- La mayor circulación de virus y bacterias, las bajas temperaturas y la humedad, además de la tendencia a mantenerse en espacios cerrados, aumentan los riesgos de infecciones respiratorias.
Bajan las temperaturas y, a la par, se elevan los cuadros respiratorios. Si bien debido a los confinamientos se presume que haya menos infecciones propias de esta época del año, de todas maneras, el llamado es a prevenir para evitar presionar los sistemas sanitarios ya colapsados.
En otoño-invierno, lo habitual es que aumenten las patologías del sistema respiratorio como faringoamigdalitis, laringitis, síndrome obstructivo bronquial y neumonías, además de que se exacerben las crisis en la población crónica asmática y en los adultos, en especial de la tercera edad, con enfermedad obstructiva crónica, comenta el kinesiólogo Eduardo Mellado Quintana, académico de la carrera de Kinesiología de la Universidad San Sebastián.
La estación, con sus días fríos y húmedos, generan las condiciones propicias para estos cuadros. El kinesiólogo especialista en enfermedades respiratorias dice que, entre los factores predisponentes, están el descenso en la temperatura, el aumento de la humedad ambiental, la tendencia al hacinamiento y el incremento de material particulado debido a la emisión de las estufas (leña y parafina) y chimeneas (leña). Además, se debe considerar que se registra un aumento de la circulación de virus estacionarios como virus sincicial, influenza, parainfluenza, rinovirus y adenovirus, aparte del alza de la circulación de agentes bacterianos.
Pero este invierno, al igual que el anterior, puede tener un comportamiento distinto. “El confinamiento dadas las cuarentenas preventivas tiene un doble efecto, ya que por un lado aumenta el hacinamiento, pero así también protege de la transmisión de gérmenes patógenos como las bacterias y los virus, como ocurrió el 2020, con muy baja circulación de los virus estacionarios”, asevera el académico USS. En todo caso, insiste en que hay que cuidarse para prevenir.
Cuidados
Independiente de cómo cursen las enfermedades respiratorias esta temporada, el kinesiólogo aconseja mantener ciertas precauciones.
Entre las recomendaciones, dice que es necesario contar con una calefacción limpia, esto es, por ejemplo, usar leña seca y la parafina controlada. También es fundamental ventilar y asear los espacios a diario, además de preocuparse de la mantención de las techumbres y vías de evacuación de aguas lluvias antes de que empiece la época de mayores precipitaciones.
El kinesiólogo, asimismo, sugiere el uso de abrigo adecuado, evitar, en lo posible, la exposición a agentes patógenos como virus y bacterias y no realizar actividad física y ejercicios al aire libre en momentos de alta polución en el aire.
Efecto material particulado
En relación con la contaminación, un factor que se debe considerar es el impacto dañino para la salud generado por la calefacción a leña. Eduardo Mellado explica que la combustión produce material particulado. “Si la lena está húmeda, dicha combustión será incompleta, por lo que la emisión de humo o material particulado será mayor”.
Puntualiza que, por el contrario, “en la medida en que la leña esté seca, casi deshidratada, su combustión será mayor, generando mayor capacidad calórica y de paso disminuye considerablemente el humo de material particulado”.
El especialista advierte sobre el daño que el material particulado produce sobre el sistema respiratorio, ya que está compuesto en gran medida por monóxido de carbono y trazas de otros gases también tóxicos.
“Un hecho importante que se debe tener en consideración es que el monóxido de carbono, al ser inspirado, compite con el oxígeno en el intercambio a nivel pulmonar, teniendo incluso mayor afinidad que el oxígeno al unirse a la hemoglobina, razón por lo cual no es recomendada la actividad al aire libre en días de alta polución”, indica.
Por lo demás, agrega que los diferentes gases que contiene el humo particulado tienen capacidad irritativa, “lo que produce un efecto inflamatorio e hiperreactivo a nivel de las paredes bronquiales y de toda la vía respiratoria en general, produciendo broncoespasmo y obstrucción bronquial, entre otras manifestaciones clínicas”.
En conclusión, es fundamental tomar todos los resguardos necesarios para prevenir las infecciones respiratorias que, aun en tiempos de pandemia, complican la vida de niños y adultos.