José Antonio Jara, investigador de la Facultad de Odontología, trabaja junto a su equipo en nuevas terapias para esta patología mediante el uso de fármacos que tradicionalmente funcionan para otras enfermedades. Esto le permitiría a los pacientes mejorar el tratamiento de este cáncer del que, en nuestro país, la supervivencia no supera el 50 por ciento al quinto año. Además, advierte el experto, las señales de esta enfermedad pueden detectarse de manera precoz, al lavarse los dientes y notar cambios sospechosos en su mucosa oral; lo que las personas pueden hacer con una guía de libre acceso que presentamos en esta nota.
El cáncer de labio, cavidad oral y orofaringe representa el 2,1 por ciento de la incidencia en nivel mundial, y si bien no es tan común, en nuestro país el 1,6 por ciento del total de los pacientes de cáncer padece de este tipo. Sin embargo, ha aumentado en la gente joven debido al consumo de alcohol y tabaco, y en mujeres, ya que se han encontrado células relacionadas en el Virus Papiloma Humano que podrían aumentar el riesgo de tener cáncer bucal.
Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer, señaló que la supervivencia global del cáncer intraoral es de 57 por ciento a los 5 años, y que disminuye a un 46 luego de 10. Un estudio realizado el 2018 por el Servicio de Anatomía Patológica de la Facultad de Odontología U. de Chile, analizó a 120 pacientes y tan solo un 33,9 por ciento tenía una supervivencia el quinto año. Estas son anomalías que se pueden observar de manera precoz, al lavarse los dientes y notar cambios sospechosos en su mucosa oral.
Las alternativas de tratamiento actuales muchas veces consisten en mutilar partes de la cavidad oral como la lengua, cuando hay metástasis en la mandíbula u otra zona anatómica de la boca. Además, deben someterse a quimio y radioterapias, afectando la funcionalidad y la calidad de vida de los pacientes.
Alternativas farmacológicas y el autoexamen como clave
Este panorama motivó al académico del Instituto de Ciencias Odontológicas, José Antonio Jara, a buscar alternativas que mejoren el tratamiento y la supervivencia. El equipo se ha centrado en probar fármacos que ya se han utilizado clínicamente para otras patologías y de los cuales ya se conocen los efectos adversos. Además, estos se encuentran disponibles en el sistema de salud y han identificado algunos como la hidroxicloroquina, que inhibe la autofagia y se utiliza para enfermedades como la malaria, y el itraconazol, que es un antifúngico que ataca a la mitocondria de las células.
El investigador explicó que “hemos combinado estos dos fármacos y los hemos utilizado, además, con tratamientos clásicos que se utilizan para el cáncer oral como oxiplatino y buscamos ver el efecto que han tenido sobre las células de esta patología”. Los resultados in vitro han sido promisorios, pero debido a la pandemia del COVID-19 se ha dilatado el proceso.
El académico señaló que según lo estudiado a la fecha, la hidroxicloroquina es la que ha tenido buenos resultados por sí sola, más cuando es combinada con el oxiplatino, ya que aumenta la capacidad de matar células tumorales. Como detalla el especialista, “los cultivos con los que contamos en el laboratorio son muy resistentes y se parecen a lo que ocurre en un tumor sólido real. Desde ese punto de vista, los resultados han sido muy positivos”.
Si bien se han realizado campañas por la Facultad de Odontología para alertar sobre este cáncer, es importante señalar que la inspección visual es clave en el diagnóstico temprano y en la posterior supervivencia de los pacientes.
El tipo más frecuente de esta enfermedad es el carcinoma de células escamosas, que presenta alteraciones visibles por especialistas o a través de un autoexamen. Estudios internacionales detallan que, al notar cambios en la mucosa oral, las personas no acudían a especialistas ya que no pensaron que era un problema real.
Arturo Baeza. Prensa UChile