Alberto Fernández Ortega
Académico Vinculación con el Medio
Facultad de Ingeniería y Tecnología
Universidad San Sebastián
Se calcula que en la Tierra hay 1.386 millones de kilómetros cúbicos de agua, y si bien puede parecer un recurso muy abundante, no lo es tanto: solo el 0,4% del agua está disponible para consumo humano en lagos, ríos o humedales, y su disponibilidad corre grave peligro de ser más escasa aún, debido al cambio climático.
Uno de sus principales efectos es el calentamiento global, fenómeno que ocurre debido a la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernadero, como el CO2, el metano y el óxido nitroso, entre otros. Si bien ese efecto hace que nuestro planeta sea habitable, el aumento excesivo de estos gases está haciendo que la temperatura de la tierra aumente significativamente con respecto a épocas pasadas. Además, está generando cambios en los patrones de precipitación, vientos o de corrientes oceánicas, que inciden en la reducción de las precipitaciones.
El caso de Chile puede llegar a ser dramático. Según un estudio del Instituto de Recursos Mundiales, nuestro país será el único del continente con estrés hídrico extremadamente alto a 2040, que generará serios déficits de agua en diversas áreas del país.
Frente a este escenario, es necesario integrar las miradas públicas, privadas, científicas y comunitarias para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarnos a esta nueva realidad, impulsando medidas sociales, económicas y jurídicas. El uso sustentable de los ecosistemas hídricos permitirá resguardar la provisión del agua para el desarrollo futuro de Chile.