Que las mujeres acumulen más horas de trabajo semanal que los hombres, como se ha visto en pandemia, no es sólo un problema cultural sino también estructural.
Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE sobre “Igualdad de género en Chile: hacia una mejor distribución del trabajo remunerado y no remunerado” reveló que las mujeres trabajan hasta 12 horas más que los hombres a la semana.
Andrea Palma, académica de la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián señala que hay un tema de carácter cultural y en nuestro país “todavía las mujeres se sienten más responsables por las labores de gestión del hogar y tareas de cuidado, pero esto no sólo ocurre a nivel nacional”.
La académica precisa que hay estudios realizados durante la pandemia que muestran que “si bien ha aumentado el tiempo dedicado a labores domésticas en hombres y mujeres, ellos tienden a destinar más tiempo a tareas tales como permanecer con los niños mientras que las mujeres asumen la responsabilidad de que el hogar funcione”.
La docente añade que lo que se requiere son programas de sensibilización social para lograr mayor igualdad en la distribución de labores “de tal forma que exista un reparto justo, una actuación coordinada y acordada donde los miembros de la familia asuman responsabilidades compartidas y sientan que les pertenecen”.
Sin embargo, dice que no se puede desconocer que esta situación también se relaciona con el hecho de que las mujeres a igual trabajo reciben remuneraciones inferiores a las que perciben los hombres, “lo que podría generar que su aporte en términos económicos sea subestimado y se sienta socialmente presionada para asumir más tareas a nivel familiar. Entonces si se igualan las condiciones a nivel laboral, esto incidirá en una distribución equitativa de labores domésticas y de cuidado”.
Alianzas y políticas
La situación de las mujeres en hogares vulnerables es aún más compleja. Andrea Palma sostiene que se han desarrollado políticas públicas como las salas cunas públicas o la extensión del post natal o el Programa Chile Cuida, que busca apoyar a las personas en situación dependencia y sus cuidadores y cuidadoras, entre otras medidas que ayudan a conciliar el trabajo con la vida personal y familiar.
No obstante, la directora de la carrera de Trabajo Social USS plantea que falta una alianza con el sector privado y las organizaciones en las que trabajan las personas e implementar medidas como “que los líderes se muestren abiertos para comentar problemas relacionados con la familia y aumenten la flexibilidad horaria por motivos personales. Que se entreguen días libres por motivos personales y se dispongan de centros para la realización de tareas escolares de los hijos o espacios donde ellos sean cuidados y que se otorguen beneficios como guarderías, transporte y seguros familiares”.