La iniciativa es financiada por el Fondo del Patrimonio Cultural y desarrollada por CETSUR, organización de la sociedad civil que impulsa de manera colectiva acciones de investigación, formación, divulgación y servicios para la recuperación de las AgroCulturas, contribuyendo a la diversidad, sustentabilidad y soberanía de los territorios del sur del mundo.
‘Las semillas, patrimonio colectivo de los pueblos’, es el título de la iniciativa de carácter formativa que se encuentra en desarrollo gracias a los aportes del Fondo del Patrimonio Cultural, convocatoria 2020, y que tiene como objetivo poner en valor las semillas tradicionales campesinas, reforzando los vínculos de interdependencia tejidos entre seres humanos y naturaleza, que conecten con el desarrollo de sensibilidades estéticas, conocimientos y reflexiones críticas de personas y organizaciones implicadas en procesos de educación no formal, promoviendo la activación de una conciencia ecológica y patrimonial transformadora
“La abrumadora desconexión que experimenta la humanidad en relación al mundo natural del que forma parte, es uno de los factores predominantes al momento de explicarnos las sucesivas crisis de orden ecosistémico (económicas, alimentaria, ecológica) que vivimos actualmente. En este escenario, las semillas tradicionales, consideradas por el movimiento campesino mundial patrimonio colectivo de los pueblos, se encuentran en un estado de tal fragilidad que requiere urgente atención”, señaló al respecto Paula Mariángel, presidenta de ONG CETSUR.
En concreto, la propuesta, situada en la Región del Biobío, acude al diálogo de saberes, la andragogía y la educación patrimonial como enfoques orientadores, materializándose en la creación de cuatro cartillas pedagógicas y una guía del/a facilitador/a que, inspiradas en los cuatro elementos de la naturaleza como fuerzas vitales para la sostenibilidad de la vida, permiten adentrarse en el oficio tradicional de la curatoría de semillas. Durante el proceso creativo se consideran también instancias de validación con guardianes y custodios de semillas, que sustenten su pertinencia metodológica y territorial.
En este mismo sentido, Marcela Bahamonde, integrante del equipo de trabajo, indicó que “por miles de años, han sido los/as custodios/as, curadores o guardianes de semillas los encargados de salvaguardar un conocimiento ancestral en torno a las semillas que ha permitido la subsistencia humana y planetaria, cuestión que sólo ha sido posible mediante un profundo y cuidadoso diálogo con la naturaleza, que hoy vemos pocos conservan y reconocen”.
Cabe señalar que para lograr lo propuesto, el proyecto considera como acciones claves: a) la sistematización de contenidos asociados al oficio de la Curatoría de Semillas de comunidades campesinas e indígenas del centro sur de Chile, destacando la relación de los elementos de la naturaleza y los de saberes ancestrales, que fortalezcan una perspectiva biocéntrica para la comprensión del patrimonio; b) el diseño de una propuesta didáctica inspirada en el conocimiento ancestral y su relación con la naturaleza que, junto a la voz de cultoras de oficio, activen experiencias de aprendizaje significativas, orientadas a vivenciar, comprender y valorar las semillas como patrimonio colectivo de los pueblos; y c) la validación del material didáctico diseñado con líderes comunitarios urbanos y periurbanos encargados de facilitar procesos de educación no formal en sus organizaciones y/o comunidades.