Los árboles, ya sea en el bosque o en la ciudad, entregan una serie de beneficios para las personas y el medio ambiente, los que van desde su simple sombra, hasta la reducción de temperatura, captura de CO2, limpieza del aire que respiramos y aporte a la disponibilidad de agua y la reducción de desastres naturales. Este rol no ha sido reconocido en términos de su valor económico, más allá de algunos productos madereros y no madereros, pero reemplazar la función que ejercen es casi imposible.
Sin embargo, como enfatiza WWF Chile en el marco del Día Mundial del Árbol, no todos los árboles tienen los mismos impactos positivos para la naturaleza y la gente. “Es necesario marcar la diferencia, ya que un bosque nativo no es lo mismo que una plantación forestal, cada uno desempeña un rol distinto en un determinado paisaje, y hasta el momento en Chile el Estado ha sido muy activo en promover las plantaciones de especies exóticas, pero no ha demostrado el mismo interés a la hora de promover e impulsar a través de leyes concretas e incentivos financieros, la restauración de bosque nativo”, señala Trevor Walter, coordinador de Paisajes Forestales de WWF Chile.
Sin dejar de reconocer los esfuerzos que se realizan actualmente, como por ejemplo con el diseño de un Plan Nacional de Restauración de Paisajes liderado por los ministerios del Medio Ambiente y Agricultura –con participación de WWF Chile-, estas iniciativas parecen llegar tarde ante un panorama de emergencia climática y pérdida sostenida de la biodiversidad en Chile y el mundo y donde se necesitarán leyes para su implementación. Por contrapartida, ya en 1974, a través del Decreto Ley (DL) 701 el Estado se abocó a impulsar la industria forestal, con una bonificación de un 75% de los costos para plantaciones forestales, lo que respondía –según se argumentó en ese tiempo- a una necesidad de reactivar la economía y también frenar la erosión de suelos. En estos tiempos, las necesidades son otras.
“Hoy, cuando el país y el mundo enfrentan una nueva crisis, como WWF Chile creemos que los árboles pueden ser de nuevo parte de la solución, pero en este caso con la restauración de bosques nativos, una pieza clave de las llamadas “Soluciones Basadas en la Naturaleza”, para enfrentar el cambio climático y revertir la pérdida de hábitats y especies silvestres. Estos bosques naturales deben ser parte de una reactivación verde post pandemia generando empleo y servicios claves y, por tanto, llamamos a diseñar los incentivos que hagan esto posible, lo que podría pasar por la generación de una nueva Ley de Fomento a gran escala que complemente la actual Ley de Bosque Nativo, pero esta vez enfocada en apoyar al bosque nativo que se ha perdido y degradado”, agrega el experto de WWF Chile.
La restauración de bosques tiene, además, diversos alicientes internacionales, ya que es parte de la contribución comprometida por Chile en el Acuerdo de París – restaurar un millón de hectáreas de paisajes vulnerables al 2030. Asimismo, en junio se lanzó la llamada Década para la Restauración de los Ecosistemas de las Naciones Unidas (ONU), que considera un fuerte llamado a la protección y reactivación de los ecosistemas vitales para el bienestar de las personas y la naturaleza a nivel global.
“Necesitamos mecanismos de financiamiento para la restauración, tanto públicos como privados, que reconozcan en esta actividad una inversión de largo plazo en el bienestar de las personas y el planeta”, puntualizó Trevor Walter.