Las mujeres nutren desproporcionadamente las filas del desempleo, la informalidad, la pobreza y el trabajo doméstico y de cuidados. Entre las que tienen empleo, el 60% lo hace en rubros de alto riesgo, además de que alcanzarán apenas la participación que tenían en 2008 en los mercados laborales, alerta la comisión económica para la región.
En los países de América Latina y el Caribe, seis de cada diez mujeres se concentran en sectores ocupacionales de alto riesgo en el contexto de la pandemia de COVID-19, como son la manufactura, el comercio, el trabajo doméstico remunerado y el turismo.
Además, su representación en las estadísticas del desempleo, la informalidad, la pobreza y el trabajo doméstico y de cuidados, es desproporcionada con respecto a la de los hombres.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) destacó estos datos durante una reunión virtual de dos días de la Conferencia Regional sobre la Mujer, celebrada a partir de este martes en coordinación con ONU Mujeres, en la que participaron altas autoridades gubernamentales, académicos y representantes de la sociedad civil, de organismos internacionales y de organizaciones de mujeres.
En ese foro, la CEPAL también subrayó la presencia desproporcionada de las mujeres en la primera línea de respuesta a la pandemia desde el sector de la salud.OIT/MArcel CrozetUna mujer sin hogar sentada junto a una vía férrea en la ciudad de Potosí, en Bolivia.
Retroceso al nivel de 2008
La crisis del COVID-19 profundizó las desigualdades de género en la región, recalcó el secretario ejecutivo adjunto de la Comisión Económica, ilustrando esta situación con las proyecciones para este año, que “estiman que sólo los hombres volverán a los niveles previos a la crisis, mientras las mujeres apenas alcanzarían la participación laboral del 2008 (49,1%)”.
“Estaríamos aún en los niveles de hace 13 años”, dijo Raúl García Buchaca.
Agregó que es preciso que los países de la región establezcan políticas fiscales expansivas e impulsen un nuevo pacto fiscal con igualdad de género para contener el impacto de la crisis en la vida de las mujeres, invirtiendo en un sector estratégico como la economía del cuidado.PMA/Guillermo GaldosCocina comunitaria en Perú.
Economía y sociedad del cuidado
“La sociedad del cuidado debe ser el horizonte para una recuperación transformadora, sostenible y con igualdad de género”, enfatizó.
Según la CEPAL, es urgente un cambio en el estilo de desarrollo para avanzar hacia una sociedad del cuidado en la que se reconozca la interdependencia entre las personas y entre los procesos productivos y la reproducción social.
García Buchaca explicó que esa sociedad del cuidado debe dar prioridad a la sostenibilidad de la vida humana y del planeta.
Los participantes en la reunión sumaron sus voces para conminar a invertir en la economía del cuidado en la región, con énfasis en la creación de empleos decentes para las mujeres con el fin de construir una sociedad del cuidado que sirva de base a una recuperación transformadora, sostenible y con igualdad de género.
La directora regional de ONU Mujeres, María-Noel Vaeza llamó a que se integre a las mujeres en todos los planes de recuperación y en la toma de decisiones para la recuperación de la pandemia.
Asimismo, pidió que “se pongan en marcha políticas públicas que faciliten el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres”.© UNFPA BrazilUna mujer en consulta médica en un hospital de Brasil
Triple dividendo
“Desde ONU Mujeres, y desde la CEPAL, hemos estado insistiendo en políticas públicas que puedan responder a la crisis de los cuidados, labor que antes de la pandemia ya recaía de manera desproporcionada en las mujeres y cuya brecha se amplió”, abundó Vaeza.
Argumentó que la inversión en cuidados genera un triple dividendo: en el capital humano, en los empleos y en la participación de las mujeres en el mundo laboral.
Vaeza sostuvo que la economía del cuidado requiere empleos de calidad para salir de la informalidad que caracteriza al sector, para que éste se convierta en una nueva industria.
Los participantes en la reunión coincidieron al afirmar que la pandemia evidenció la relevancia de las labores de cuidado como piedra angular de las sociedades.
Durante el cónclave, la CEPAL presentó el documento de trabajo “Hacia la sociedad del cuidado: los aportes de la Agenda Regional de Género en el marco del desarrollo sostenible”, que insta a acelerar el paso hacia una justicia económica, climática y de género, y a avanzar hacia una sociedad del cuidado que:
- priorice la sostenibilidad de la vida y el cuidado del planeta
- garantice los derechos de las personas que requieren cuidados y de las personas que cuidan
- contrarreste la precarización de los empleos del sector de los cuidados
- visibilice los efectos multiplicadores de la economía del cuidado en términos del bienestar y como motor para una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad