En momentos en que la tendencia global impulsa la concentración de la población en las áreas urbanas, la contaminación atmosférica se vuelve un problema cada vez más urgente de enfrentar. El profesor Manuel Leiva, de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile, quien lidera un proyecto que busca monitorear los métales dispersos en la atmosfera, explica la importancia de medir el material particulado suspendido para diseñar políticas que nos permitan mejorar la calidad del aire que respiramos.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016 un 91 por ciento de la población vivía en lugares donde no se respetaban las directrices del organismo sobre la calidad del aire, a pesar del importante riesgo que implica la contaminación atmosférica para la salud de las personas.
Junto con ello, la organización alertaba ese año que la contaminación atmosférica, tanto en ciudades como en zonas rurales, provoca anualmente 4.2 millones de fallecimientos prematuros, la gran mayoría de ellos en países de ingresos bajos y medianos, especialmente en las regiones de Asia sudoriental y el Pacífico Occidental.
Ante ello, se ha destacado la importancia de diseñar políticas públicas y generar inversiones que permitan avanzar hacia la generalización de medios de transporte menos contaminantes, a la construcción de viviendas eficientes energéticamente, a una mejor gestión de residuos industriales y transformaciones en la generación de electrificad. Estas y otras medidas han sido planteadas como alternativas para reducir las fuentes de contaminación atmosférica en las ciudades.
Al respecto, el profesor Manuel Leiva, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, afirmó que en contextos urbanos la contaminación atmosférica está asociada a las emisiones de diferentes gases, que incluyen material particulado que conlleva graves riesgos para la salud. “Desde el año 2013, la OMS cataloga el material particulado como un riesgo para la salud debido a su asociación con la generación de cáncer en las personas. En especial personas vulnerables, como quienes padecen asma o están mucho tiempo expuestos a la contaminación, pueden sufrir partos prematuros, dificultades en el crecimiento de niños, posibles problemas de aprendizaje o en el sistema respiratorio, dependiendo de la composición del material particulado”.
Consultado sobre este último concepto, el académico explicó que el material particulado “son partículas sólidas y líquidas presentes en el aire, de tamaño muy pequeño, y que al ser inhaladas por las personas se depositan al interior del organismo. Específicamente, el material compuesto por metales como el cobre, hierro, manganeso, cobalto o níquel pueden generar lo que se conoce como estrés oxidativo“, fenómeno que se produce cuando personas expuestas a material particulado no pueden defenderse, ya que sus mecanismos defensivos se ven afectados por el mismo, pudiendo sufrir daño a nivel celular.
¿Cómo se produce el material particulado?
El profesor Leiva indica que diversas fuentes de emisión industriales, como las asociadas a fundiciones o la quema de biomasa o combustibles fósiles, producen gases que contienen material particulado que se acumula en la atmósfera, por lo que lograr caracterizarlos de manera adecuada reviste gran importancia. El conocimiento sobre estos contaminantes, plantea, permitirá comprender mejor la relación entre las emisiones, las concentraciones ambientales y los efectos en la salud y el medio ambiente.
Es por ello que un grupo de académicos e investigadores, entre los que se encuentra Leiva, se encuentran desarrollando un proyecto FONDEQUIP que permitió la adquisición de un equipo de medición de multimetales en aerosoles atmosféricos en tiempo real XACT625I, producido por la empresa Enviromental Copper.
Al alero del proyecto se configuró una “Red por el aire limpio”, conformada por varias universidades a nivel nacional, que podrá aprovechar el equipo móvil para realizar análisis en diferentes localidades del país. Desde esta plataforma, sostiene, el objetivo es compartir nueva información y datos respecto a la medición de material particulado.
“Tradicionalmente, para poder realizar un análisis de los metales suspendidos en el aire se debe capturar el material particulado en filtros durante cierto tiempo de acumulación, para luego llegar al laboratorio, transformarlo en una solución y luego medirlo. Con este nuevo equipo, ese proceso se realizará en línea, pudiendo tener mediciones cada 15 minutos que serán accesibles a través de una página web. Además, el equipo si bien se instalará próximamente en Santiago, luego se trasladará a Coyhaique y a otras ciudades, aportando a mejorar la comprensión de este fenómeno a nivel nacional”, finalizó Leiva.
Texto: Felipe Ramírez Prensa U. de Chile