- Diferentes innovaciones están marcando el camino para que las construcciones sean sostenibles y funcionen en virtud del ahorro, la calidad de vida y el bienestar del planeta.
En plena COP26 el debate en torno a cómo garantizar un presente y futuro más sustentable se ha tornado más presente que nunca. Si bien las miradas suelen estar puestas sobre ciertas industrias como la minería, el transporte y la alimentación, lo cierto es que algo tan cotidiano como las construcciones que habitamos están teniendo un fuerte impacto en la actual crisis climática.
Las últimas estimaciones han revelado que 6.5 billones de personas viven y trabajan en edificios y, de ellos, los destinados a fines corporativos son los que más contaminan. Sólo por mencionar un ejemplo: en Estados Unidos estos utilizan el 70% de toda la electricidad que se produce en el país y de esta, alrededor del 50% se desperdicia por uso inadecuado, falta de control automático o sistemas de ahorro.
Este escenario es, justamente, el que buscan revertir las nuevas aplicaciones tecnológicas que están dejando atrás el antiguo paradigma, donde era habitual tener altos costos de mantención y cero control o manejo de variables como agua y energía, por uno totalmente orientado a la eficiencia ambiental. En definitiva, se trata de reemplazar un diseño donde iluminación, persianas, seguridad, audio y video, entre otros, operaban por separado, por uno en que todos estos se integran y aportan información para un mejor uso de los recursos.
Según comentan a nivel de industria, uno de los servicios más demandados es el que permite controlar el gasto energético, regulando de manera automática los niveles y tipos de iluminación, dependiendo del clima, ubicación del escritorio, hora del día, entre otros. Del mismo modo, las compañías pueden configurar “escenas”, para diferentes momentos del día y dejarlas programadas para que la iluminación vaya cambiando de acuerdo con ellas. Adicionalmente, los sensores de ocupación cumplen una tarea relevante al apagar automáticamente luces y controlar temperatura ante la ausencia de personas. Todo eso, por supuesto, dialoga con otros sistemas como apertura y cierre de persianas, encendido de pantallas, activaciones de audio, entre otras.
“Se trata de espacios pensados en pro de ser carbono neutral, desde el pre diseño, hasta la ejecución y la mantención. Eso repercute no sólo en el cuidado del medioambiente, sino también en la calidad de vida de los colaboradores, pues ellos se enfocan plenamente en sus tareas, trabajan más cómodos, cuidan su salud y optimizan sus tiempos. En resumen, los edificios verdes son escenario perfecto para empresas sustentables desde todos los puntos de vista”, puntualizó Pablo Psijas, country manager de Seal Telecom, integradora de soluciones que ha implementado diversos proyectos en esta línea.
Si bien aún es una tendencia incipiente en Chile, son cada vez más las organizaciones interesadas en sumarse. “Los edificios están siendo diseñados de forma sustentable para certificarlos en esta materia. Al mismo tiempo existe una motivación, y en muchos países incentivos económicos, para que los actuales se conviertan en ecológicos, lo cual implica llevarlos de su estado actual a uno nuevo y moderno mediante soluciones tecnológicas integradas”, añadió Psijas asegurando que se trata de una inversión sumamente rentable pues se vislumbran ahorros del 30% en consumo de energía, entre un 30% y 40% en agua y, lo más relevante, una emisión 35% menor de CO2.