Por Paulina Arancibia Musumeci, periodista.
Dirección General de Comunicaciones
U. Santa María (USM)
Taller abierto sobre esta materia y en búsqueda de alternativas más sustentables realizan investigadores de la USM.
Con el objetivo de educar en torno a alternativas más sustentables en el ámbito del cultivo de tomates y evitar el uso excesivo de productos de origen sintéticos en los tratamientos agronómicos, un equipo de investigadores de la Universidad Técnica Federico Santa María llevó a cabo el tercer taller en modalidad virtual dirigido a agricultores de la región, y público en general.
La iniciativa se enmarca en el proyecto FIC-Valparaíso “Agricultura microbiológica del tomate: una nueva mirada del suelo y su impacto en la productividad”, que ya se encuentra en su fase final, desarrollando líneas de investigación que ha incluido talleres prácticos, charlas y asesorías tanto a pequeños como a medianos agricultores.
La investigadora asociada del Departamento de Química y del Centro de Biotecnología “Dr. Daniel Alkalay Lowitt” (CB-DAL) y directora del proyecto FIC-R, Dra. Marcela Carvajal, explicó que “nos dimos cuenta que existe mucho interés por estas materias, no sólo de agricultores, sino de público en general. Ha sido positivo e interesante ver que el proyecto ha impactado no sólo en la región; en este último taller tuvimos participantes de otras regiones, lo que resulta muy gratificante”.
Uno de los objetivos del proyecto es generar conciencia en los agricultores sobre la importancia de los suelos para la productividad, y cómo estos impactan directamente en la salud de los cultivos. Se les presenta el concepto de suelo vivo, donde hay muchos microorganismos que interactúan entre sí y con las plantas. Con esos conocimientos los tratamientos de sus cultivos debiesen diferenciarse de los manejos agronómicos convencionales, basados en productos sintéticos asociadas a alta toxicidad o toxicidad media.
En esta línea, la investigadora sostuvo que “conociendo esto, el agricultor sabe que ciertos productos pueden afectar a los microorganismos benéficos, los que son importantes para el equilibrio microbiológico del suelo y las plantas. Es por eso que nosotros trabajamos y resaltamos la importancia de los tratamientos agronómicos ecológicos y sustentables, como el compost, bokashi -compost acelerado con microorganismos- o el uso de microorganismos benéficos.
“La respuesta ha sido muy favorable, muchos ya han introducido estos conocimientos, pero muchas veces les cuesta más porque consideran que estos tratamientos son más caros en Chile. Ahí es cuando les proponemos alternativas sustentables y económicas, cómo hacer sus propios bioinsumos, etc., les mostramos que no hay grandes diferencias entre un manejo agroecológico y otro convencional, donde la productividad tiende a ser similar a lo largo del tiempo”, sostuvo Carvajal.
Durante el desarrollo del proyecto se trabajó con ocho productores de diferentes perfiles agronómicos y en muchos casos, se pudieron lograr cambios positivos concretos con aquellos que realizan los tratamientos convencionales, donde un factor importante es, por ejemplo, la sobrefertilización de los suelos. Además, los investigadores entregaron cepas microbiológicas que pueden ser reproducidas por los mismos productores y que les sirve para iniciarse en los tratamientos agrícolas sustentables.
El proyecto “Agricultura microbiológica del tomate” es financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad, otorgado por el Gobierno Regional de Valparaíso con las empresas asociadas Maitec y Cía Ltda. Y Mavida. El estudio ha permitido conocer la importancia de la microbiología del suelo, desde un aspecto cuantificable, mostrando la diversidad de bacterias y hongos presentes en los distintos suelos de los productores, cuál es el impacto de los tratamientos agrícolas convencionales sobre estos microorganismos y cuánto mejora la diversidad cuando se aplican tratamientos orgánicos al suelo.
Para los interesados en conocer más sobre este proyecto pueden visitar las redes sociales:
Agricultura Microbiológica del tomate/Facebook
@ficrtomate/Instagram