“Un Bosque Escuela” es el nombre del taller diseñado por la Subdirección de Patrimonio Inmaterial y la comunidad indígena Yagán Lom Sapakuta de Punta Arenas a través del cual, estudiantes de recintos certificados ambientalmente pudieron conocer el trabajo de cestería y vincularlo con el medio ambiente.
Durante el mes de noviembre, estudiantes pertenecientes a los clubes de Forjadores Ambientales de las escuelas Dellamira Rebeca Aguilar y Villa Las Nieves participaron en el taller “Un Bosque Escuela”, donde pudieron aprender y conocer sobre el ecosistema que acompaña al junco, materia prima de la cestería yagán.
La iniciativa pone en valor y trasmite la cestería yagán, identificada por el pueblo como un conocimiento y práctica ancestral. Además, forma parte del inventario del patrimonio cultural inmaterial en Chile. Al respecto, Katherine Ibacache, Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, señaló que «una de nuestras tareas institucionales es precisamente propiciar espacios para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial. Hacerlo desde el contexto escolar es fundamental, porque no sólo incluimos esta dimensión en la formación de nuevas generaciones, sino que además estamos generando una cadena virtuosa, porque las niñas y niños son agentes influyentes y que replican el mensaje en sus familias y ambientes de relación y desarrollo».
Por su parte, el Seremi del Medio Ambiente, Carlos Olave Solar destacó que “estamos muy felices de poder participar en esta instancia y acompañar a los Forjadores Ambientales de dos recintos certificados ambientalmente en este taller, el cual les permitió conectar su visión del Medio Ambiente con el arte de los pueblos originarios que habitan en este territorio. Además, los estudiantes pudieron visitar San Juan, sector donde además habita el Canquén Colorado, especie emblemática de la región y que actualmente se encuentra protegida”.
Las sesiones fueron facilitadas por Daniela Gallardo Navarro, cultora y presidenta de la comunidad Yagán Lom Sapakuta, quien actualmente se encuentra trabajando en el rescate de los puntos ancestrales que se utilizaron y utiliza el pueblo yagán para el tejido en junco. “Para mi fue todo un éxito. Me sorprendió el interés de los niños y verlos interesados en aprender y conocer la cultura yagán a través de la cestería. Quedé con muchas ganas de replicar la actividad con otros niños y ya hay varias escuelas interesadas”, señaló.
El taller finalizó con una salida a terreno a San Juan, sector donde tiene una concesión la comunidad indígena Yagán Lom Sapakuta y posteriormente, se les entregó a los participantes una guía de reconocimiento del ecosistema del junco.