Una década después de la histórica adopción del Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, la pandemia del coronavirus ha empeorado en muchos casos las condiciones laborales de los empleados en este sector, indica un nuevo informe del organismo especializado de la ONU sobre las relaciones laborales.
El estudio Organización Internacional del Trabajo (OIT), destaca que, en el momento más agudo de la pandemia, la situación de pérdida de empleo por parte de este tipo de trabajadores en América fue la peor registrada entre regiones con una franja que osciló entre el 25 y el 50%, seguida por la mayor parte de los países de Europa, junto a Canadá y Sudáfrica, con una horquilla que osciló entre un 5 y un 20%
En comparación, cabe destacar que durante el mismo periodo la pérdida de empleo entre otros asalariados fue inferior al 15% en la mayoría de los países.
De acuerdo con los hallazgos del estudio, la pandemia de COVID-19 ha empeorado unas condiciones de trabajo que ya era muy complicadas para los 75,6 millones de trabajadoras y trabajadores domésticos del mundo (el 4,5% de los asalariados en todo el planeta).
“La crisis ha puesto de relieve la necesidad acuciante de formalizar el trabajo doméstico a fin de que quienes se dedican a ello accedan al trabajo decente; se ha de comenzar por ampliar y aplicar la legislación laboral y de seguridad social de todas las personas que ejercen el trabajo doméstico”, señaló el director general de la OIT, Guy Ryder.OITTrabajadoras domésticas participan en una manifestación para mejorar los derechos laborales.
La Convención avanza, pero no se aplica lo suficiente
La adopción del emblemático Convenio hace diez años fue aclamada como un importantísimo avance y provocó que el número de trabajadoras y trabajadores domésticos completamente excluidos del ámbito de las leyes y reglamentos laborales, buena parte de las cuales son mujeres, se redujera en más de 16 puntos porcentuales.
Pese a esos avances, el 36% de estos trabajadores carece de cobertura laboral, lo que indica la necesidad urgente de subsanar los vacíos legales, en particular en Asia y el Pacífico y los Estados Árabes, donde esas lagunas son mayores.
El trabajo doméstico sigue siendo un sector con rostro femenino. Emplea a 57,7 millones de mujeres, es decir al 76,2% de las personas con este tipo de ocupación.
Aunque en el continente americano, Europa y Asia Central las mujeres representan la mayor parte de la población activa, la situación se invierte en los Estados Árabes y en África del Norte donde los hombres representan un porcentaje mayor (63,4%), y poco menos de la mitad del total de trabajadoras y trabajadores domésticos de Asia Meridional (42,6%).
La amplia mayoría de las trabajadoras y los trabajadores domésticos se desempeñan en dos regiones: aproximadamente la mitad (38,3 millones) en regiones de Asia y el Pacífico, en gran medida en China; mientras que una cuarta parte (17,6 millones) está en las Américas.