Unos 190 millones de dólares al año pagan las cerca de 100 empresas gravadas con el Impuesto Verde en Chile, el cual se aplica desde el año 2017 a los principales emisores de gases contaminantes del país. De dicho monto, en 2020 un 89% se explica por el CO2 y el 11% restante corresponde a contaminantes locales.
Estos impuestos fueron diseñados para deincentivar las emisiones de los grandes emisores. Sin embargo, WWF Chile también ha visibilizado la necesidad de que esos recursos puedan destinarse efectivamente a apoyar el financiamiento de iniciativas que permitan recuperar la biodiversidad y aportar a la acción climática, tanto en mitigación como adaptación.
Esta propuesta fue finalmente incorporada por el Ministerio del Medio Ambiente en el Reglamento de Compensación de Emisiones de Carbono para el Impuesto Verde, sistema que entrará en vigor en 2023.
“Como ONG ambiental logramos que se pudiera incluir en el reglamento el concepto de Soluciones basadas en Naturaleza y también la mención de la restauración de ecosistemas naturales, lo que permitirá que estas acciones puedan recibir financimiento a partir de la recaudación de los impuestos verdes”, destacó Trevor Walter, coordinador del programa Paisajes Terrestres de WWF Chile.
“La evidencia nos muestra que, por ejemplo, desarrollar planes masivos de restauración de bosque nativo y de paisajes degradados no solo es una forma de recuperar la biodiversidad y restablecer los equilibrios naturales, sino que también trae beneficios para las comunidades locales en aspectos tan críticos hoy, como la provisión de agua, y puede igualmente contribuir a la generación de empleos. Que los impuestos verdes puedan ayudar a cubrir la gran brecha de recursos que existe para financiar este tipo de iniciativas nos parece muy importante para la naturaleza y las personas”, agrega Walter, puntualizando que la restauración de paisajes también es parte de los compromisos climáticos asumidos por Chile en el marco del Acuerdo de París.
Parte de este análisis se recoge en la publicación Impuesto Verde y Mercados de Carbono para la Restauración en Chile, recientemente editada por WWF Chile. El texto presenta un panorama completo del funcionamiento de los llamados impuestos verdes, sus alcances y oportunidades, así como la experiencia de otros países en su implementación. Otro elemento que destaca este trabajo es la necesidad de aumentar el valor del carbono considerado en el tributo, ya que para impulsar la acción climatica que necesita el mundo el valor por tonelada de este contaminante debe superar con creces el actual valor de US $5.
“Esperamos que esta publicación pueda ser un insumo útil también con miras a la consulta pública abierta por el Ministerio del Medio Ambiente”, explica Trevor Walter, en referencia a la consulta ciudadana sobre el reglamento que regulará los proyectos de reducciones de emisiones gravadas con impuesto verde, en que se establecen requisitos de de compensación, normas de proyectos, además de la identificación de programas de certificación externos que puedan dar fe de la calidad y transparencia de éstos, entre otros aspectos.