Generación y recolección de muestras se realizó a nivel invernadero, en Contulmo. Uno de los puntos más relevantes fue el notorio aumento de crecimiento de la planta en comparación a individuos que no poseían el biofertilizante.
El alto poder biofertilizante de los hongos micorrízicos en la planta de la frutilla blanca, es el principal descubrimiento de la tesis del Bioingeniero de la Universidad de Concepción, Claudio Ulloa. Luego de un proyecto en conjunto por más de cuatro años, el investigador estudió el comportamiento de hongos micorrízicos arbusculares – hongos que se asocian con las raíces plantas a través de una simbiosis- en el cultivo de este fruto. La investigación cobra importancia en el marco de la conservación de esta especie que se resiste lentamente a desaparecer.
La frutilla blanca, nativa de Chile y de gran valor cultural para la etnia mapuche, hoy vive bajo la sombra de lo que en algún día fue su apogeo en la flora del Biobío. Este fruto, emblemático de la Cordillera de Nahuelbuta, poseía un gran valor comercial, agrícola y de arraigo de pertenencia para los lugareños. De hecho, era común encontrarlo de manera silvestre y era altamente comercializada.
Sin embargo, a través de los años fue perdiendo lentamente terreno en frente a la frutilla roja por su rentabilidad en la agricultura. Aun así, la frutilla blanca destaca por sus excelentes propiedades organolépticas (particularidades naturales de los alimentos por medio de todos los sentidos) y nutricionales. En esta línea, el bioingeniero, oriundo de Contulmo, busca recuperar el terreno perdido por esta fruta.
Con la tesis titulada “Efecto de hongos micorrízicos arbusculares en comportamiento agronómico de plantas de Fragaria chiloensis (L.) Duch. en condiciones de invernadero”, contó con el apoyo y guía de la investigadora Marcia Monreal, y de Homero Urrutia investigador del Centro de Biotecnología (CB-UdeC).Además, de las prestaciones del mismo Laboratorio de Microbiología Ambiental y Biopelículas del CB-UdeC para el análisis de muestras del mismo.
En tanto, parte importante de la investigación se realizó en un invernadero de Contulmo durante junio de 2018 hasta enero de 2019, donde se monitoreó el crecimiento en 3 tipos de muestras; plantas sin inóculos (S/T) , con hongos micorrízicos (C/T) y con fertilizantes comerciales (B). Durante la realización de este experimento, se evaluaron los parámetros de crecimiento vegetativo, rendimiento de la planta y porcentaje de micorrización de la raíz. Los resultados arrojaron que las plantas con micorrizas tuvieron mejores parámetros que las sin inóculos y similares a las sometidas a fertilizantes comerciales.
Por ejemplo, en cuanto a la altura de la planta, en base a la muestra, hubo una clara diferencia de tamaños.
Mientras que las muestras con hongos micorrízicos tuvieron una tasa de crecimiento de 1,91 centímetros al mes, las con fertilizantes comerciales llegaron a 1,75 cm/mes, y las sin inóculos registraron solo un 0,60 cm/mes.
En cuanto a las condiciones de ejemplares de hoja trifoliadas, también las C/T tuvieron óptimos valores con 3.43 hojas/mes, superando las 2.50 hojas/mes de las B y las 1.59 hojas/mes de las S/T.
En relación en el número de flores, las C/T demostraron su positivo beneficio en el crecimiento de estas con una media de 0,53 flor/mes, superando a las 0,31 flor/mes de las B y las 0,15 flor/mes de las S/T.
HONGOS PARA EL CULTIVO
Esta tesis comprueba la capacidad de micorrización de las raíces de la planta de frutilla blanca así como también la utilidad de las micorrizas arbusculares como biofertilizante para este cultivo.
Para Claudio Ulloa, la investigación cobra mayor valor con respecto al uso de estos hongos para potenciar el cultivo de esta fruta.
-¿A partir de qué necesidad surgió esta investigación?
Decidimos hacer un estudio con la frutilla blanca porque cada año se está haciendo más escaso el fruto en la zona. Por ahí en el año 2005, el kilo de esta frutilla rondaba los $5.000 y la gente los pagaba, pero con los años el kilo incluso llegó a los $30.000 que la gente no estaba dispuesta a pagar y es así como los agricultores ya han dejado de lado su cultivo. A partir de este escenario, pensamos en qué podíamos hacer para resolver esta problemática, en términos de mejorar el rendimiento de este cultivo que tiene mucha importancia y valor cultural en la zona. Es curioso el poco conocimiento que hay de este fruto siendo que es la madre de la frutilla roja y la tenemos aquí abandonada.
-¿Cuál es la importancia de esta investigación?
-Habían muchos proyectos sobre estos temas pero por diferentes razones, nunca se llevaron a cabo. Entonces con la ayuda de la Municipalidad de Contulmo, profesores y los productores de la zona pudimos probar este fertilizante natural y tuvimos buenos resultados. A modo de proyección, todavía quedan plantas de frutillas silvestres entonces se podrían sacar hongos micorrízicos para inocularlos y beneficiar los cultivos.
-¿Qué resultados se obtuvieron?
-Esperábamos que aumentara tanto la calidad de la planta como su rendimiento. Aunque sí vimos un aumento notable en el vigor de la planta, no lo notamos en el rendimiento del fruto, que era nuestro principal objetivo. Con la experiencia de esta investigación nos dimos cuenta que las micorrizas ayudan mucho al crecimiento vegetativo de la planta pero habían otros microorganismos que ayudaban más a su rendimiento. Quizás más adelante se pueda hacer una mezcla entre estos microorganismos con hongos y con bacterias. Uno siempre espera más pero aun así nos dio muy buenos resultados.
-¿Cómo podemos beneficiar a la frutilla blanca?
-Hay muchas empresas que se encargan de producir micorrizas, entonces si sabemos que estos hongos favorecen a la planta, estas muestras se podrían llevar a un laboratorio, luego producirlas en masa y crear un biofertilizante que los agricultores lo puedan ocupar.