Noticias UdeC
La información sobre las especies amenazadas de Chile fue aportada por profesionales del laboratorio y estudiantes que realizaron prácticas y pasantías en esa unidad durante los últimos cinco años.
Nuevamente, las cifras relativas a la salud del medioambiente muestran cómo la acción humana ha puesto en peligro ecosistemas y especies, a la vez que nos alertan sobre la urgencia de cambiar nuestra relación con la naturaleza.
Esta semana el Botanic Gardens Conservation International (BGCI) liberó el informe Estado de los árboles en el mundo, estudio que concluyó que el 30% de las especies de este grupo está en peligro de extinción; es decir, que corren el riesgo de desaparecer en su estado silvestre.
De acuerdo al informe, al que la UdeC aportó datos desde Chile, las cifras revelan que hay el doble de especies de árboles amenazados a nivel mundial que el conjunto de mamíferos, aves, anfibios y reptiles en peligro de extinción.
Entre las principales amenazas para la vida de los árboles están la agricultura, la tala y la ganadería, a las que se suman el cambio climático y climas extremos como factores emergentes.
El informe -dirigido por Global Tree Assessment (GTA), un consorcio internacional- constituye uno de los primeros catastros mundiales orientados de forma específica a los árboles y es el resultado de cinco años de trabajo orientado a identificar brechas en los esfuerzos de conservación de estas plantas.
Las cifras mundiales se replican en nuestro país, donde también se observa que cerca de un tercio de las especies nativas de árboles están amenazadas.
Los datos son bien conocidos por el académico de Ciencias Forestales, Cristian Echeverría Leal, director del Laboratorio de Ecología de Paisaje (LEP), unidad desde donde salieron los antecedentes de los 147 árboles chilenosincluidos en el informe.
El laboratorio fue invitado por BGCI a colaborar con los antecedentes de Chile para el informe, tarea en la que contribuyeron profesionales del equipo del LEP y estudiantes que realizaron prácticas y pasantías en el laboratorio en los últimos cinco años.
“Ha sido importante como UdeC involucrar a jóvenes estudiantes en una iniciativa mundial; ellos estaban muy motivados a colaborar. Es relevante para su formación profesional saber que lo que están haciendo tiene repercusión a nivel global”, dice el Dr. Echeverría.
Especies vulnerables
El especialista en restauración ecológica cuenta que el trabajo para el informe involucró tanto la evaluación de árboles amenazados, como la actualización de revisiones anteriores, donde tuvo un papel fundamental la base de datos construida por el LEP a lo largo de varios años.
“Tenemos una base de datos bastante extensa, que cubre varias décadas, de varios puntos con presencia de especies amenazadas y esa información fue valiosa para evaluar y para actualizar la especies que trabajamos desde Chile”, afirma.
Entre las especies más vulnerables en nuestro país están la araucaria, el ruil, el hualo, el guindo santo, el roble de Santiago, el pitao y el lleuque. Un caso emblemático de nuestro país, consignado en el informe, es el del toromiro, árbol originario de Isla de Pascua, que ya no existe en su hábitat natural.
Las especies más amenazadas se concentran en la zona centro-sur del país, particularmente entre Maule y Biobío. “Son las zonas que han estado sometidas a los mayores cambios de uso de suelo en los últimos 400-500 años, por la actividad agrícola y la forestal”,
El Dr. Echeverría apunta que el conjunto de árboles evaluados para el informe de BGCI es distinto al de la lista de especies arbóreas evaluadas por el Comité de Clasificación de Especies del Ministerio del Medioambiente.
“En el caso del informe global se evaluaron 147 especies, de las cuales el 35% están amenazadas; mientras que de las 44 especies evaluadas por el Ministerio del Medioambiente, un 93% está amenazada”, dice.
Asimismo, explica que las diferencias se deben tanto a los criterios aplicados en las revisiones como las formas distinguir entre especies arbóreas y arbustivas en cada caso.
Recomendaciones
Además del diagnóstico del estado de los árboles, el informe entrega recomendaciones para reducir los riesgos para especies en peligro, como ampliar la cobertura de áreas protegidas para especies arbóreas amenazadas no incluidas en zonas de protección, conservación en jardines botánicos y bancos de semillas; aumentar fondos para la conservación, ampliar planes de plantación selectivas de árboles nativos y amenazados, entre otros.
El Dr. Echeverría añade que es imprescindible detener los procesos de deforestación y cautelar que “cualquier ecosistema que presente especies amenazadas esté protegido”, así como iniciar procesos de restauración ecológica en áreas degradadas en los que existan árboles en riesgo de extinción.
También, señala la promoción de conservación ex situ de especies cuyos hábitats hayan desaparecido.
El académico es enfático al señalar que los esfuerzos para abordar estos retos implican un cambo en las políticas públicas de manejo y conservación de la biodiversidad. “Tiene que haber incentivos para que los propietarios de tierras con estas especies puedan protegerlas sin ver afectado su medio de vida”, asevera.