Dr. Cristian Echeverría Leal
Laboratorio de Ecología de PaisajeIniciativa Foresta Nativa
Universidad de Concepción
Vice-presidente IALE- Internacional
Dr. Daniel Rozas VásquezLaboratorio de Planificación Territorial, Departamento de Ciencias Ambientales
Universidad Católica de Temuco
Directorio IALE-Chile
La sustentabilidad de los paisajes se fundamenta en que estos cuenten con ecosistemas capaces de satisfacer, de manera sostenida, necesidades humanas esenciales en el largo plazo. Actualmente, en los paisajes del centro y sur de Chile existen vastas áreas de plantaciones forestales de especies exóticas que llegan a formar unidades continuas de cerca de 300 mil hectáreas, extendiéndose por sobre 180 km de una región a otra de manera ininterrumpida. Estos mismos paisajes han estado sometidos a un régimen de incendios forestales de origen eminentemente antrópico, caracterizado por una alta frecuencia, severidad y de gran extensión espacial, con considerables consecuencias en el bienestar de las personas y en la biodiversidad.
Adicionalmente, bajo un contexto de vulnerabilidad climática e intensa presión de cambio de uso del suelo, se deben establecer mecanismos para regular la continuidad espacial de grandes extensiones de monocultivos forestales de especies exóticas, sobre todo en zonas climáticas más susceptibles a incendios forestales.
Desde el punto de vista de la ecología de paisaje, debemos apuntar a recuperar la heterogeneidad de los paisajes, dada por un mosaico de ecosistemas naturales y modificados, con distintas cargas de combustible vegetal, con diversidad de condiciones ambientales, edáficas y diversidad de hábitat, promoviendo la provisión de múltiples servicios ecosistémicos vitales para las personas.
Esto debe estar acompañado de cambios en las normativas sectoriales que obliguen la incorporación del riesgo de incendios forestales y la incorporación de enfoques de manejo multi-escala (desde predial a regional) de manera explícita y vinculante mediante los distintos instrumentos de planificación territorial.
En este sentido, si bien la educación y prevención son factores críticos que se deben fortalecer en la ciudadanía, es importante relevar el rol de la planificación y gestión territorial como un instrumento clave para coordinar distintos sectores, tanto públicos como privados. De esta forma, sería posible avanzar hacia paisajes más diversos y resilientes, que permitan mitigar el impacto de los megaicendios y sus efectos en la población, los ecosistemas y los servicios que estos proveen para el bienestar humano.
La promulgación de la Política Nacional de Ordenamiento Territorial (PNOT) plantea una serie de oportunidades para repensar los territorios bajo una mirada de sustentabilidad y resiliencia, brindando especial énfasis al riesgo de desastres y los desafíos climáticos. La PNOT establece un sistema integrado de decisiones para el ordenamiento territorial y articula a diversos actores e instrumentos a escala nacional, regional y comunal, lo que facilita abordar la dinámica de incendios desde la comprensión de los patrones espaciales del paisaje. Por tanto, si bien hoy finalmente contamos con una PNOT, es necesario diseñar un reglamento que brinde soporte a una implementación adecuada y pertinente a los desafíos sociales, ambientales y económicos que experimentan nuestros territorios.