Alcaldes de diversas ciudades de todo el mundo han asistido a la Conferencia sobre el Cambio Climático, la COP26, que se celebra en Glasgow estas semanas. Forman parte del grupo de acción climática C40 y llegaron a la cumbre con sus planes locales para frenar el calentamiento global, pero también con un mensaje claro para los gobiernos nacionales y las corporaciones: piden compromisos firmes de actuación y financiación para llevar a cabo la transición que esta red ya ha iniciado desde sus ciudades.
Con motivo del Día de las Ciudades, que se celebra este jueves en la Conferencia sobre el Cambio Climático, Noticias ONU ha entrevistado a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que es presidenta del grupo de regidores que luchan contra el calentamiento global C40 y la primera mujer en llegar a la alcaldía de la capital colombiana.
Ella, al igual que los 1049 alcaldes del grupo, practican con el ejemplo. Desde sus ciudades ya están tomando medidas para mitigar y adaptarse al cambio climático, con disposiciones que van desde la transformación del transporte público a la gestión de residuos, pasando por la reedificación para crear urbes más verdes e inclusivas.
Claudia López lo tiene claro, los gobiernos locales y los ciudadanos de Bogotá están haciendo su parte. Los bogotanos están cambiando sus modos de vida para hacer posible los planes de acción climática que se llevan a cabo desde la alcaldía. Bogotá fue la primera ciudad Latinoamérica en declarar la emergencia climática desde las filas de la política.
La alcaldesa está determinada a llevar a cabo una transformación del sistema de transporte público que permita reducir a la mitad las emisiones. De tener una red única de autobuses, ha pasado a tener cinco líneas de metro, dos trenes regionales, siete cables y una larga flota de autobuses eléctricos. Ostenta el título de capital mundial de la bicicleta y cuenta con 560 kilómetros de ciclorrutas.
La alcaldesa tiene también como objetivo mejorar la gestión de residuos sólidos, que permita transformar estos residuos en energía limpia. Asimismo, la ciudad de Bogotá está en vías de aprobar un plan de ordenamiento territorial que permitirá la transición hacia una ciudad verde. CINU Bogota/José RíosVista panorámica de la ciudad de Bogotá, capital de Colombia.
Noticias ONU: ¿Cuál es el mensaje que ha traído a COP26?
Claudia López: Vinimos aquí a liderar con el ejemplo, a mostrar nuestros planes de acción climática, a demostrar que los gobiernos locales estamos realmente atendiendo las demandas y las necesidades de la gente, de inclusión social y de cambio verde. Pero también a pedirle a los gobiernos nacionales y las corporaciones globales que hagan su parte del trabajo.
Nuestros ciudadanos están transformando sus actos de vida, nuestros ciudadanos están pagando sus impuestos a nivel local y nos han apoyado para que tengamos muy ambiciosos planes de acción climática, para que las metas del cambio climático no las cumplamos al 2050, sino, ojalá, a máximo el 2035.
Cinco países, gobiernos nacionales en el mundo, contribuyen con cerca de la mitad de las emisiones, cinco, no quinientos. Esos cinco de verdad tienen que hacer un compromiso de cumplimiento de sus planes de acción climática y también, tanto corporaciones como gobiernos nacionales, deben comprometerse a financiar la transición climática que estamos haciendo desde las ciudades.
Esperamos que el compromiso de 100.000 millones de dólares anuales en transformación climática se cumpla para que las metas de transformación que mitiguen y se adapten al cambio climático no pasen al 2050, sino antes del 2035.
Noticias ONU: Ha hablado de un gran compromiso que es histórico para la Conferencia sobre el Cambio Climático. ¿Cuál es ese compromiso?
Claudia López: Es la primera vez, en la COP, después de casi 30 años en la que los gobiernos locales decidimos unirnos y traer nuestra voz.
A través de C40, logramos que más de 1049 alcaldías en el mundo vinieran, no solo a comprometerse, si no a mostrar sus planes. De esas 1049 ciudades en el mundo, 330 están en Latinoamérica y 15 en Colombia. Somos gobiernos locales que tenemos planes de acción climática, transformación de nuestros sistemas de transporte público a energías limpias y sostenibles; transformación de nuestros sistemas de manejo de residuos sólidos para producir energía; transformación de la construcción de edificios y ciudades en ciudades más verdes e inclusivas.
De manera que ese compromiso nunca había existido en ninguna COP. Insistimos lo que queremos es mostrar que, con nuestras acciones, estamos hablando menos, haciendo más y que, por lo tanto, necesitamos que el dinero venga a donde las demandas y las necesidades están, que es al nivel local y de las ciudades.
