- “El encierro prolongado ha permitido una revalorización de lo natural, de lo que significa la vida al aire libre”, explicó Paulina Ros, directora regional de Sernatur.
El Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) Los Lagos tras un exitoso proceso de vacunación llama a viajar por la región. Luego de casi un año y medio de pandemia y la necesidad de mantener distancia social, el Turismo Rural ofrece una alternativa segura previniendo los contagios de covid-19. Este turismo de naturaleza significa una oportunidad de desarrollo para las comunidades locales que por años se han dedicado a la pesca, la extracción de mariscos, el cultivo de la tierra y el cuidado de animales principalmente, en el archipiélago de Chiloé.
Paulina Ros, directora regional de Sernatur, explicó que “el Turismo Rural crea identidad, vínculo con el territorio, fortalece la economía local, fomenta la conservación y pone como protagonistas del territorio a las comunidades locales. Existiendo un intercambio cultural sin precedentes donde el turista y prestador aprenden del otro. El encierro prolongado ha permitido una revalorización de lo natural, de lo que significa la vida al aire libre. Hoy los turistas buscan destinos que impliquen bajas aglomeraciones y nuestra región tiene un vasto territorio preparado para el Turismo Rural”.
El archipiélago de Chiloé es el epicentro del Turismo Rural con dos centenares de servicios de alojamiento, alimentación y esparcimiento, registrados en Sernatur. Uno de ellos es el de Manuel Pérez, ancuditano que emprendió hace 20 años con el Restaurant Quetalmahue, ubicado a 12 kilómetros de Ancud en la península del mismo nombre. En sus inicios trabajó como garzón, más tarde se independizó y hoy en su local exhibe la historia, mitos y leyendas de la isla. El menú contempla gran variedad de mariscos, pescados, empanadas y el tradicional curanto al hoyo.
“Tengo 75 años y con este restaurant hemos ganado bastante como para vivir bien. La gente nos prefiere mucho. Hemos trabajado con muchas empresas de turismo nacionales e internacionales. Ahora estuvimos más lentos por el problema del covid-19, pero estamos empezando de nuevo y estamos súper bien. Nos han visitado todos nuestros clientes y así vamos mejorando”, comentó Manuel Pérez.
Unos pocos kilómetros hacia el sur, en la península de Lacuy, se puede encontrar amplia oferta de alojamientos. María Bernardita Oyarzo hace ocho años comenzó a trabajar en turismo con el Hospedaje Turismo Rural La Bahía. En una postal soñada, con vista al mar, rodeada de humedales y gran presencia de aves migratorias, recibe a los visitantes en un cálido refugio. Sus historias, cocina y repostería propias del territorio, cautivan a los turistas que vuelven una y otra vez a visitarlos.
“Mi esposo se dedicaba a la pesca artesanal, pero es un trabajo más arriesgado y poder estar en su casita y ayudarme a mí para poder hacer las comidas típicas de Chiloé, como el curanto, fue mucho más tranquilo. Lo que más me ha gustado es conocer a distintas personas, aprender de distintas culturas, distintos países, chilenos también. Ha sido reconfortante para poder seguir trabajando”, expresó Bernardita Oyarzo.
En la misma península, en la puntilla, para quienes buscan mayor privacidad, Érica Sánchez ofrece el Hospedaje y Cabañas Olas del Faro, ubicadas en la ribera de un humedal que conecta con el mar. Cada una decorada con motivos propios del territorio, con distinta capacidad, acogedoras y únicas en su arquitectura que fusiona materiales modernos con las típicas tejuelas chilotas que se mezclan con la vista del lugar.
“Empecé en mi casa con un hostal, arreglé 4 o 5 piezas. Pero de primero no era muy bueno porque no era tanta la gente que venía, este lugar no es tan conocido todavía. La gente debería venir por el hecho de ser campo, de tener más libertades y la naturaleza. A los clientes les gusta el proyecto, han vuelto muchos, me han felicitado mucho y me han recomendado muchas personas. A ellos les gusta que hay mar, tranquilidad y lo verde, cosas del campo”, enfatizó Érica Sánchez.