Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB Chile)
Un equipo de investigación internacional, en el que participó Aníbal Pauchard, científico del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y de la Universidad de Concepción, desarrolló un estudio que fue publicado en la Revista BioScience.
El trabajo abordó las estrechas relaciones que existen entre las enfermedades infecciosas causantes de epidemias y las invasiones biológicas.
La aparición y propagación de diversos patógenos infecciosos humanos y el desarrollo de pandemias, como la del Covid19, son fenómenos que tienen mucho en común con las invasiones biológicas: se relacionan a menudo con las mismas causas y muestran características similares. Ambos representan procesos en aumento debido a la globalización, tienen una rápida reproducción y capacidad de dispersión, proliferan en condiciones de degradación ambiental y tienen mayor impacto en comunidades con las que nunca antes estuvieron en contacto.
Ésta es una de las principales conclusiones a las que llegó un reciente estudio internacional, publicado en la Revista BioScience, en el que participó Aníbal Pauchard, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y académico de la Facultad de Ciencias Forestales, de la Universidad de Concepción. Link: Viewing Emerging Human Infectious Epidemics through the Lens of Invasion Biology | BioScience | Oxford Academic (oup.com)
El trabajo, liderado por la Dra. Montserrat Vilà de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) de España y que contó con co-autores de varios continentes, también busca sentar bases para una colaboración más estrecha entre las ciencias biológicas y ciencias médicas, con el fin de sumar nuevo conocimiento y mejorar la gestión de estos fenómenos que impactan en la salud humana y del planeta.
Relación estrecha
Hoy en día es cada vez más habitual que los seres humanos, de manera deliberada o accidental, transporten animales, plantas y microorganismos a lo largo del planeta, rompiendo sus barreras biogeográficas naturales. Las especies invasoras son aquellas que, una vez introducidas por acción humana en una nueva región, se expanden rápidamente. Este fenómeno causa importantes impactos medioambientales y socioeconómicos, acarreando costos de hasta 135 billones de euros anuales en todo el mundo. En Chile, algunos ejemplos de estas especies invasoras son: el castor, el visón, el jabalí, el conejo, la chaqueta amarilla, la chinita arlequín y, en vegetación, se encuentran especies como la mimosa (Acacia dealbata), el pino contorta, el aromo, y el cardo negro.
“En este trabajo ampliamos el concepto de especies invasoras, considerando también a las enfermedades emergentes. Éstas surgen en un lugar específico, tienen una historia evolutiva en el mundo silvestre, pero las toma el ser humano y las expande por diversos lugares. También hay enfermedades asociadas a zoonosis, de especies que transportan patologías como los mosquitos, caracoles u otros. Todo esto tiene impacto en la salud de las personas y se inserta además en el concepto de “Una Salud” o One Health, que busca integrar la salud animal, humana y ambiental en un solo enfoque”, explica Aníbal Pauchard, ingeniero forestal y Doctor en Ecología Forestal.
Respecto a One Health, el concepto surge para diseñar y aplicar programas, políticas, leyes e investigaciones que permitan a múltiples sectores poder colaborar y lograr mejores resultados en salud pública. Todo esto, considerando además que en un mundo globalizado como el nuestro, la dispersión de patógenos de animales a humanos o viceversa, es un fenómeno en aumento.
En este mismo contexto, es que los investigadores de este trabajo advierten que la diseminación de organismos infecciosos humanos representa, a todas luces, un evento de invasión biológica. Es el caso de virus como el del VIH, Ébola, la gripe, o más recientemente el Sars-cov-2. De hecho, algunas especies invasoras contribuyen por sí mismas a la aparición y transmisión de patógenos. Por ejemplo, los mosquitos invasores son vectores importantes de enfermedades como el dengue y la provocada por el virus del Zika, mientras que muchas mascotas exóticas pueden transmitir salmonelosis, herpes, la rabia o dermatitis.
“La urbanización acelerada en hábitats naturales hace que las especies que viven allí estén en estrecho contacto con las personas, lo cual brinda a los patógenos nuevas oportunidades para cambiar a su hospedador por un ser humano. También permite que las especies invasoras colonicen los hábitats naturales próximos a las áreas urbanas”, explica Montserrat Vilà
En vista de los resultados, el equipo científico recomienda un acercamiento integral que tenga en cuenta la salud de seres humanos, animales, plantas y del medioambiente en general, para prevenir futuras pandemias y la propagación de especies invasoras en todo el mundo.
Bioseguridad
De acuerdo a la OMS, la bioseguridad es un conjunto de normas y medidas para proteger la salud de las personas y el medio ambiente, y considera la aplicación sistemática de buenas prácticas y barreras de contención, que garanticen el control de riesgos químicos, físicos y biológicos, la exposición a sustancias químicas peligrosas, microorganismos patógenos, organismos vivos genéticamente modificados y otros.
Al respecto, los autores establecen que una colaboración indisciplinar en bioseguridad es necesaria para predecir epidemias e invasiones biológicas. “Chile está en una muy buena posición para adoptar medidas que permitan reducir el riesgo de nuevas invasiones biológicas y disminuir la velocidad de llegada de nuevas pandemias. Esto, tanto por su experiencia y regulación de fronteras, como por la existencia de barreras naturales a la dispersión de organismos”, finaliza Aníbal Pauchard.
Esta perspectiva interdisciplinaria, es llamada “Una Bioseguridad” (One Biosecurity), y se construye sobre la base de que los ecosistemas naturales son irreemplazables y proporcionan una barrera protectora frente a diversas amenazas biológicas.