Noticias ONU: Específicamente en Bogotá, ¿qué medidas están tomando en esta lucha contra el cambio climático?
Claudia López: Bogotá tiene una transición muy afortunada en este momento. La principal razón por la que Bogotá está cambiando es porque sus ciudadanos están cambiando, están apoyando políticas de inclusión social, y de transformación energética.
Por ejemplo, fue la primera ciudad en Latinoamérica en declarar emergencia climática por acuerdo político logrado en el consejo de la ciudad, donde todas las fuerzas políticas, independientemente de su ideología, nos comprometimos a declarar emergencia climática y a fijar metas e inversiones públicas que permitan que Bogotá reduzca en un 15% sus emisiones en el 2024 y por lo menos en un 50% en el 2035. Y a ser carbono neutral en el 2050. En el caso de Bogotá, hay por lo menos cuatro áreas muy importantes.
La primera es transformación de nuestro transporte público, de un sistema unimodal, basado en buses diésel, a un sistema multimodal con cinco líneas de metros, dos trenes regionales, siete cables; la flota eléctrica de buses más larga que hay en el mundo fuera de China, la tiene hoy Bogotá. Y por supuesto, continuar siendo la capital mundial de la bicicleta, ya tenemos 560 kilómetros de ciclorrutas y tendremos 800 al final de mi gobierno. De manera que esa es la transición energética del transporte, que supone la mitad de las emisiones en Bogotá. Este nuevo sistema multimodal limpio, de energías sostenibles va a permitir que reduzcamos la mitad de esa mitad de emisiones.
El otro tema crítico es el manejo adecuado de residuos sólidos. Vergonzosamente, Bogotá todavía entierra basuras, lo cual es una tecnología del siglo XIX. Tenemos un plan a diez años para transformar eso en un sistema de manejo de residuos sólidos de economía circular, que nos permita transformar residuos sólidos en energía limpias que a su vez nutran los demás servicios de nuestra ciudad inteligente con energía limpia.
La tercera gran oportunidad en este momento es la aprobación del plan de ordenamiento territorial. Bogotá ha fallado durante 17 años en actualizar su plan de ordenamiento territorial a ciudad verde, a estándares verdes, a estándares de inclusión social, a estándares de ecoconstrucción. Esperamos que en diciembre de este año el consejo de la ciudad apruebe ese plan de ordenamiento territorial que, entre otras cosas aquí en la COP26 (…) ha sido reconocido muy audaz, verde, sostenible e inclusivo.
Noticias ONU: ¿Cómo ve el futuro de las ciudades como presidenta del C40 en medio de todos estos problemas que tenemos en estos momentos con el COVID-19 y todos estos otros retos que tienen las ciudades? ¿Cree que tal vez hay un freno en la lucha contra el cambio climático porque existen cosas como más rápidas que hay que abordar?
Claudia López: Sin duda, la presión de la emergencia del COVID-19 nos puso a todos a trabajar juntos, primero, para salvar vidas y ahora para reactivar la economía. Entonces hay una gran presión por volver a generar crecimiento.
Pero queremos que ese crecimiento sea justo y sea verde. En vez de que sea una amenaza, sea una oportunidad. La verdad es que cada vez en la historia de la humanidad que ha ocurrido una pandemia siempre ha surgido esta idea que las ciudades son un problema y las ciudades no van a sobrevivir. Y la verdad es que después de cada pandemia, después de la llamada gripe española, hace casi un silgo, después del cólera, después del ébola y ahora después del COVID, las ciudades siempre han salido no solo bien, sino mejores. Siempre se han fortalecido. En vez de menos ciudades, vamos a tener más ciudades; en vez de menos población urbana, vamos a tener más población urbana.
De manera que la gran oportunidad de juntar la innovación requerida para el cambio climático y la innovación requerida para el posCOVID-19 está justamente en las ciudades donde ya vive el 56% de la población mundial y en muy pocos años el 70% de la población va a vivir.
Por tanto, la pregunta no es si la humanidad va a vivir o no en ciudades; sino, si va a vivir en ciudades más sostenibles, inclusivas y verdes. Tenemos la tecnología, al nivel local tenemos el capital político, pero necesitamos que las inversiones e incentivos tanto de los gobiernos nacionales como del sector privado se alineen con las demandas de los ciudadanos y el liderazgo de las ciudades para poder sacar esta agenda adelante.