El compromiso incluye una hoja de ruta por la que las empresas implicadas, entre las que se encuentran la mayoría de los principales bancos occidentales, han de seguir las directrices científicas que les permitan alcanzar las emisiones netas cero en 2050, y comprometerse a alcanzar objetivos intermedios de reducción del 50% en 2030, e incluso del 25% en los próximos cinco años.
Hoy fue el día del dinero en la COP26. Con la atención en un gigantesco anuncio: unas 500 grandes firmas financieras gestionarán 130 billones de dólares, alrededor del 40% de los activos financieros del mundo, a objetivos climáticos relacionados con el Acuerdo de París, incluyendo la limitación del calentamiento global a 1,5 grados centígrados.
El enviado especial de la ONU para la Acción Climática y las Finanzas, Mark Carney, se reunió este miércoles con la Alianza Financiera de Glasgow hacia las Cero Emisiones Netas, un grupo de banqueros, aseguradores e inversores quienes se han comprometido a situar el cambio climático en un lugar destacado de su actividad.
¿Pero qué significa exactamente este acuerdo?
“El mensaje central de hoy es que el dinero está ahí, el dinero está ahí para la transición, y no se trata de un bla, bla, bla”, explicó Carney a los delegados durante un evento de financiación climática de la COP26.
“Se trata de centrarse en el cliente, de ir a donde están las emisiones para ayudar a reducirlas. Así, las empresas que tengan planes para disminuirlas encontrarán el capital necesario, y las que no lo tengan, no. Por eso, recomendamos encarecidamente que se pongan en marcha esos planes”, explicó.
El compromiso incluye una hoja de ruta por la que las empresas implicadas, entre las que se encuentran la mayoría de los principales bancos occidentales, han de seguir las directrices científicas que les permitan alcanzar las emisiones netas cero en 2050, y comprometerse a alcanzar objetivos intermedios de reducción del 50% en 2030, e incluso del 25% en los próximos cinco años.
Una situación que implica ajustar sus modelos de negocio, desarrollar planes creíbles para la transición y ponerlos en práctica.
“Y luego (elaborar) informes anuales críticos. Tendremos la información sobre quién lo está haciendo bien, quién necesita hacerlo mejor, y también en términos de política, saber qué hay y qué no hay”, destacó Carney.UNRIC/Miranda Alexander-WebberEl enviado especial de la ONU para la Acción y la Financiación Climática, Mark Carney, durante la Conferencia sobre el Clima COP26 en Glasgow, Escocia
¿Por qué necesitamos al sector privado para la financiación del clima?
Según la Alianza, el capital privado puede ayudar a financiar las iniciativas de ese sector y convertir los miles de millones comprometidos con la inversión climática a través de los canales públicos en billones destinados a inversión en el ámbito climático. Pero desbloquear los cambios sistémicos requerirá compromisos ambiciosos y de colaboración, y una acción a corto plazo en todo el sistema financiero.
“Hasta hoy no había suficiente dinero en el mundo para financiar la transición; esto representa un punto de inflexión“, dijo Carney en la sesión plenaria de la COP26.
En opinión de la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Patricia Espinosa, no hay duda de que debe producirse una profunda transformación de la economía mundial y que el sector privado debe formar parte de ella.
“El sector privado se está dando cuenta de que los riesgos climáticos son muy importantes para sus carteras y tienen que adaptarlos a una forma más sostenible de actuar”, dijo a los periodistas reunidos en conferencia de prensa.
Por su parte, para el director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger Andersen, la nueva alianza con el sector privado representa “una cuestión absolutamente crucial”.
“Como demuestra nuestro informe sobre la brecha de emisiones: con las actuales contribuciones determinadas a nivel nacional (los planes nacionales de reducción de emisiones), todavía quedan (pendientes) unas 500 gigatoneladas (de emisiones de CO2), hemos restado cuatro gigatoneladas, pero todavía emitimos 55 al año. Esto no cuadra… Hay verdaderas oportunidades para el sector financiero, tenemos que mantenernos al margen del carbón, el petróleo y el gas”, explicó.Unsplash/Les CorpographesUna mujer pasa en bicicleta junto a unos turbinas eólicas en una carretera rural de Heijningen (Países Bajos).
Las empresas responden
Guenther Thallinger, de la multinacional alemana de servicios financieros Allianz, manifestó su compromiso con la Alianza Financiera de Glasgow.
“Todo empieza por cambiar la capacidad de tomar decisiones que tenemos las instituciones financieras. Hay que integrar el impacto climático en la toma de decisiones, por eso son tan importantes los objetivos intermedios. Todos hemos establecido este tipo de objetivos, y es muy importante que sean a bastante corto plazo”, dijo a un panel reunido en la denominada “Área de Acción” de la COP26.
“Aquí estamos creando literalmente una nueva industria, unas nuevas reglas de juego para una nueva industria que da prioridad a la acción climática. Para ello necesitamos todas los elementos tradicionales, necesitamos mediciones, necesitamos parámetros, necesitamos informes… Quiero aprovechar esta oportunidad para compartir que anunciaremos nuestra primera ronda de objetivos provisionales”, añadió Audrey Choi, la directora de sostenibilidad de la multinacional financiera estadounidense Morgan Stanley.
¿Y qué pasa con el dinero del sector público en la COP26? Por ahora se retrasa
Durante la COP15 celebrada el año 2009 se acordó una financiación de 100.000 millones de dólares al año hasta 2020 para apoyar la resiliencia, la adaptación y la transición energética en los países en desarrollo. La promesa se retrasa ahora oficialmente hasta 2023.
Sin embargo, el presidente de la COP26, Alok Sharma, dio una buena noticia: el 90% de la economía mundial tiene ahora un objetivo neto cero cuando a principios de 2020 sólo se comprometía al 30%.
“Lamentablemente, es muy poco probable que alcancemos el objetivo de los 100.000 millones de dólares en 2021, pero en base a la información presentada por los donantes, el análisis muestra que los países desarrollados harán un aporte significativo hacia el objetivo de los 100.000 millones de dólares en 2022, y creo que también proporciona confianza en que lo alcanzaremos en 2023”, dijo durante una conferencia de prensa el miércoles.
Anteriormente, y refiriéndose al mismo asunto, el canciller del Reino Unido, Rishi Sunak, instó a los países desarrollados a impulsar su apoyo a los países en vías de desarrollo, entre otras cosas ayudándoles a aprovechar los billones de dólares comprometidos por el sector privado para el objetivo cero.
Sin embargo, Espinosa destacó que se han hecho algunos avances en este sentido.
“Estados Unidos se unió a Gran Bretaña, Francia, Alemania y la Unión Europea en una asociación de miles de millones de dólares para ayudar a Sudáfrica a financiar una transición igualitaria del carbón. Esta iniciativa está valorada en un total de 8500 millones”, dijo.
Añadió que Japón y Australia anunciaron también su compromiso de duplicar la financiación destinada a la adaptación, y que Estados Unidos, Suiza y Canadá también aumentaron considerablemente su apoyo financiero en esa materia.
Además, los países también se han comprometido a destinar 12.000 millones de dólares entre 2021 y 2025 para la financiación climática vinculada a los bosques.
“España, Irlanda y Luxemburgo han asumido nuevos compromisos, por lo que espero que al final de esta conferencia podamos alcanzar el objetivo de los 100.000 millones, quizá en 2022″, instó Espinosa.