“Estamos en una situación que requiere medidas urgentes”, enfatiza la profesora Pilar Barría, quien junto al académico Roberto Pizarro hace un llamado a tomar conciencia sobre la escasez hídrica que afecta a nuestro país. Ambos plantean, además, la necesidad de generar cambios tanto a nivel reglamentario, gubernamental y desde sectores empresariales, industriales y agrícolas, como también desde los hogares, a través de ciertas rutinas diarias.
Las proyecciones no son nada auspiciosas. El aumento de la demanda de agua por la población y el efecto del cambio climático, con inviernos menos lluviosos e importantes variaciones climáticas, podrían llevar a una disminución generalizada del recurso hídrico en los próximos años. Para hacerse una idea, desde el año 1990 a la fecha estamos consumiendo 3 a 3,5 veces más de aguacomo país en todos nuestros usos, agrícola, minero, domiciliario, entre otros.
Para la académica del Departamento de Gestión Forestal y su Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile, Pilar Barría, “estamos en una situación hídrica que requiere medidas urgentes. Estamos con escasez ya hace varios años, primero porque hay sequía y hay menos agua disponible, pero también por un desajuste de los usos de agua”.
Este diagnóstico es compartido por el académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile y también profesor de la U. de Talca, Roberto Pizarro, quien sostiene que “es una situación drástica, porque estamos entrando a un escenario de menor oferta hídrica, menor oferta de lluvia, menor oferta de nieve y -finalmente- menor disponibilidad de agua para los usos que nosotros requerimos”.
De acuerdo a la profesora Barría, como sociedad no nos hemos ajustado bien a usar o a demandar agua en función de lo que hay disponible en el planeta y también a modo local en el país. “Hay una serie de situaciones normativas y reglamentarias que ponen algunas limitaciones, por ejemplo, a hacer un uso más eficiente del agua, pero también hay problemas de tipo más social o donde nosotros mismos podríamos tomar acción y que no se ha hecho hasta el minuto”.
De esta forma, apunta a que es fundamental poder cambiar esta situación con medidas tanto a nivel macro como en el día a día en nuestros hogares. Las medidas de adaptación a la escasez hídrica, indica, deben venir de todos los sectores. “Desde el regulatorio, podemos partir incluso desde los cambios que se están haciendo a la Constitución, dejando artículos o dejando ahí las bases de las normativas que impulsen proyectos de protección del medioambiente, del ecosistema y de nuestros recursos hídricos”.
Por otra parte, plantea que “también hay medidas que se pueden tomar después, las mismas empresas, los mismos usuarios o sectores que tienen grandes consumos de agua, como lo son la agricultura, la industria, la minería, las empresas de agua potable. Hay una serie de pérdidas de agua que se generan por ineficiencias, que significarían un ahorro importante, y que es urgente abordar en vista de que cada vez tenemos menos agua”.
El profesor Pizarro, en tanto, entrega un dato económico de gran relevancia. “El agua es en estos momentos el recurso natural más importante que tiene Chile (…) un 60 por ciento del PIB del país depende del agua, para hacernos una idea, la minería un 15 por ciento. Entonces, este recurso es muy relevante, pero también lo es desde la perspectiva ambiental”.
Medidas globales
“Lo primero es reforzar la línea en ciencia y tecnología”, señala Roberto Pizarro. Para esto, afirma, “hay que buscar que las empresas tengan la responsabilidad científica-empresarial y una respuesta frente al agua. Tenemos que generar centros de investigación en torno al agua”, plantea el académico.
Además, sostiene que es necesario fortalecer el Estado, especialmente en la gestión del agua, y reaccionar de mejor manera frente a las proyecciones que se tienen hoy. “Hay una propuesta de la Subsecretaría de Recursos Hídricos que creo puede ser bien relevante, pero hay que crear también consejos de recursos hídricos a nivel de las regiones, de las cuencas. Los gobernadores regionales deberían tener secretarías ministeriales del agua que puedan coordinar”, dice.
Consejos para el día a día
Si bien el impacto que puede tener el cambio de ciertas rutinas y prácticas en el día a día es menor a lo que pueden hacer las modificaciones que apliquen empresas o industrias, los académicos llaman a todas las personas a tomar conciencia sobre la situación de escasez de este recurso.
Cuando uno compara en términos de magnitud, el aporte individual es pequeño en relación a un aporte que podría significar una reducción del uso de agua en sectores productivos. Sin embargo, dice Pilar Barría, “es un aporte importante en cuánto a educación medioambiental, a un cambio de conciencia, a empujar entonces acciones en la sociedad en general y también de adaptación, porque cuando hay menos agua entonces un menos uso por supuesto que reduce esta presión que hay sobre nuestros sistemas hídricos, especialmente en grandes ciudades donde se concentran grandes cantidades de población”.
Algunas de las recomendaciones que entrega la docente es -por ejemplo- si se tiene jardín, cambiar plantas y áreas verdes por aquellas que requieran una menor cantidad de riego. “Si tú cambias la configuración del jardín a uno que utilice vegetación nativa, una configuración de ese tipo puede ayudar a reducir hasta un 75 por ciento el consumo”.
Otras medidas que también son importantes de aplicar: “Ir reduciendo las pérdidas de agua que tenemos en nuestra casa, que los artefactos no estén con goteras. Hacer mantención a nuestros artefactos de manera de que entonces evitemos pérdidas. También, está la reutilización de las llamadas aguas grises. Uno puede reutilizar aguas grises desde la lavadora, desde la ducha, aguas que se pueden utilizar para regar nuestro jardín o nuestras plantas”, indica la académica.
Maritza Tapia, periodista Prensa U. de Chile. Fotos: Alejandra Fuenzalida.