de Colecciones, que ha estado desarrollando el Dpto. de Ciencias e Investigación durante el 2020.
El 2013 no fue un año cualquiera, muy por el contrario, ya que el Museo de Historia Natural de Valparaíso renovó por completo su exhibición permanente. Esto no fue algo al azar, sino que la idea de un nuevo guión museográfico comenzó a gestarse en el año 2002, en el marco del Plan Nacional de Mejoramiento Integral de Museos Estatales Dibam.
La nueva museografía se enfocó principalmente sobre objetos de las ciencias naturales correspondientes a la Quinta Región. El recorrido fue pensado como un trayecto desde las profundidades del océano hasta las cumbres cordilleranas.
En este contexto, en julio del 2013, ingresaron dos peces (chaulodius sp), s cuales venían como préstamo desde la sala de colecciones biológicas de la Universidad Católica del Norte, que tenía como objetivo principal incorporarse a la exhibición permanente de la sala batiscafo, donde una tenue iluminación transmite aislamiento y encierro en una nave sumergida entre dos mil y seis mil metros bajo la superficie.
Pero, ¿cómo se produce este proceso de donación?
“No recuerdo bien los pormenores, pero esta donación se remonta al año 2013 y cuando se implementó el batiscafo virtual del MHNV. En su momento Andrea Müller, quien era coordinadora de exhibiciones de la, en ese entonces, DIBAM y encargada de la implementación de la nueva exhibición del Museo, me hizo algunas consultas y solicitó sugerencias sobre la parte marina, principalmente de aguas profundas. Aquí surgió la idea de mostrar estos peces emblemáticos de la zona abisal a través de un préstamo”, rememora Javier Sellanes, Director de la Sala de Colecciones, Museo y Acuario de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte.
En este sentido, el académico valora el trabajo que se ha realizado con el Museo de Historia Natural de Valparaíso (MHNV) y ve muy buenas proyecciones para lo que viene en el futuro próximo.
“Para nosotros es muy importante y permite proyectar nuestras aspiraciones de algún día constituirnos también en un punto de referencia en el ámbito de la divulgación e investigación de la biodiversidad marina, tanto en la macrozona norte de Chile como a nivel nacional. Incluso con las modestas instalaciones que hoy contamos, nuestro Acuario y Museo está recibiendo en torno a las 20.000 visitas anuales, convirtiéndose en una potente herramienta para concientizar a las nuevas generaciones sobre la importancia del ámbito marino. Ahora, junto a la Sala de colecciones biológicas hemos potenciado y vinculado la componente de investigación y esto nos ha abierto además las puertas a la interacción con diversas instituciones nacionales e internacionales. Todo esto se suma además a la ubicación estratégica de nuestro Campus Guayacán, a orillas de la Bahía de la Herradura de Coquimbo, lo cual da al conjunto un entorno privilegiado para el estudio y la divulgación de la biodiversidad marina de Chile. De hecho nuestro sueño es concretar el proyecto del nuevo Acuario y Museo de la Facultad de Ciencias del Mar, el que ciertamente a pesar de tener su sello propio estará inspirado en otras iniciativas exitosas como la del MHNV”, agregó.
Por su parte, la curadora jefa del Museo de Historia Natural de Valparaíso Anabell Lafuente, señaló que esta donación se enmarca dentro del Programa de Regularización de Colecciones, que ha estado desarrollando el Dpto. de Ciencias e Investigación durante el 2020, quienes han reactivado procesos de préstamos y recuperación de colecciones que se encontraban fuera de la unidad.
“En diciembre 2019 al asumir el cargo de curadora jefa, me propuse como tarea prioritaria la regularización de colecciones, activando de manera formal el programa, contemplando a todo el departamento de Ciencias e Investigación (arqueología, patrimonio y biología). La meta es tener la totalidad de colecciones en préstamo en nuestro museo, es decir, recuperar colecciones que estaban fuera, y otras que estábamos nosotros con compromisos atrasados y que debíamos actualizar y solicitar ampliar los plazos de préstamo, en este último grupo, entra la donación de peces diablo, dado que me contacte con Javier Sellanes para regularizar el préstamo de estos ejemplares y él amablemente nos menciona su interés en donarlos”.
Y culmina, “bajo este escenario se gestó la donación de ambos ejemplares, de manera de aportar tanto con individuos que el museo no contaba en su inventario, y enriquecer el conocimiento de la comunidad respecto a la fauna abisal”.