Por primera vez desde su creación, se conmemora este día en medio de una crisis sociosanitaria de impacto global. Las cuarentenas, el teletrabajo y el encierro han alterado la higiene del sueño de una población chilena que ya tenía serios problemas para regularla de forma correcta. Expertos de la Universidad de Chile entregan consejos para el buen dormir y mejorar así nuestra calidad de vida.
Este 19 de marzo se conmemora un nuevo Día Internacional del Sueño, fecha impulsada por la Asociación Mundial de Medicina del sueño que tiene como objetivo concientizar a la población sobre la importancia que tiene el buen dormir y la alta prevalencia de los trastornos del sueño en la sociedad. Este año, la campaña -que desde el 2008 se realiza el viernes anterior al equinoccio (tercer viernes de marzo)- está marcada por la crisis del COVID-19 y el impacto que ha tenido en la vida de las personas, incluida la alteración que ha significado en las horas de descanso nocturno.
El lema de este año es “Sueño regular para un futuro saludable”, con el que llama a adecuar el sueño y desarrollar rutinas. Según datos entregados por la Sociedad Chilena de Medicina de Sueño (SOCHIMES), el 80 por ciento de la población no duerme entre las 7 y 9 horas recomendadas. Además, menos del 30 por ciento tiene horario fijo para dormir y, en el mundo, solo un tercio de la población busca ayuda con un especialista cuando duerme mal.
Durante la pandemia, los problemas de sueño y los asociados a él, se han agudizado. Tener un sueño reparador ayuda a prevenir la ansiedad, aumenta la atención y mejora el rendimiento físico e intelectual, impactando así positivamente la calidad de vida de las personas. Por esta razón, durante las cuarentenas es necesario adquirir estrategias para tener un descanso reparador.
El Rector de la Universidad de Chile y especialista en trastornos e higiene del sueño, Ennio Vivaldi, señala que “dormir menos es malo para la salud, definitivamente. Todas las estadísticas demuestran que las personas que duermen menos tienen más problemas de salud. Eso nos preocupa más en la situación del Covid, porque tenemos un factor más que nos va poniendo más vulnerables ante los efectos de la pandemia. Es por eso que tenemos que tomar consciencia de la importancia de la salud mental en el contexto de la pandemia, y uno de los aspectos fundamentales es, sin lugar a dudas, el sueño y tomar las medidas que permitan dormir mejor”.
Trastornos y rutinas para evitarlas
Los trastornos de sueño son un conjunto de síndromes que afectan este proceso. Hoy existen más de 60 diagnósticos diferentes, que no necesariamente se refieren a dificultades para conciliarlo o mantenerlo, sino que pueden ser fenómenos que aparecen durante el proceso, como apneas o movimientos del cuerpo. Además, existen patologías asociadas como la depresión, trastorno de ansiedad o nutricionales.
La académica del Hospital Clínico de la U. de Chile, Rosemarie Fritsch, explica que durante la pandemia se han producido trastornos en la irregularidad del sueño. El estar expuesto a pantallas por el teletrabajo y perder las pautas y marcadores externos (luz solar, salir de la casa con rutinas) han producido un desorden en los patrones con consecuencias negativas en la salud física y emocional de las personas. “Esto hace que la arquitectura del sueño no sea la apropiada, que el descanso no sea el mismo, y las consecuencias que tiene esto en el diario vivir. Estos problemas siempre han existido, pero en estas circunstancias se ha agravado”, indicó.
Por su parte, la profesora del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), Cecilia Algarín, recalca que “mientras dormimos se desarrollan una serie de actividades en nuestro organismo y en diferentes tejidos, como el corazón, pulmón, hígado, etc. Estos procesos solo pueden realizarse en ese momento. Durante la vigilia, nuestro organismo está abocado a otras actividades diferentes. Cuando nosotros no tenemos un dormir adecuado estas actividades enzimáticas, hormonales y cognitivas que se desarrollan durante el estado del sueño, no se van a cumplir y no vamos a tener una vigilia adecuada, ni se van a llevar a cabo todas las acciones que se necesitan para que nuestro organismo pueda funcionar de manera normal”.
Las expertas recomiendan mantener rutinas regulares. Tener los mismos horarios al comer, al acostarse, al levantarse y al comenzar y terminar de trabajar; exponerse a la luz solar; evitar bebidas que disminuyen el sueño; que el sitio para dormir sea un lugar agradable, con luminosidad baja y sin pantallas encendidas; no consumir alcohol ni drogas; y no automedicarse con fármacos para dormir sin consultar con expertos.
El académico del INTA, Patricio Peirano, agrega que “dormir mejor en estas condiciones de pandemia tiene muchas ventajas. Primero, nos va a dejar en una condición más adecuada para poder hacer frente a las exigencias diarias. Basta que uno duerma mal una noche, para que sepa que al día siguiente va a estar con menos tono vital, con menos capacidad de aprender, va a estar más irritable, va a estar menos acogedor. Es decir, todo aquello que tiene que ver con dormir mejor nos va a dejar en un estado que podamos asumir, reitero, las exigencias que nos demanda esta condición de emergencia”.
Finalmente, las y los especialistas coinciden en que la medicina del sueño es una especialidad relativamente nueva y que la población generalmente no acude a consultas, ya que normaliza el dormir mal. Por lo tanto, estos días son importantes para generar conciencia en estos tiempos donde aumentan las patologías asociadas.
Texto: Arturo Baeza
Fotos: Alejandra Fuenzalida
Prensa UChile