Eve Crowley destacó que es posible avanzar en el desarrollo productivo y la conservación, así lo demuestran diversos predios pilotos que han implementado buenas prácticas gracias al compromiso local de pequeños propietarios y la institucionalidad pertinente.
La Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Chile, Eve Crowley, visitó la Región del Biobío para conocer los avances del trabajo territorial implementado desde 2017 por la Iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas, proyecto ejecutado en Chile por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), implementado por la FAO y financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por su sigla en inglés).
En su visita se reunió con el seremi del Medio Ambiente del Biobío, Mario Delannays, para acordar la estrategia de salida y cierre del proyecto que finalizará en septiembre de 2022. Mario Delannays, indicó que se espera poder fortalecer la gestión articulada interinstitucional al desarrollo territorial. “Trabajamos en conseguir la sostenibilidad de los productos y resultados del proyecto en la región. En concreto, poder impulsar un acuerdo sobre una línea presupuestaria para la conservación de la Biodiversidad”.
Con este objetivo, se reunieron con el gobernador regional, Rodrigo Díaz, para presentar lo realizado en temas de conservación y biodiversidad y explorar un desarrollo de trabajo conjunto, en el marco de la nueva institucionalidad de Gobiernos Regionales y de cómo impulsar desde la región del Biobío un modelo de desarrollo sostenible en estas temáticas.
Eve Crowley enfatizó en que “tenemos una gran oportunidad de hacer algo importante, con un apoyo más transversal, más institucionalizado, que incluya criterios de biodiversidad en diferentes instrumentos de planificación, sobre todo en un plan estratégico de desarrollo sostenible, y con el sello e interés mostrado por el gobernador, creo que podemos hacerlo”. Además, destacó que es importante mostrar lo que se ha hecho y dar a conocer las experiencias rurales con especies amenazadas, es decir, la promoción de la compatibilización de las diferentes actividades productivas con la conservación de la biodiversidad. Los mejores ejemplos son los trabajos realizados con el queule en la Cordillera de la Costa, en donde de la mano del turismo y la agroecología se ha logrado implementar pilotos de buenas prácticas. Lo mismo para el huemul de Chile central en la Cordillera de los Andes y el zorro de Darwin en la Cordillera de Nahuelbuta.
Fabiola Lara, coordinadora de la zona Macro Sur de la Iniciativa Conservación de Especies Amenazadas, destacó los acuerdos alcanzados con distintos actores del territorio. “Durante estos años de proyecto hemos logrado importantes avances con socios estratégicos, instituciones públicas como INDAP, CONAF, SAG, los municipios de Curanilahue, Los Álamos, Cañete, Contulmo, Tomé, Penco, Antuco, y también con empresas privadas como Forestal Arauco, Forestal CMPC, ENEL, y de la comunidad en general con distintas ONGs, la academia, pequeños agricultores y comunidad local”.
Finalmente, Eve Crowley, realizó un recorrido por dos predios piloto ubicados en Tomé y que trabajan en favor de la conservación del queule. Al respecto dijo: “me gustó mucho conocer las experiencias piloto, poder ver las buenas prácticas de conservación en el hábitat del queule, quedé impresionada con el conocimiento popular, me gustó el nivel de compromiso de autoridades locales y la pasión de los vecinos demostrada por la especie, quienes trabajan con un buen ímpetu. Sin duda existe una conexión especial con la especie, que es muy carismática por su fruto, que genera un vínculo cultural-gastronómico muy fuerte, porque lo asocian a sus recuerdos de infancia”. La representante de FAO en Chile, agregó que, a título personal, la experiencia de recorrer por primera vez un bosque de queule fue muy impactante y especial, una experiencia inolvidable. “Se siente la historia pasada y el futuro, pensar en lo que ha visto este árbol, ha sido un espejo de la historia de Chile, silencioso, trata de sobrevivir para poder estar en la próxima generación y necesita de nuestra ayuda para lograrlo”, concluyó.