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Saberes locales dialogaron con ciencia desarrollada en la UdeC

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Diversas materias fueron abordadas, en forma horizontal y desde distintas perspectivas complementarias, en la ejecución de proyecto de Ciencia Pública.

Un diálogo horizontal entre científicas y representantes de la comunidad fue el eje central de acción del proyecto Diálogos ciudadanos en el Alto Caracol: biocultura urbana, dirigido por la Dra. Verónica Oliveros Clavijo, académica del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Concepción, FCQ-UdeC.  

La iniciativa, financiada por el programa Ciencia Pública del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, realizó recientemente su actividad de cierre, que contó con un cuenta cuentos y una dinámica de diálogos de saberes entre la comunidad del sector Agüita de La Perdiz, representada por su Brigada Forestal y la Dra. Edilia Jaque Castillo, académica del Programa de Doctorado en Ciencias Geológicas de la FCQ-UdeC, y vicedecana de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía. “Compartimos con los vecinos, algunos de los resultados que hemos obtenido en estudios que hemos desarrollado en el sector, especialmente relacionados con c artografías de amenazas de incendio forestal, sobre todo fortalecer la mirada sobre la vulnerabilidad frente a esa amenaza”, detalló la experta.  

“Los vecinos”, continuó la Dra. Jaque, “corroboraron la información que nosotros teníamos y nos entregaron información incluso más específica de temas de vulnerabilidad. nosotros hicimos desarrollamos una tesis en el marco de un proyecto Fondecyt que se cerró el 2020 sobre incendios forestales y, en este caso, la los resultados analizan la vulnerabilidad y la amenaza frente a ese fenómeno”.  

“Lo que más me llamó la atención es la organización que tienen los vecinos en torno a los incendios lo que desde nuestra perspectiva de análisis los hace un poco menos vulnerable, ya que conocen el fenómeno y están organizados para enfrentarlo”, enfatizó la Dra. Jaque.  

En cuanto a las dinámicas de diálogos de saberes que se realizaron en los diez encuentros materializados en el contexto de este proyecto, la Dra. Beatriz Cid Aguayo, también investigadora de la iniciativa y académica del Departamento de Sociología de la UdeC explicó que “‘diálogo de saberes’ es un concepto que viene de las Ciencias Sociales y de la de la investigación participativa, una tradición muy latinoamericana, que asume que la investigación no tiene sentido si no sirve y que el proceso de investigación puede y debe estar acompañado o, incluso, liderado y con por las comunidades involucradas en un proceso”.  

“Cuando abordamos científicamente un tema”, argumenta Cid, “tenemos que tomar en cuenta también los otros sistemas de conocimiento y desde ahí buscar abordar los problemas conjuntamente y aprender mutuamente, un poco reconocer esta simetría entre sistemas de conocimiento”, detalló la académica que estuvo a cargo de la organización de estas dinámicas que incluyeron caminatas a diversos puntos del cerro en que se abordaban temáticas tan diversas como la recolección, la importancia del cuidado del agua y la prevención de riesgos naturales. 

Desde la comunidad, valoraron ampliamente la implementación de este proyecto, lo que se refleja en las palabras de Graciela Silva Molina, directora del centro comunitario y jardín infantil de Agüita de la Perdiz, destacó que “este proyecto ofreció la posibilidad de que los niños se reencontraran con la naturaleza, después de haber estado casi dos años encerraditos. muchos de ellos todavía estaban en sus casas, no venían al colegio, entonces fue una instancia también en que los niños volvieron a socializar, a encontrarse con sus pares y volvieron a aprender”.  

“Los niños”, agrega Graciela, “aprendieron a tener como este ojo más detallado para poder descubrir y re encantarse con la flora y la fauna que nos rodea y también trabajar otras áreas que muchas veces en los colegios son muy parcializadas, y que, acá en las caminatas al aire libre, se vieron como un conjunto”.  

“Nosotros los adultos”, reflexionó la representante de la comunidad, “muchas veces, creemos que la ciencia sólo está en el aula, o con los tubos de ensayo y los elementos químicos, pero en todo el hacer diario vamos haciendo ciencia y eso permitió también abrir las fronteras y las mentes de nuestro niños, para que tengan expectativas de vida distinta a las nuestras, que sueñen con tener alguna especialidad frente a algo, interesarse, por ejemplo, por los tipos de árboles, por las plantas, las aves”.  

En el mismo sentido, la presidente de la Junta de Vecinos de Agüita de la Perdiz, Carolina Rebolledo Rebolledo, destacó que “se nos hizo corto. quisiéramos que este proyecto hubiese durado un poco más. Hemos vivido toda la vida a los pies del cerro Caracol pero no lo conocemos, todo lo que ahí se encuentra, cómo lo podemos proteger y qué nos entrega. Y hoy día, a través de este proyecto, nos damos cuenta de lo afortunados y de lo ricos que somos en cuanto al territorio”.  

Para la dirigente, “la educación con los niños y niñas fue fundamental porque ellos pertenecen a una generación nueva, son mucho más conscientes de lo que significa el riesgo del cambio climático, la importancia que tienen las huertas urbanas y la importancia que tiene un lugar como es el cerro Caracol para la ciudad de Concepción. Fue sumamente enriquecedor y nos vamos todos con un poco más de sabiduría”. 

Una positiva evaluación general del proyecto, hizo su directora, Dra. Verónica Oliveros, especialmente porque “se cumplieron todos los objetivos que nos pusimos. Por una parte, hacer estos talleres-caminata con la comunidad y hacer diálogos horizontales entre los científicos y los expertos de la comunidad. Eso se cumplió a cabalidad”, afirmó.  

En este sentido, la Dra. Oliveros destaca que la dinámica no fue la de un académico o académica que presentó sobre algo que las personas de la comunidad no saben, sino que “vino a conversar con otra persona que también sabe mucho y ambos están dispuestos a aprender del otro y, de esa interacción, entonces y, en esa horizontalidad, se logró abordar distintos problemas, e incluso, plantearse hipótesis conjuntas. Eso funcionó muy bien”.   

Uno de los productos tangibles de este proyecto de Ciencia Pública es la elaboración de un Mapa Biocultural del Cerro Caracol. “Se logró identificar lugares del cerro que eran importantes para la comunidad del cerro, desde distintos aspectos y volcarlos en un mapa biocultural, porque se entiende que el ecosistema del cerro está influenciado por el asentamiento humano y a la inversa también, crecen en conjunto como em una simbiosis por así decirlo entre ambos”, detalló la académica.  

La Junta de Vecinos Agüita de la Perdiz realizó un completo registro audiovisual de la actividad de cierre disponible en este enlace.  

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