Estudio de profesores USM busca evaluar los impactos del COVID-19 en el sistema de pensiones y el empleo en América Latina y el Caribe que se ha visto agravado por la pandemia
El Banco Interamericano de Desarrollo otorgó financiamiento a una investigación liderada por el profesor Dr. Rubén Castro y con la participación del Dr. Juan Tapia del departamento de Ingeniería Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María que busca evaluar los impactos del COVID-19 en el sistema de pensiones no sólo en Chile, sino en América Latina y el Caribe.
El comité evaluador del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) informó que la propuesta presentada había sido seleccionada para llevar a cabo el estudio “Evaluating the Impact of COVID-19 on Pension Systems in Latin America and the Caribbean” en el marco del proyecto de investigación del mismo nombre.
Con respecto a los antecedentes se destaca que la crisis del COVID-19 ha agravado los desafíos que enfrentan los sistemas de pensiones en América Latina y el Caribe. La recesión económica provocada por el coronavirus ha supuesto una disminución de la demanda laboral que, a pesar de los esfuerzos de los gobiernos por preservar el empleo, se está traduciendo no solo en menores tasas de empleo, sino también en menores densidades de cotización a los sistemas de pensiones y probablemente en futuras menores tasas de empleo.
Adicionalmente, en la investigación se señala que muchos países de la región sufrieron importantes retiros de los fondos utilizados para financiar futuras pensiones. Esta medida, que también se vivió en Chile, estuvo destinada a brindar alivio a corto plazo, pero puede tener un gran impacto negativo a largo plazo, especialmente en la adecuación de los ingresos de jubilación.
Situación financiera
Los investigadores sostienen que la crisis actual afecta a los planes de pensiones a través de varios canales. En primer lugar, el desempleo generará brechas previsionales en el ahorro de varios trabajadores, y esta falta de aportes sin duda perjudicará el ahorro previsional de millones de cotizantes.
En segundo lugar, la crisis también afecta a la situación financiera de los sistemas de pensiones, independientemente de que sean de prestación definida o de aportación definida. En el caso de los sistemas de contribución definida, el efecto más inmediato es la reducción de los ingresos por contribuciones, debido a la reducción del empleo formal. Esto provoca un deterioro del equilibrio financiero del sistema y un aumento de la deuda implícita.
En tercer lugar, las perturbaciones en los precios de los activos y la caída de los mercados financieros afectaron la tasa de rendimiento de las inversiones de los fondos de pensiones.
“Específicamente, nos enfocamos en el efecto de los retiros de ahorros previsionales en las pensiones autofinanciadas. También miramos el impacto en mercado laboral (salarios, participación), pero intuimos que el gran impacto en el sistema de pensiones vendría por el efecto de los retiros de ahorros, por lo que nos concentramos en esa dimensión. Al mismo tiempo, y para ilustrar que el impacto en el mercado laboral tendría un impacto relativamente leve en las pensiones autofinanciadas, propusimos evaluar este impacto en varios países del Caribe (Barbados, Jamaica, República Dominicana y Trinidad y Tobago)”, indicó Rubén Castro.
El principal objetivo que definieron los investigadores es comprender el impacto del COVID-19 en aspectos claves de los sistemas de pensiones, como la participación, las tasas de reemplazo, la densidad de cotización, la equidad intergeneracional, la sostenibilidad financiera, el gasto fiscal en pensiones, la edad de jubilación, los beneficiarios, las tasas de cotización, entre otros.