Conforme a los últimos antecedentes sobre el actuar de Nova Austral, denunciados por el programa Informe Especial de TVN, en donde se estableció que:
- La empresa salmonicultura de capitales noruegos Nova Austral, que tiene parte de su operación dentro del Parque Nacional Alberto de Agostini, recibió como subvención estatal más de 60 mil millones de pesos entre 2016 y 2019 a través de la denominada Ley Navarino -mientras que el parque nacional donde opera no cuenta con la infraestructura y personal que demanda la gestión efectiva.
- Durante ese mismo periodo, la empresa salmonicultura entregó información falsa a Sernapesca asociada a la cifra de mortalidades reales de peces ocurridas en sus centros de cultivo. Mientras esto ocurría, Nova Austral obtuvo certificados internacionales de producción sustentable, que le dio valor agregado a los salmones exportados por la firma.
- Además de la manipulación de datos, se comprobó que, en una de sus jaulas, la empresa vertió entre 50 y 200 toneladas de arena en el fondo marino para tapar la “cubierta de microorganismos y la contaminación” existente bajo la balsa jaula de salmones. Esto tuvo como resultado la muerte de la macrofauna del sector. Esta jaula estaba ubicada dentro del PN Alberto de Agostini, por lo que el daño ecológico se provocó en un área que tiene la máxima protección que el Estado de Chile puede otorgar a un espacio natural. Por estos actos, Nova Austral recibió recientemente una multa -la más alta aplicada en la industria acuícola- de 1.200 millones de pesos. Una cifra insignificante frente a los 60 mil millones el Estado le entregó como subvención.
- Precisamente una de las condiciones que establece la ley para acceder a la subvención estatal mencionada consiste en que la actividad de la empresa asegure la preservación de la naturaleza y del medio ambiente, situación que en este caso a todas luces no ocurrió.
Como grupo de trabajo, -cuyo objetivo es contribuir a la conservación marino terrestre de la Patagonia, en beneficio de sus habitantes-, queremos expresar nuestra mayor preocupación por la presencia de la industria salmonera dentro de las aguas de los parques y reservas nacionales del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado y en las áreas protegidas marinas.
El uso de áreas protegidas como espacios de explotación industrial, se contrapone a convenios internacionales ratificados, por Chile, como la Convención de Washington, en la que el país se compromete a la protección de la flora, la fauna y la belleza escénicas naturales
Finalmente, como agrupación, declaramos que las áreas protegidas NO SON COMPATIBLES con industrias extractivas como la salmonicultura. Frente a la rápida y constante expansión de esta actividad, proponemos:
- Desafectar las Áreas Aptas para la Acuicultura (AAA) ubicadas dentro de Áreas Protegidas
- Evaluar los impactos sociales y ambientales generados para proponer medidas de bio-remediación en áreas afectadas dentro de Áreas Protegidas.
- Implementar un nuevo sistema de fiscalización integrada.
- Fomentar investigación y ciencia robusta para iniciar un proceso de reordenamiento territorial coherente con las necesidades ambientales y sociales de la región.
- Contemplar la participación de las comunidades en particular los pueblos indígenas que tienen reivindicación territorial en las porciones de mar donde se han instalado actividades de salmonicultura
Fotografía Nicolás Muñoz, Centro Ballena Azul-UACh