Cada año, el paludismo se cobra la vida de más de 400.000 personas, principalmente niños pequeños en África. Y, cada año, hay más de 200 millones de nuevos casos de esta enfermedad parasitaria mortal. Pero eliminarla es posible. Entre 2000 y 2019, el número de países con menos de 100 casos autóctonos aumentó de seis a 27. La región de las Américas y el Pacífico Occidental representó menos del 1% de todos los casos.
A pesar de la pandemia de COVID-19 y las múltiples crisis que ha provocado, un número creciente de países se está acercando y logrando la eliminación del paludismo, ha asegurado este domingo, el Secretario General de la ONU con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Malaria.
“Felicitamos a todos los países que han alcanzado el ambicioso objetivo de eliminarla”, dijo António Guterres. “Juntos, están mostrando al mundo que es posible un futuro sin malaria”.
Los países que han erradicado esta enfermedad parasitaria han llegado a las personas en riesgo con los servicios sanitarios necesarios, desde la prevención hasta la detección y el tratamiento, independientemente de su ciudadanía o situación financiera, dijo el máximo funcionario de la ONU.
“La financiación sostenida, los sistemas de vigilancia y la participación de la comunidad han sido la clave del éxito”, añadió.
Sin embargo, si bien estos logros merecen ser celebrados, es importante recordar a los millones de personas en todo el mundo que continúan sufriendo y muriendo a causa de esta enfermedad mortal.
Cada año, el paludismo se cobra la vida de más de 400.000 personas, principalmente niños pequeños en África. Y, cada año, hay más de 200 millones de nuevos casos de esta enfermedad parasitaria mortal.
Con un compromiso político sólido, una inversión y la combinación de estrategias, “la malaria puede ser derrotada”, afirmó el Secretario General.UNICEF/Olivier AsselinLos mosquiteros tratados con insecticida son una de las herramientas más eficaces contra la malaria.
Erradicar la malaria
Entre 2000 y 2019, el número de países con menos de 100 casos autóctonos de paludismo aumentó de seis a 27, según la Organización Mundial de la Salud, lo que supone “un fuerte indicador” de que su eliminación está a nuestro alcance.
La agencia de salud de la ONU elogió a los países que ya lo han hecho diciendo que “proporcionan inspiración para todas las naciones que están trabajando para acabar con esta enfermedad mortal y mejorar la salud y los medios de vida de sus poblaciones”.
Desglose por países
En 2019, África sufrió el 94% de todos los casos y muertes en todo el mundo, y más de la mitad de todos ellos ocurrieron en tan solo cinco países: Nigeria, con el 27%; República Democrática del Congo, con el 12%; Uganda y Níger, con el 5% cada uno; y Mozambique, con el 4%, según los datos de la Organización.
Durante ese mismo período, aproximadamente el 3% de los casos de paludismo se notificaron en Asia sudoriental y el 2% en la región del Mediterráneo oriental.
La región de las Américas y el Pacífico Occidental representó menos del 1% de todos los casos.
El Salvador sin malaria
La certificación de eliminación de esta enfermedad es el reconocimiento oficial de la Organización Mundial de la Salud del estatus libre de malaria de un país, que otorga cuando un Estado ha demostrado, más allá de toda duda razonable, que la cadena de transmisión autóctona se ha interrumpido en todo el país durante al menos los últimos tres años consecutivos.
Tras 50 años de sólido compromiso del Gobierno y el pueblo de El Salvador, este país se convirtió en febrero en el primer país de Centroamérica en recibir la distinción.
Mientras tanto, China, que registró cero casos autóctonos en 2016 y se ha mantenido libre de malaria hasta la fecha, solicitó el año pasado la certificación de la OMS.